A partir del 1° de abril, los precios de la nafta en las estaciones de servicio de YPF registrarán un nuevo incremento del 4,5%, como respuesta a la actualización de los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), dictaminada por el gobierno actual. Con esta actualización, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), espera que el precio del litro de nafta súper alcance los $836 en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que la premium se establecerá en $1031.
Este ajuste tarifario se suma a los incrementos ya experimentados durante los primeros meses del año, con un aumento del 4% en enero y del 3,5% en febrero. Desde el comienzo del año, el costo del combustible acumula un aumento del 12%, lo que representa una carga adicional para los consumidores en un contexto económico ya tenso.
Los economistas advierten que este incremento en los precios de la nafta podría tener un efecto dominó en otros sectores económicos. Es que el valor del combustible impacta en los costos de producción y distribución, que tendrían que recomponer valores, lo que eventualmente podría trasladarse a los precios al consumidor final.
En un momento en el que la movilidad es crucial tanto para la vida cotidiana como para la actividad económica, este aumento en el precio de los combustibles plantea preocupaciones adicionales. Los consumidores se ven obligados a ajustar sus presupuestos para hacer frente a este gasto adicional, lo que podría impactar en su capacidad de consumo en otras áreas.
De igual forma, desde el sector, adelantaron que se prevé otro incremento en las próximas semanas, que alcanzará el 5%, lo que profundizará aún más las preocupaciones sobre la sostenibilidad financiera, de los hogares y las empresas. .