El doctor Sergio Alfieri, quien atendió al Papa Francisco durante su internación en el Hospital Gemelli, confesó cómo fueron las últimas horas del pontífice. El médico reveló que el argentino de 88 años fallecido el pasado lunes en el Vaticano estaba muy enfermo y que su estado era delicado, aunque eso no le impedía moverse o realizar otras actividades con ciertos cuidados, algo que efectivamente cumplió.
Sin embargo, el lunes por la mañana salió a la luz la muerte del pontífice, en un golpe duro para la sociedad que el día anterior lo vio en el Domingo de Resurrección, saludando al público. "Entré en su habitación y tenía los ojos abiertos pero no me respondía, no había nada que hacer. No respondía a los estímulos, ni siquiera a los dolorosos. En ese momento me di cuenta de que no podía hacer nada más. Estaba en coma", confesó Alfieri.
En este mismo sentido, el cirujano que operó dos veces al Papa Francisco reveló detalles anteriores y posteriores a la muerte: "El lunes hacia las 5:30 de la mañana recibí una llamada de Strappetti: el Santo Padre está muy enfermo, tenemos que volver al Gemelli. Preavisé a todos y veinte minutos después estaba allí en Santa Marta, parecía difícil pensar que fuera necesario un ingreso", explicó a Corriere della Sera.
"Corríamos el riesgo de que muriera en el traslado, le expliqué que la hospitalización habría sido inútil. Strappetti sabía que el papa quería morir en casa, siempre lo decía cuando estábamos en el Gemelli. Murió poco después", recordó el cirujano, quien dio detalles precisos sobre la causa de muerte del argentino: "Fue uno de esos infartos que te llevan en una hora, quizá se inició un émbolo y ocluyó un vaso sanguíneo del cerebro. Quizá hubo una hemorragia. Son sucesos que le pueden ocurrir a cualquiera, pero los ancianos corren más riesgo, sobre todo si se mueven poco".
La despedida del Papa Francisco
A su vez, Alfieri aseguró que el Papa Francisco se sentía mal y que lo hizo notar en su última aparición pública, porque lo hizo como si fuese una despedida: "Es como si, acercándose al final, hubiera decidido hacer lo que tuviera que hacer. Como ocurrió en el Domingo de Resurrección, cuando aceptó la propuesta de su asistente sanitario personal Massimiliano Strappetti de dar la vuelta a la plaza entre la multitud", ejemplificó.
Además, el cirujano confesó que se despidió del Papa Francisco al momento de ver que no respondía a los estímulos y que el derrame cerebral era irreversible: "Le di una caricia, como despedida", admitió el doctor. Luego de esto, el cardenal Pietro Parolin llegó, rezó el rosario sobre el cuerpo del pontífice y personal de la Iglesia Católica arribaron a la habitación.