La gobernadora de la provincia de Buenos Aires respondió a las críticas de CFK por los hospitales no inaugurados: «La salud no es un edificio, no vine a cortar cintas y estafar a la gente». Por qué pone de ejemplo al sindicalista Caló. Obesidad infantil y ajuste a la política. Y una confesión: «No saldría con un político».
Las más destacadas declaraciones de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, en diálogo con María Julia Oliván, en BorderPeriodismo, sábados de 8 a 10AM, por Radio Nacional:
Sobre el coloquio de IDEA y los empresarios
”Si fuera empresaria invertiría y generaría trabajo aunque no esté segura de que la rentabilidad es exactamente la que quiero, invertiría sin dudarlo. Porque creo que esa es mi parte. Cada uno tiene que hacer su parte y así como los que gobernamos tenemos que tomar decisiones que a veces son difíciles, aunque eso en el corto plazo no sea simpático, los empresarios tienen que invertir, aunque no estén todas las condiciones perfectas. Hay 12 millones de argentinos que hoy arriesgan todos los días y cosas más terribles. Arriesgan su vida, su posibilidad de educación, su futuro porque no tienen opción y viven en la pobreza. Por eso los empresarios deben arriesgar también”.
Sobre las críticas de Cristina Fernández de Kirchner sobre los “elefantes blancos”, una serie de hospitales que quedaron inconclusos.
“Cuando llegué, había 2 mil pacientes oncológicos que hacía tres meses que no recibían la medicación, y muchos en lista de espera. Hoy hay casi 6 mil que reciben medicación regularmente. Era un tema que, para mí, era injustificable”.
“La salud no es un edificio, a mí no me interesa cortar cintas. Yo no vine a la Gobernación para cortar cintas y decirle a la gente que tiene un hospital que después no tiene. Construir un edificio es la parte más fácil. Lo que vale la pena es poner equipamiento de última generación, que haya insumos, enfermeras y médicos. O seguridad. Y tecnología para que la gente sepa cuánto hay que esperar en una guardia”.
“Lo que pasó con el (hospital) Balestrini es que lo inauguraron hace varios años, un hermoso edificio mal ubicado, por eso va poca gente, que nunca funcionó al cien por ciento. Tiene tecnología, médicos y enfermeros pero no funcionó porque lo que importaba era inaugurar el edificio y la foto del hospital nuevo. Mientras tanto, el Paroissien, que los matanceros conocen muy bien, se cae a pedazos. Y el hospital de niños municipal, también. Entonces, primero arreglemos los que están antes de inaugurar nuevos, porque eso no garantiza mejor salud. Mi compromiso es que todos tengan SAME, una ambulancia y una guardia que funcione, con turnos por prioridad de urgencia, que ya lo estamos implementando en 30 guardias del conurbano y lo vamos a hacer en los 79 de toda la provincia. No voy a abrir hospitales nuevos ni cortar cintas porque eso es una estafa a la gente”.
“Ante estos dichos, estoy tranquila porque digo la verdad a la gente y eso libera. Desde el primer día dije que no vamos a poder solucionar en 4 años los problemas de 25 pero sí que íbamos a empezar. Y lo hicimos. Me puedo parar en cualquier esquina de La Matanza y explicarle esto a cualquier vecino y sé que lo va a entender. Lo demás es campaña«.
«El 23 de octubre, cuando el resto de los candidatos se vayan, nosotros vamos a seguir trabajando y nuestros candidatos de Cambiemos también, porque no vienen a esta elección a querer ser presidentes o a buscar fueros”.
Sobre su vida privada
“Soy bastante malhablada. En general, cuando salgo en los medios me cuido, pero en familia, con amigas, me libero con las malas palabras. Pero fuera de eso, soy como se me ve. Tengo mis amigas de toda la vida, una hermana de toda la vida, mi amiga Soledad, anoche fui a cenar con amigos y con mis hijos, muy tarde. Tengo lindos espacios”.
“Soy una madre que grita y se pelea con sus hijas adolescentes como todas, cuando me sacan las cosas y no sé dónde están”.
“Juro que no estoy conociendo a nadie. Quiero pensar que no es por mí, sino porque tampoco tengo tiempo. Cada ratito lo elijo para mi familia y entonces es difícil. Y yo no quiero salir con un político. Eso es un título. Quiero a alguien que no tenga nada que ver con esto”.
Sobre los comedores escolares
“Al asumir, hacía ocho meses que no se pagaba la comida en las escuelas en la provincia, con lo cual los proveedores mandaban mal y tarde lo que había para comer. Y había un problema de precios porque los consejos escolares tenían que definir un menú con 6 pesos con 30 centavos por día por chico. Nadie come con esa plata. Aumentamos un 130% el valor de la ración, pero no alcanza con ponerle más plata hay que garantizar que eso se traduzca en mejor comida para los chicos”.
