Rolling Stones: Cómo es Hackney Diamonds

Un análisis del nuevo disco de la banda canción por canción
Rolling Stones
Créditos: Rolling Stones
Por: Pablo Strozza

 

Finalmente, ya está en todas las plataformas virtuales y en todas las (pocas) bateas que sobreviven a lo largo y a lo ancho del mundo, en todos los formatos, Hackney Diamonds, el nuevo disco de la banda de rock más importante del mundo: los Rolling Stones.

A lo largo de doce canciones Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood, más invitados de la talla de Paul McCartney, Elton John, Lady Gaga, Stevie Wonder, su ex bajista Bill Wyman, el actual baterista Steve Jordan (miembro de los X Pensive Winos, la banda de apoyo de la carrera solista de Richards), Daryll Jones y el malogrado Charlie Watts en un par de canciones, entre otros músicos, dan cuenta de una grabación sin fisuras, la primera con material original desde A Bigger Bang (2005).

 

Leé también: “Pearl”: sueños, esperanza y asesinatos en la Estados Unidos Rural de 1918

 

A continuación, un análisis canción por canción de Hackney Diamonds:

“Angry”: Primer single del disco, que ya fue reseñado en Border en el momento de su aparición. Toda la data acá

“Get Close”: El piano de Elton John está como escondido en la mezcla de este funk arrastrado, con un “Quiero estar cerca tuyo” que funciona como un estribillo más adhesivo que un chicle en la suela de una zapatilla. Hacia el medio de la canción se luce el saxofón de James King, deudor del desaparecido Bobby Keys.

  Rolling Stones: Sticky Fingers ataca de nuevo

“Depending On You”: Primer coqueteo del disco con el country, más que nada en la intro de esta balada que bien puede remitir al gran Gram Parsons.

“Bite My Head Off”: Sir Paul McCartney dice presente con su bajo para el tema más rockero del disco, que funciona del mismo modo que las canciones más aceleradas del período neoyorquino de los Stones a fines de los 70 y principios de los 80 (Some Girls, Emotional Rescue, Tattoo You).

“Whole Wide World”: Es increíble que Jagger, a los 80 años, sea un personaje que cante que el mundo entero está en contra de un interlocutor que piensa que la fiesta termino pero que acaba de comenzar. Y, lo mejor del caso, que no suene ridículo y salga airoso. Otro milagro más de los Stones.

“Dreamy Skies”: El mejor tema de Hackney Diamonds. Una balada country que recuerda a “Faraway Eyes” (Some Girls) en donde Jagger, Richards y Wood se lucen a su modo: el primero desde el canto, el segundo desde la rítmica y el tercero con el slide. Una maravilla por donde se la mire.

  Vinyl: una luz en la oscuridad

 

Leé también:  Releyendo Mafalda: El mito, más inmortal que nunca

 

“Mess It Up”: “Come on!” dice Jagger como intro a la batería de Watts, en la primera de sus intervenciones. Y el cambio de sonido es notorio: el golpe de Charlie es diferente al de Jordan, por lo tanto el swing del grupo es distinto.

“Live by the Sword”: Segunda canción con Elton y segunda canción con Watts. Un boogie en donde el piano del autor de “Nikita” se luce como es debido al funcionar como la columna vertebral de la tonada y, a la vez, como contrapunto de la pared edificada por la voz de Mick y las violas de Keith y Ronnie.

 

Rolling Stones en Cuba: la visita histórica que llega al cine

 

“Driving Me Too Hard”: Típico mid tempo stoniano. Acá todo funciona en pos del diálogo entre la guitarra de Wood de fondo al canto de Jagger.

“Tell Me Straight”: El infaltable número a cargo de Richards es lo que tiene que ser: un lento nocturno vestido de humo, con esa voz aguardentosa que compite en rugosidad con las de Bob Dylan, Tom Waits y Roberto Goyeneche.

  ¿Alta droga? La insólita moda europea de aspirar líneas... ¡de chocolate!

“Sweet Sounds of Heaven”: Stevie Wonder y Lady Gaga son las estrellas invitadas del segundo single del disco: una balada con aires góspel y una producción que a priori puede sonar excesiva y a contrapelo con el resto, pero al avanzar la canción queda claro que esa primera impresión no es la que cuenta.

“Rolling Stone Blues”: La versión del tema que dio origen a todo. Según la leyenda, en ese encuentro ferroviario que signó las vidas de Jagger y Richards, entre la pila de discos que llevaba Mick que llamó la atención de Keith estaba The Best of Muddy Waters, álbum que incluía esta canción. Despedida blusera, ¿para siempre? Ojalá que no.

 

 

 

SEGUÍ LEYENDO:

 

«Unicornio»: Un retrato del apoyo femenino en la gran pantalla

 

 

¿Cuánto gano si deposito 100.000 pesos en plazo fijo con la nueva tasa de interés?

 

Hamas asesinó a la nena israelí con autismo y fan de Harry Potter

Suscribite a nuestro newsletter
* Recibirás emails de cada publicación semanal
Notas relacionadas
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Con tu suscripción al Newsletter de Border Periodismo recibirás emails de cada publicación semanal.
* Recibirás emails de cada publicación semanal