Por Quena Strauss
Ahora que todo se acelera, y parece como si en las próximas tres semanas el mundo fuera a volar en pedazos, es lógico que vos también entres en estado de vértigo. Porque todo de repente se vuelve “importante” (las reuniones, los brindis, las llamadas, la comida, los regalos, la larga lista que sigue a todo eso) y es fácil sentirse desbordados. Justamente por eso, y hora que todavía no estamos metidos en la coctelera que se prende cerca del 20 de diciembre, es un buen momento para tomar algunas resoluciones pre-celebración que te van a hacer todo más fácil.
1. Ahorrá. Plata, tiempo y energía. Esta época del año, por si no lo sabías, es especialmente propicia a un cuadro llamado “oniomanía”. ¿De qué se trata? De manejar la angustia que -según el Insituto Nacional de Salud de los Estados Unidos- se dispara en estas fechas comprándose la vida. En vez de un tomar un tranquilizante, uno se “tranquiliza” a tarjetazo limpio. “En el primer momento reina la satisfacción, eso de sumergirse en un mundo de irrealidad donde no cuenta el dinero ni lo que cuesta ganarlo sino el placer que se obtiene al comprar. Es s el reino de las emociones y la racionalidad queda desactivada“, explica la psicoanalista Adriana Guraieb. Si ese es tu caso, dale tus tarjetas a una persona de confianza hasta que pase toda esta locura. Y consultá a un especialista, claro.
2. Priorizá. Es un hecho: se vienen días complicados de agenda, en donde todo el mundo quiere “verte antes de que termine el año” y en tu oficina no paran de armar brindis, salidas y fiestas como si fuera el último mes de la vida humana en la Tierra. No te enganches. Sobre todo porque, como apunta Mirtha Goldstein, psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), “cuando llegan las fiestas, junto a la exaltación se puede sentir desgano, sensación de caerse, mareos. El cuerpo responde así a la falta de energía psíquica que producen los finales, porque el fin de año no solo cierra el año que termina sino que abre a lo desconocido. La angustia de terminar un año y por lo tanto de pasar a otra etapa se incrementa”. Entonces, a no matarse: de los festejos de trabajo, elegí uno o dos y lo mismo con las juntadas amistosas.
3. Planificá. Es remanido, pero funciona. Si anotás en un papel o en tu agenda cuáles son las prioridades de estos días (regalos, preparativos, llamados) todo resultará más eficaz que si te pones a hacer cosas sin demasiado criterio de en qué concentrarte y en qué no.
4. Elegí. No es verdad que todos los años “haya que” pasar las fiestas de tal o cual manera. Que algo sea lo que siempre hiciste no significa que no pueda modificarse esta vez para que todos estén un poco mejor. Ergo, si te embola pasar las fiestas en plan familión y juntarte a comer con tíos y primos con los que no hablás desde hace meses, simple: no lo hagas. Después de todo, las fiestas son para pasarla bien con los que uno quiere, lo que no siempre quiere decir con tu familia.
5. Negociá. Si estás en pareja o casado, parte del paisaje de Fin de Año incluye a tu familia política y alrededores. Y, en caso de que la cosa no sea muy fluida, vas a tener que negociar con tu amor qué momento pasar con cada uno. Buscale la vuelta. Podes, por ejemplo, pasar la Navidad con ellos y reservarte el año nuevo para estar tranquila y solo con tu pareja y/o amigos. Y el que no lo entienda, que les vaya a cantar a los Reyes Magos.
6. Rebelate. Como toda convención social, las fiestas vienen en un formato estandarizado y tranquilizador, que incluye una mesa enorme llena de gente, muchos regalos, cuatro peleas, un brindis y desayuno al otro día con pan dulce seco. “Se genera ilusión y expectativa, pero también por eso aparecen las depresiones y hasta los ataques de pánico”, alerta Laura Orsi, médica psicoanalista de APA. Por eso, si la multitud no te va, no dudes en rebelarte y hace la tuya. Yo, por ejemplo, hace dos años que opté por recibir el Año Nuevo absolutamente sola, en mi casa y escuchando música. Además, descubrí el encanto enorme de oír las explosionesa medianoche y mirar el cielo iluminado sin nadie alrededor. Es como volver al principio del mundo. Y está buenísimo.
7. Combatí la culpa. El Gusano Culposo es una de las tantas especies emocionales que florecen en Navidad, junto con la Termita Pendenciera (ésa que te impulsa a ahorcar a tu prima tras la primera gansada que enuncie) y el Bicho Patinador (ése que te impulsa a hacer de goma tu tarjeta de crédito y terminar endeudada hasta el próximo milenio). Como sea, no caigas en la trampa de culpa tendida por madres, abuelas, amigos y demás queridos, porque no vale la pena. Estas fiestas son ante todo TUS fiestas, y sólo a vos te cabe elegir cómo y con quién las pasás. ¿Estamos?
8. Postergá. No cedas tampoco al Efecto Vorágine, ni cometas el error de pensar que todo debe hacerse sí o sí antes del 1 de enero. Falso. Tu familia y tus amigos van a seguir ahí después del último chin- chin y además ya se sabe que el apuro es un pésimo consejero. Ergo, todo lo que no sea realmente urgente puede esperar. Ni se te ocurra, por ejemplo, emperrarte en tener el comedor pintado para las fiestas porque seguro te va a salir mal y en el medio vas a estresarte. Descartalo desde ahora.
9. Manejá opciones. En soledad. Con amigos. Sólo con tu pareja. Con parte de la familia y amigos. Con tus mascotas y tus hermanos. Como verás, el fixture de las fiestas no tiene por qué ser un menú fijo y muchas veces el cambio termina siendo maravilloso. Entonces, no te emperres en sentar a tu mesa tanta gente como sea posible porque eso no es, desde ya, garantía alguna de fiestas felices. Lo único que puede asegurarte algo parecido a eso es que las pases con quienes realmente querés. Si eso está, el resto será sólo levantar la copa y brindar por todo lo bueno que seguramente vendrá cuando te des cuenta de que el cambio ya comenzó. En vos.
Para saber más:
* http://www.eldia.com.ar/edis/20131218/Diciembre-dispara-nivel-estres-calles-informaciongeneral0.htm
*http://www.lavozdelprofesional.com.ar/noticias/interior.php?id=232
* http://smoda.elpais.com/articulos/odias-la-navidad-tranquilo-no-estas-solo/4245
Pensamiento colectivo en #Border
Contanos qué te pasa a vos con las Fiestas. ¿Te encantan?¿Las odiás?¿Ni fu, ni fa? ¡Y que se arme la trifulca, como en la mesa navideña!