“Por eso convocamos a las organizaciones de nutrición más importantes del país, independientes, no políticas, que armaron un menú completo, para toda la semana, que al principio fue sugerido y ahora es obligatorio. Y tiene que tener carne, verduras, frutas, cereales, y reducir el pan, que ha sido un cambio cultural que aún estamos peleando con las auxiliares de cocina, porque nos pasa como sociedad que parece que si el chico no comió el pan no está lleno. Entonces damos la pelea de una alimentación más saludable, porque hay problemas de obesidad en nuestros chicos, desde muy chiquitos”.
“Tenemos entre 500 y 600 escuelas a las que vamos y hacemos auditorías sobre la limpieza de la cocina, el tamaño de la porción -se pesa el plato vacío y con la comida-, si tiene el punto de cocción adecuado, con termómetros y balanzas. Es un trabajo dedicado. Ese es el tipo de comedor que yo quiero que tengan los chicos de las escuelas públicas. Son 12 mil escuelas y 1,5 millones de chicos que van a comer todos los días. No puedo garantizar que esté pasando en todas las escuelas de la provincia, pero sí que no va a quedar ninguna que no haya pasado por esa inspección y vamos a seguir encima de este tema”.
Sobre el Servicio Penitenciario Bonaerense y las críticas de Brancatelli.
“Después de años de escuchar hablar de derechos humanos, arrancamos la gestión con 7 mil detenidos sin colchón en las cárceles, que dormían en el piso. Eso pasaba en la provincia de Buenos Aires. Y compramos 2 mil candados porque no había entre pabellones y en lugares básicos, cuando después nos sorprendíamos de las fugas. Eran condiciones de hacinamiento inaceptable. Los presos no comían. Por eso cambiamos el sistema, detrás del cual, por supuesto, había muchos intereses. Empresas que no entregaban lo que cobraban y lo que daban no llegaba al detenido, entregas a granel y en crudo. El sistema de viandas hace que llegue todo el plato sin intermediación y sin que quede nada en el camino.”
“Se aumentó un 150 por ciento la gente que aprende un oficio en la cárcel o que estudia. El objetivo es que en 2019, 7 de cada 10 detenidos estén estudiando o trabajando. Eso es un estándar internacional que no se cumplió nunca y con eso apuntamos a que bajen los niveles de reincidencia. La cárcel no es un lugar para que vivan hacinados y maltratados”.
“Tengo que decir un buen ejemplo. Cuando empezamos con esto con el ministro Ferrari llamamos a muchos gremios grandes de la Argentina, para contarles que queríamos que los presos aprendieran a trabajar en la cárcel. Y uno de los que ayudó mucho fue Antonio Caló, que donó un enorme cantidad de equipamiento metalúrgico para que los detenidos aprendan el oficio. Cuando uno trabaja con los demás, a veces encuentra respuestas. Caló no lo hizo público pero yo quiero hacerlo, porque lo hizo de una manera muy comprometida, aún sin compartir ideología política o pensar como nosotros, pero compartiendo esta necesidad”.
Sobre su plan de “ajuste en la política”
“Ya bajamos 20% los cargos políticos que nos parecían innecesarios, bajamos a la mitad la pauta publicitaria y después de 2 años que estoy en el cargo, yo estoy para seguir achicando y no los empleados, sino los cargos. Niveles enteros de secretarías, subsecretarías, directorios en organismos que no hacen falta. A lo mejor no es un gasto muy importante pero es un gesto hacia la gente. En su momento ahorramos unos 200 millones de pesos, que para un presupuesto de 500 mil millones tal vez no resulte mucho, pero si lo pensás se traducen en 200 cuadras de asfalto, o 200 ambulancias de alta tecnología”.
“No hay que tenerle ningún miedo a la palabra ajuste para la política. La Justicia, la Legislatura y los intendentes sería deseable que también lo hagan. Que definan un techo a su salario. Que definan cuántos se puede tener, con qué fines y por cuánto tiempo. Que definan quién debería tener auto y quién no, porque hay funcionarios que tal vez necesitan recorrer 135 municipios y hacer mil kilómetros en un día, pero hay otros que no lo necesitan. Es una política de austeridad que le dé tranquilidad a la gente de que la plata está donde tiene que estar”.
“Espero que los legisladores avancen en este sentido con los gastos de las cámaras, una vez que termine la elección, con un diálogo maduro”.
Reviví la entrevista completa: