Sylvain Hélaine, quien ejercía de docente en Essone, Francia, fue apartado su cargo tras las denuncias de varios padres por su aspecto físico.
Hélaine, de 35 años, tiene el cuerpo completamente tatuado, incluidos los ojos y la lengua y, según las autoridades del establecimiento, “da miedo a los niños”.
Hasta ahora sus alumnos tenían edades comprendidas entre los 2 y los 12 años, pero tras las quejas las autoridades educativas del distrito lo transfirieron a cursos con alumnos de más de 6 años.
“Los niños que me ven aprenden mucho sobre la tolerancia y el respeto hacia los demás. Sin quererlo, solo estando en contacto con ellos, quizás hay más chances de que en el futuro no sean racistas, homofóbicos, o que no miren a los discapacitados como si fueran bichos raros”, se defendió Hélaine, cuyo seudónimo es Freaky Hoody.
La ley francesa no prohíbe los tatuajes de los docentes, aunque sí la exhibición de signos religiosos como la cruz o el velo islámico. “Sufrí una discriminación que esperaba sufrir. Mis tatuadores me habían advertido que la mirada de la gente cambiaría cuando me tatúe las manos y la cara. Lo sospechaba, pero la pasión fue más fuerte”, contó.
El origen
Según reveló Hoody, su estadía en Londres en un programa de intercambio del profesorado, le inculcó esta «pasión» (no «adicción», aclaró). Hoy en día, tiene tatuajes en todo el cuerpo, incluido el cráneo, el cuello, la cara, la lengua, las orejas, el interior de las manos y los dedos.
Sin embargo, lo más lejos que llegó este maestro, que también es músico y artista, es inyectarse tinta de varios colores en el blanco del ojo, lo cual le da una mirada muy particular. También tiene otra inscripción en su lengua, que de acuerdo con su relato, «triplicó su tamaño». “Aún no cicatrizó después de un año y medio”, reconoció.
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