Decir que Al taco, el libro firmado por Carolina Santos, Gabriela Cei y Silvia Arcidiacono y editado por Gourmet Musical Ediciones, es un libro, está muy lejos de ser un lugar común para comenzar una reseña. Tres amigas de la secundaria que mantienen desde aquel entonces un vínculo con el rock más cercano con lo cultural que con lo estrictamente musical: un listado incompleto de este vínculo irrompible incluye salidas a recitales por sobre las discotecas, gustos compartidos (y no), charlas y discusiones infinitas sobre el punto anterior, lecturas comunes desprendidas de lo que escucha(ba)n y películas ídem y, por sobre todas las cosas, un sentimiento ideológico feminista simultáneo e histórico que escapa a cualquier atisbo de suspicacia temporal y que se remonta a mucho antes de la ola verde que invadió el Siglo XXI con la Ley del Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo y el Ni una menos como banderas. Todo esto sumado a la formación profesional de cada una da como resultado un plan con pocas chances de fallas.
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El primer acierto de Al taco se da nomás al inicio de la lectura, con una minuciosa reconstrucción de una época y una escena casi siempre ignorada por el canon oficial: la de los girl groups pop previos a la aparición de “Rebelde” de los Beatnicks de Moris Birabent y Pajarito Zaguri, que es para casi todos el puntapié inicial del rock argentino. De esta manera aparecen grupos como, por ejemplo, Las Mosquitas, o solistas como Claudia, cuyo efímero éxito fue una versión en castellano del tema “Ferry Cross The Mersey” de Gerry & The Pacemakers llamada… “La balsa”. Sí, leyeron bien: antes del hitazo de Los Gatos compuesto por Litto Nebbia y Tanguito en un baño de La Perla de Once hubo otra balsa en el rock & pop argentino. Creer o reventar.
El libro contiene, entonces, hallazgos como el citado (al mismo nivel se destaca todo un apartado a lo largo del tiempo de grupos de heavy metal locales también dejados a un lado por la historia oficial) al lado de nombres conocidos por todos como Gabriela, Fabiana Cantilo, Hilda Lizarazu, Patricia Sosa, María Gabriela Epumer, Andrea Alvarez o Claudia Puyó, por citar algunas. Y, también, reivindica a figuras fugaces conocidas por los melómanos, pero no por el gran público, como Diana Nylon, Leonor Marchesi (cantante de Púrpura), María José Cantilo, Mónica Vidal (Antihéroes, El Lado Salvaje) o Wanda (voz de Euroshima).
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El trío que integran Marilina Ross, Sandra Mihanovich y Celeste Carballo merece un párrafo aparte. Discutir si las dos primeras pertenecen al ámbito del rock es tan en vano como hablar del sexo de los ángeles. El abordaje que hacen las autoras, de nuevo, excede lo musical. El relato de la concreción por parte de Andy Cherniavsky y Gabriel Rocca de las fotos de Mujer contra mujer (1989), y sus afiches en la vía pública, demuestra la valentía de Mihanovich y Carballo para llamar a las cosas por su nombre en aquel entonces. Genias y figuras.
La ausencia de la review de Erótica, el disco que la vedette setentosa Jorgelina Aranda grabó acompañada por Billy Bond y La Pesada del Rock & Roll, no deslegitima para nada el gran trabajo de Carolina Santos, Gabriela Cei y Silvia Arcidiacono. Al taco es un libro que al llegar al final deja con ganas de más, lo que no es poco decir. En su presentación, las chicas anunciaron que el bonus track soñado sería una gran muestra de fotos que complemente al texto, y sabemos que tarde o temprano lo concretaran. Es que estas muchachas, si hay algo tienen de sobra, es rock.
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