No importa cuan famoso hayas sido, ni cuanto talento tengas, ni cuantos trabajos hayas realizado, este es el ejemplo de Pablo Alarcón quién fue uno de los más reconocidos artistas de la época y hoy trabaja haciendo shows a la gorra en una plaza de Buenos Aires porque el dinero no le alcanza para comer.
La noticia se viralizó hace pocas semanas cuando compartieron el video de Alarcón actuando en una plaza, sin escenario ni producción, lo que llamó la atención de todos.
Ahora, estuvo en conversación con María Laura Santillán y reveló muchísimas que desconocíamos del detrás de escena y su realidad.
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Tiene 77 años y en la época de Isabel Perón tuvo que exiliarse porque lo buscaban para matarlo. Ya desde sus inicios sufría la falta de trabajo de manera estable: «Cuando yo empecé a laburar de actor miraba a la gente que se dedicaba a conducir programas y decía: qué lindo todos los días ir a laburar, tener años completos
En la actualidad, su jubilación no soporta la inflación y sus gastos fijos, por lo que todos los domingos se reúne junto a un grupo de gente que hace una ronda a su alrededor y actúa una obra del siglo pasado en Plaza Francia, donde expresa su inconformidad con los sistemas políticos.
Luego de eso, agarra su gorra y la pasa para así poder comer.
También contó que durante su pasado, cuando vivió cuatro años y medio en Roma, contó que dormía en la calle y trabajaba vendiendo artesanías en un bar.
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«Yo no lo vivo como humillante, yo di un paso adelante en mi vida. En este país para sobrevivir bien tenés que ser superman o la mujer maravilla y no todos somos, pero todos podemos», aseguró sobre su estado actual.
El actor fue muy crítico con el gobierno actual: «Yo cobro 75.ooo pesos de jubilación. Esta limosna que nos han dado. Dijo Massa que el gobierno hacía un esfuerzo, acá los únicos que hacemos esfuerzo somos los que estamos abajo, los que laburamos».
Pablo Alarcón también contó que tuvo mucho miedo de salir a la calle porque es un tema revulsivo: «Un grito desesperado lucha por la libertad», contó y luego agregó que le ponía el cuerpo «la exposición de alguna bravuconada que no le gusta lo que hago o digo y me insulta, me dice que trabajo para el sistema o para un partido.»
Por último, Pablo agrega sobre sus actuaciones en la plaza: «La gente llega triste, la gente llega angustiada, y se va contenta, porque en definitiva es positivo el mensaje», cerró
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