Las intensas tormentas que azotan la región desde las primeras horas de la mañana sumieron a los principales aeropuertos de Buenos Aires en un caos operativo. Tanto Aeroparque como Ezeiza se encuentran afectados por vuelos demorados y desviados, todo ello a raíz de la alerta naranja emitida por el Servicio Meteorológico Nacional.
Según el protocolo de seguridad vigente, los aviones no pueden despegar en medio de condiciones climáticas adversas como las actuales. Además, aquellos que se encuentran en proceso de aterrizaje permanecen en el aire, a la espera de instrucciones para ser desviados, dado que el sistema de mal tiempo continúa sobre Buenos Aires y sus alrededores.
El panorama en los aeropuertos es de largas filas y pasajeros buscando refugio dentro de las terminales para escapar de las inclemencias del clima. La incertidumbre respecto a la duración de las tormentas ha generado ansiedad entre los viajeros, quienes aguardan noticias sobre el estado de sus vuelos con impaciencia.
Se espera que, si la intensidad de las lluvias disminuye en las próximas horas, tanto Aeroparque como Ezeiza puedan retomar su operatividad normal. No obstante, la situación sigue siendo incierta y está supeditada a la evolución del clima en la región.
Durante estas condiciones climáticas extremas, la operación en los aeropuertos debe ser suspendida por completo debido al riesgo que representan las tormentas eléctricas. Las actividades de carga y descarga de aviones, especialmente durante los despegues, son altamente vulnerables a las condiciones climáticas adversas, incluido el riesgo de rayos, lo que podría poner en peligro la seguridad de los pasajeros y el personal de tierra.
Por tanto, mientras persista la alerta naranja -que se estima sea hasta las 19 horas- y las condiciones climáticas desafiantes, se insta a los pasajeros a mantenerse informados sobre el estado de sus vuelos y a tomar precauciones adicionales para garantizar su seguridad y bienestar durante su estancia en los aeropuertos.