La muerte del Papa Francisco generó conmoción en todo el mundo, pero también dejó al descubierto tensiones dentro de la política argentina. En diálogo con América TV, el diputado nacional Oscar Zago, presidente del bloque del MID en la Cámara baja, lamentó la falta de coordinación institucional para organizar una comitiva oficial que viaje a Roma a despedir los restos del Sumo Pontífice.
“No puede volver a pasar. Ojalá tengamos otro Papa argentino, que sabemos que es muy difícil, pero lo que pasó no puede repetirse”, expresó Oscar Zago con tono firme. Y agregó: “Esto debió resolverse de forma consensuada. Las cosas hay que acordarlas. Tenemos que ser serios en estos temas”.
Críticas a la desorganización y a la grieta
La discusión sobre si debía armarse una comitiva oficial para representar al país en el Vaticano se coló en el debate legislativo y dejó en evidencia diferencias internas. Según Oscar Zago, “Diputado o senador que quiera ir, que se pague lo que se tenga que pagar. Pero una comitiva oficial me hubiera gustado. El tema es el gesto institucional”.
En ese sentido, señaló que hubiera sido pertinente que, como mínimo, el presidente de la Cámara baja estuviera presente en nombre del Congreso: “Ahora empieza el debate sobre quién va del Gobierno. De última, hubiera invitado al presidente de la Cámara de Diputados”.
Oscar Zago también ironizó sobre el manejo del Ejecutivo en este tipo de situaciones: “No me extrañaría que el Presidente les haga pagar el hotel a cada uno de los funcionarios que vayan”.
Un país dividido hasta en el duelo
El legislador del MID apuntó además a la grieta política, que, a su entender, se volvió a evidenciar en el marco del fallecimiento del líder religioso. “A veces parece que sí están desconectados de la realidad. Lo vimos cuando Victoria Villarruel fue abucheada durante una misa en homenaje al Papa. Eso muestra que la Argentina, por este camino, va muy mal”.
Con el Vaticano como epicentro de las despedidas al primer Papa latinoamericano de la historia, la falta de una respuesta coordinada desde el Congreso y el Ejecutivo generó malestar en varios sectores políticos, que consideran que el país debía haber estado representado con mayor formalidad.
“Esto no era una cuestión partidaria. Era una cuestión de Estado”, concluyó Oscar Zago, dejando en claro que, más allá de las banderas políticas, el de Francisco fue un liderazgo que trascendió la religión y la política, y que merecía una despedida a la altura.
Mientras estuvo internado, la mujer asistió a la clínica doce veces para rezar por su recuperación. Fue reconocida como "la mujer de las flores amarillas" el día que el Papa la distinguió entre la multitud luego de su recuperación. Cuando el religioso se mejoró, mientras volvía a Santa Marta, frenó en la Basílica de Santa María la Mayor, donde será sepultado, para rezar y pidió que depositaran allí las flores de Carmela a los pies de la Salus Populi Romani.
“No sé qué decir. Gracias, gracias. Gracias al Señor y al Santo Padre. No me creía tan ‘vista’”, dijo la mujer conmocionada aquel día luego del reconocimiento del Papa. “El Santo Padre tenía que dar la bendición y en su lugar vio mi ramo de rosas. Le deseo una pronta recuperación y que vuelva como antes entre nosotros”, agregó.