La diputada Elisa Carrió no pudo con su genio y volvió a romper una coalición política que la tuvo como cofundadora. Aseguró que no está enojada, pero trató a todos de “mediocres”. Se siente traicionada por «Pino» Solanas y no soportó las imposiciones de Ernesto Sanz. Las cusas concretas por las que la chaqueña se bajó del Frente Amplio UNEN, en esta nota de #Border.
Carrió decidió ir por la Capital porque los dirigentes de la fuerza le anticiparon que no sería candidata a presidenta en 2015 por ese espacio, no aceptaron una alianza con el jefe del PRO, Mauricio Macri, y ella vio el fracaso en el horizonte electoral. «Quizás puedo ser candidata a presidente en otro frente o si se amplía UNEN. A lo mejor en algún momento aceptan una primaria con el PRO y yo ahí sería candidata», figuró la diputada al explicar su nueva ruptura.
La mañana porteña arrancó con descenso de temperatura, lluvia y un raid mediático de la diputada: «Están todos contentos, ellos liberados de mí y yo de ellos», dijo sin medias tintas sobre sus compañeros del Frente, con los que nunca tuvo una relación relajada. La cumbre radical del lunes en San Fernando fue decisiva para Carrió. La Unión Cívica Radical le marcó la cancha. El presidente del partido, Ernesto Sanz, subrayó el peso relativo que -dentro de UNEN- tienen el radicalismo y el socialismo, pero más otros dirigentes como la chaqueña. “Hemos decidido fortalecer nuestro espacio, que es el radicalismo, dentro del Frente UNEN, y mandamos un mensaje a todos los opositores, que estamos decididos a liderar un acuerdo de gobernabilidad en la Argentina”, dijo Sanz. Sabido es en los pasillos del Congreso que, en realidad, Carrió y Sanz no se soportan.
Carrió entendió el mensaje. Pero el mayor problema de la diputada no son los radicales ni el rechazo de sus ahora exsocios a aliarse con Macri. El mayor problema histórico y estructural en la carrera política de la diputada es el peronismo. La ex Ari ex Acuerdo Cívico y Social y ahora ex FAUNEN puso negro sobre blanco y admitió que si toda la oposición no deja de lado las individualidades y se junta, el próximo presidente de la Nación también será peronista. Sí, “Lilita” criticó las individualidades, aunque parezca paradójico.
«Yo al suicidio no voy. (Daniel) Scioli tiene 30 puntos (de intención de votos) y está a 15 puntos de ganar la elección presidencial, si las fuerzas no peronistas no se juntan no vamos a ganarle al kirchnerismo» y agregó: «UNEN fue exitoso en la capital justamente porque nos abrimos a todos». Y rápido salió Fernando “Pino” Solanas a asegurar que “Lilita” no soportó la idea de tener que sostener “la unidad dentro de la diversidad” y la cuestionó por darle semejante golpe al corazón de la fuerza que supo ganarle al PRO en la Capital Federal en 2011. La diputada se vio traicionada por Solanas porque él apostó a que FAUNEN no se alíe con nadie. «Conmigo no cuenten para eso y está todo bien, no estoy enojada, al contrario. Me liberé de una mochila, porque es imposible trabajar con mediocres», expresó la diputada al anunciar su salida. “Me voy de los presidenciables de UNEN y de esa mesa nacional, pero el partido queda», agregó la dirigente, quien dijo no querer «participar de la fragmentación de la Nación ni ser funcional al kirchnerismo y, sobre todo, a (el gobernador bonaerense y oponente presidencial) Daniel Scioli».
Por ahora y sólo por ahora, Carrió trabajará para la fórmula integrada por los diputados nacionales Martín Lousteau y Fernando Sánchez, que quiere pelear por el Gobierno porteño. Pero que no sorprenda un eventual cierre con Macri en las próximas semanas.
En agosto de 2010, Carrió había engrosado el guión de la novela política de su vida al romper el Acuerdo Cívico y Social que integraba con los radicales. Y en marzo de 2007 había renunciado a su banca y se desafilió del ARI, el partido que ella fundó.
Así es Carrió. Impredecible.