Un millón setecientas cincuenta mil entradas vendidas en el momento de su estreno, en 1993. Y una banda de sonido que vendió la friolera de 450 mil copias, de la mano de un hit como “El amor es más fuerte”. Tango Feroz: la leyenda de Tanguito, ópera prima cinematográfica de Marcelo Piñeyro, protagonizada por Fernán Mirás y Cecilia Dopazo, con Imanol Arias, Leonardo Sbaraglia, Federico D’Elia y Antonio Birabent, entre otros, en papeles secundarios, es una película que aún hoy, a más de treinta años de su estreno, tiene defensores fanáticos y críticos acérrimos. Es que la vida de José Alberto Iglesias, alias Tanguito, co autor junto con Litto Nebbia de “La balsa” (sin ninguna duda el primer hit masivo del rock argentino), todavía tiene zonas no aclaradas del todo y disputas irreconciliables.
Los directores Denise Urfeig y Mariano Frigerio se propusieron contar la historia de la filmación de esa película. Empresas por el estilo suelen salir o muy bien o muy mal, sin términos medios. Y Leyenda Feroz, por suerte, se ubica dentro del primer conjunto. Más allá de algunas ausencias puntuales dentro de los testimonios (ya volveremos a ese punto), este documental da cuenta de la génesis del proyecto, sus vaivenes, sus negativas, las idas y venidas del rodaje y un final feliz, con el suceso de la cinta e insólito, ya que conllevó un éxito descomunal absolutamente inesperado para todas las personas que fueron parte del proyecto.
La idea de Piñeyro era imbatible: contar el ascenso y la caída de Tanguito. Pero de entrada se impusieron las negativas de aquellos que conocieron al personaje en cuestión en los albores del rock argentino: Javier Martínez, Moris, Pipo Lernoud y Litto Nebbia. El no de Nebbia era clave: no autorizaba bajo ningún concepto a que “La balsa” fuera usada en la película. Nebbia no aparece en Leyenda feroz, pero sí Lernoud y Martínez, que presentan argumentos irrefutables para seguir en desacuerdo con la visión de Piñeyro. Y al no tener “La balsa”, medio de casualidad, la producción dio con los mendocinos Fernando Barrientos (hoy la mitad del exitoso dúo folklórico Orozco Barrientos, apadrinado por Gustavo Santaolalla) y Daniel Martín, que compuso dos canciones originales: la que daba título a la película y “El amor es más fuerte”. Ambas canciones se compusieron en un fin de semana, y todos se convencieron de su potencial apenas sonaron en un cassette.
Algo similar pasó con las actuaciones. La idea de usar actores jóvenes era una condición sine qua non para el director, harto de que en el cine argentino cuarentones interpretaran a veinteañeros. La pareja de Mirás y Dopazo, y la química que generaron ambos, fue un acierto total, y escucharlos a ambos recordar ciertas escenas del rodaje nos permite entrar a la cocina del film con ternura.
Una vez estrenada, las críticas a Tango feroz fueron buenas, salvo por los dos diarios más importantes de la Argentina, más que influyentes en ese momento: Clarín y La Nación, que se hacían eco del no rigor histórico a la hora de contar la historia y de presentar a un Tanguito edulcorado, a diferencia del Jim Morrison que mostraba Oliver Stone en la biopic de The Doors. Para colmo, se veían dos tanques de Hollywood como Jurassic Park y Atracción fatal. Pero nada detuvo a un suceso que llegó a revistas como Gente y a programas políticos como Hora clave, conducido por Mariano Grondona. El rescate de ese momento bizarro brilla tanto como ver el ayer y el hoy de las locaciones, y da en la tecla de uno de los aciertos: la utilización de exteriores reconocibles. Tango feroz puede haber envejecido bien o mal según el prisma con el que la mire hoy, pero Leyenda feroz le hace honor a la sección del BAFICI donde se encuentra programada: El cine dentro del cine.
Leyenda feroz se proyectara en el BAFICI los días 24 y 26 de abril, y su estreno comercial será el 9 de mayo. Más información acá
