La vicepresidente Victoria Villarruel vivió un momento incómodo al salir de la Basílica de San José de Flores, donde asistió a la misa en honor al papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años.
Al retirarse de la iglesia, un grupo de personas comenzó a gritarle un fuerte cántico en su contra: "Olé olé, olé olá, como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar", decía.
Otra parte de la multitud reunida comenzó a gritarle e insultarla. “¡Llevátela!”, fue uno de los gritos que se escucharon segundos antes de que subiera a uno de los autos oficiales que la esperaban.
El homenaje religioso fue encabezado por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, quien brindó una conmovedora homilía en la parroquia del barrio donde nació y creció Jorge Bergoglio. “En el corazón es de noche, pero también es un poquito el amanecer”, dijo. Y agregó: “No perdemos la esperanza del encuentro”.
Durante la misa, García Cuerva destacó que el papa “no tapó los problemas, los puso sobre la mesa”, y recordó que su mensaje siempre estuvo enfocado en la justicia social, la lucha contra la exclusión y el cuidado del planeta. “Soñemos con la misma humanidad, todos hermanos”, instó.
En un fuerte llamado a la unidad nacional, el arzobispo pidió: “El día de la muerte del padre démonos la mano. No importa a quién va a votar, no importa de qué lado está”.
También lanzó una advertencia sobre la violencia verbal en Argentina: “Tenemos en la boca un arma poderosa con la que nos destrozamos: la lengua. Y si no nos alcanza, nos destrozamos por las redes sociales”.
El homenaje en Flores fue el segundo que encabezó García Cuerva en el día. Por la mañana, había celebrado una misa en la Catedral Metropolitana, pocas horas después de que se conociera la noticia del fallecimiento del pontífice.