Máxima Zorreguieta: La Reina “argentina”

La primera temporada de la serie que cuenta su vida hace foco en su vida antes de ser la soberana de los Países Bajos.
Por: Pablo Strozza

Estamos en la ciudad española de Sevilla, y corre el año 1999. Una chica argentina, ejecutiva de un banco multinacional con sede en Wall Street, Nueva York, conoce en una fiesta a un joven rubio y apuesto. El flechazo entre ambos es inmediato, pero la muchacha no se destaca a la hora de bailar, y eso hace que casi rechace las galanterías del hombre, que tampoco es muy ducho al mover las caderas. Pero el destino y Cupido tuvieron otros planes, y así ambos comenzaron un noviazgo.

Palabras más, palabras menos, esa anécdota puede ser vista como fue el inicio de la relación entre Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro, por aquel entonces el príncipe heredero al trono de los Países Bajos. Y ese es el foco de la primera temporada de Máxima, serie de televisión desarrollada por la plataforma de streaming Videoland, de origen neerlandés, y que en la Argentina se puede ver a través de Max. La serie tiene a Delfina Chaves en el papel de Máxima Zorreguieta, el neerlandés Martijn Lakemeier como Guillermo, y el actor alemán Sebastian Koch y la actriz neerlandesa Elsie de Brauw en los roles de Nicolás de Amsberg y la reina Beatriz de los Países Bajos, los padres de Guillermo, respectivamente. La primera temporada consta de seis capítulos de cincuenta minutos promedio de duración.

Uno de los aciertos de Máxima es que el guion está basado en el libro Patria: los primeros años de Máxima Zorreguieta, de Marcia Luyten, que si bien no es una biografía oficial y autorizada por la actual Reina, tanto ella como la Casa Real le dieron carta blanca a la autora para que entreviste a todo su entorno argentino, siempre reacio a contar historias e intimidades. Y ese entorno accedió a hablar, por lo que hay un respaldo interesante a lo que se narra, más allá de que en la ficción se presente a los Zorreguieta como una familia de clase alta, hecho que despertó malestar en esos allegados a la monarca.

El otro conflicto que plantea la serie es, claro está, el pasado del padre de Máxima. Entre  1976 y 1981, en la presidencia de facto de Jorge Rafael Videla, Jorge Zorreguieta fue primero subsecretario de Agricultura de la Nación y luego secretario de Agricultura y Ganadería y, de manera simultánea, ocupó el cargo de presidente de la Junta Nacional de Granos. Cargos significativos en una dictadura militar que tuvo a los Países Bajos como fuertes denunciantes sobre los secuestros y las desapariciones de personas ante los organismos internacionales de derechos humanos. La historia que se ve por la tele no esquiva el bulto, y ahonda en ir hacia el interior de una mujer que debe tomar decisiones que implican dejar atrás el pasado y mirar hacia adelante sin culpa, con la certeza tácita que ella no puede responder ante hechos oscuros familiares ocurridos cuando era una niña.

Las escenas de sexo entre Máxima y Guillermo, que son soft para lo que se puede ver en cualquier ficción, levantaron controversia en los Países Bajos, más allá que la serie es un éxito rotundo. “No necesito ver jadeando y resoplando sobre su amada al hombre al que vemos recitar el discurso desde el trono como rey cada año”, comentó la periodista Anita Witzier. Más allá del respeto a por las tradiciones y la investidura el recato que se ve en The Crown, la serie que sin ninguna duda funciona como espejo e inspiración para Máxima, bien podría haber sido imitado al cien por ciento. Pero son especulaciones que no aportan mucho, y que sólo hacen que se espere con fervor la segunda temporada, y su qué dirán.

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