El expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica habló en las últimas horas con el medio local Búsqueda y contó que su cáncer de esófago se expandió por su cuerpo. “El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas”, dijo.

“No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta”, detall, y aseguró que lo que pide es que “lo dejen tranquilo”. “Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”, dijo. 

Luego se refirió al triunfo histórico de las últimas elecciones de su partido, Movimiento de Participación Popular (MPP) y de su candidato Yamandú Orsi, y aseguró que eso es algo de lo que se siente “orgulloso” y que le permite “irse tranquilo y agradecido”, y dijo estar molesto por la gente que inventa “elucubraciones” sobre el rol que él podría tener el el futuro gobierno que asumirá el 1° de marzo.

“Al otro día que ganó las elecciones me vino a ver de mañana, nunca más hablé con él”, dijo. “No tengo ni idea, no pienso saber nada ni quiero ver nada porque lo peor que hay es armar un gobierno”, agregó. 

El ex mandatario contó que no se someterá a ningún otro tratamiento para tratar la enfermedad ya que le pidió a los médicos que no lo hagan “sufrir al pedo”. “Que me pichicateen y cuando me toque morir, me muero. Así de simple como te lo digo. Estoy condenado, hermano. Hasta acá llegué”, le dijo a la revista uruguaya.

La entrevista al medio uruguayo fue una suerte de despedida. “Lo que quiero es despedirme de mis compatriotas. Es fácil tener respeto para los que piensan parecido a uno, pero hay que aprender que el fundamento de la democracia es el respeto a los que piensan distinto. Por eso, la primera categoría son mis compatriotas y de ellos me despido. Le doy un abrazo a todos”, dijo , con sus ojos llenos de lagrimas. 

“Ahora, tengo mis simpatías y cuando puedo dar una manito, la doy. Pero no soy un viejo consultor, que me tienen que pedir permiso”, agregó. 

El ex mandatario dedica sus últimos días a recorrer su charca, un predio que está a nombre de su esposa y lo heredará su sector político, y compró un tractor de USD 28 mil, para que los que vengan tengan “fierros nuevos”. Su deseo es que su cuerpo sea enterrado en la chacra, al lado de donde está su perra, Manuela.