La superpoblación de perros en situación de calle es un problema que no para de crecer. Diversas organizaciones advierten que no se cumplen las campañas de esterilización masivas y denuncian que en ciertos puntos del país se están sacrificando animales como salida más fácil a esta situación. Argentina encabeza la lista de países en el mundo con más mascotas, pero eso no se traduce en bienestar de todos los animales.
En Sarmiento, una localidad de Chubut, la organización Animalistas difundió una foto que muestra a un grupo de perros muertos, un amasijo de cuerpos, tirados en una fosa entre bolsas de arpillera. Denuncian que una ordenanza municipal autoriza la “eutanasia” de esos animales que no sean reclamados por nadie y armaron una campaña para que se modifique esa medida. Sarmiento no es el único lugar en el que pasan situaciones así.
En Trevelin, en junio de este año, denunciaban una ordenanza similar que permitía matar a los perros cimarrones. La decisión legislativa, en ese caso, recibió la resistencia del municipio y un veto parcial a la norma sancionada.
El primer censo canino y felino en La Pampa indica que hay un perro cada dos personas y un gato cada once. Ordenaron esa investigación para ver cómo buscarle una solución. En Alta Gracia, Córdoba, los que adoptan un perro de la calle tienen una rebaja en la tasa inmobiliaria de premio, como modo para resolver el tema que iba encaminándose a buscar el sacrificio masivo como salida más fácil. Hace varias semanas, circuló la noticia de unos perros callejeros que habían atacado a varias personas en Ushuaia y las autoridades salieron a la caza. El municipio decretó un estado de emergencia ambiental y calculó en 30 mil la cantidad de perros sin dueño.
Una búsqueda por los medios de todo el interior muestran títulos similares: el número de perros en situación de calle crece y hasta el momento las maneras de encarar la situación no dan resultados. La preocupación sobre qué hacer contra este crecimiento exponencial llevó al debate a legisladores y municipios tan distantes como Bahía Blanca, La Plata, Saladillo, Mar del Plata, Villaguay (Entre Ríos), San Salvador de Jujuy o San Miguel de Tucumán, por citar apenas algunos.
“No se resuelve matando, se resuelve castrando”. Kity Charriere, abogada, directora del Instituto de Derecho Animal de Morón, dice eso y asegura: “Hay una superpoblación de animales y hay una ausencia de políticas de Estado para combatir esto. Si bien existe una ley de maltrato animal, no hay educación sobre los derechos ni para la ciudadanía ni para quienes operan para hacer que eso se cumpla”. Además, agrega que, si bien la provincia de Buenos Aires cuenta con una legislación para promover la castración generalizada como modo de control poblacional, la ley 13.879, “existen varios municipios en la actualidad que no las están llevando a cabo por falta de insumos”. Ese panorama se denuncia en zonas del conurbano, como Merlo.
“Sin ninguna duda la responsabilidad es de las autoridades de las áreas de competencia y los municipios que no hacen lo que se debe para prevenir la terrible reproducción de los perros, invirtiendo en las castraciones masivas y otras pautas importantes de prevención y luego cuando el problema crece parecen cortar el hilo por lo más delgado”, dice Martha Gutiérrez , directora de la Asociación para los Defensa de los Derechos del Animal y agrega: “Les da más pena gastar dinero en fondos para la prevención que la posibilidad de matar a los animales”. Desde ahí también coinciden en que la cantidad de perros en la calle va en aumento y no hay medidas que tiendan a revertir esa situación.
“Que haya perros en situación de calle muestra que las campañas no están siendo efectivas”, dice Charriere. Las razones para que un perro siga ese destino son varias: desde aquellos que se pierden (en especial durante las Fiestas, cuando se usa pirotecnia que termina por ahuyentar a los animales) hasta aquellos que son abandonados. También están los que directamente nacieron en la calle. Todas las organizaciones proteccionistas coinciden en la necesidad de la castración y de educar sobre esa importancia. Según cuentan, hay resistencia todavía; en especial, para castrar a los machos. En Ciudad de Buenos Aires lo que complica la decisión es la dificultad para para realizar el trámite. Hay que pedir turno personalmente y destinar otro día luego a llevar al animal, señalan los proteccionistas.
El otro punto, además de la castración, que señalan como crucial para detener esa superpoblación es la prohibición de lugares de cría de perros de “raza”. Los criaderos son vistos como una forma más de maltrato. Coinciden en eso Gutierrez y Charriere. En Argentina la Ley 14346 condena el maltrato y la Ley 2786 habla de la protección de los animales. Los especialistas vuelven sobre una idea que apuesta por adoptar y no comprar: darle valor a los animales, y no ponerles precio.
Según un estudio de la consultora GFK Group, del año pasado, Argentina es el país con más mascotas por habitante, superando a México, Rusia y Estados Unidos. Un 80 por ciento de los argentinos encuestados admiten tener un animal en su hogar y en dos de cada tres casos, son perros, lo que coloca al país también primero en esa categoría específica.