El Gobierno se preparó para una reunión crucial con la Unión Tranviarios Automotor (UTA) para negociar las paritarias y evitar un paro de colectivos que afectaría a miles de usuarios este viernes. El encuentro, programado para las 15 horas, contó también con la participación de las cámaras de transporte. Pese a esto, no se logró el objetivo y la medida de fuerza se mantiene en pie.
El conflicto ya comenzó a fines de febrero, cuando el Ejecutivo ajustó los subsidios en el sector, pero no mejoró la situación salarial de los choferes, quienes percibieron un salario básico que llegó a los $1.200.000. La UTA dejó claro que, en caso de no haber avances en la revisión salarial, adherirían al paro de la CGT el 10 de abril y no dudarían en concretar el paro de colectivos.
Desde la organización gremial, expresaron en un comunicado: “Los funcionarios de Transporte se esconden y nos llevan a un conflicto, sin resolver la estructura de costos y, con ella, el incremento salarial, proyectando la adecuada recomposición que los trabajadores merecen”. Esta crítica directa a la Secretaría de Transporte destacó la tensión entre ambas partes.
Para evitar que se concrete la medida de fuerza, la Secretaría de Transporte aún tuvo la opción de declarar la conciliación obligatoria, lo que pudo suspender cualquier reclamo durante 15 días hábiles si la reunión fracasó. La UTA insistió en que “los trabajadores representados no perciben incrementos salariales hasta el mes de junio de 2025” y rechazó las afirmaciones oficiales sobre una inflación controlada.
La UTA había anticipado que se anunciarían las medidas para el viernes 28 en caso de no llegar a un acuerdo con la mesa administrativa del Gobierno. Ahora, el sistema de transporte se mantiene en tensión para los siguientes días, con un paro que podría afectar a millones de personas en el AMBA.