Miles Davis: La trompeta es eterna

Por: Pablo Strozza

Se reeditaron cinco discos claves en la trayectoria del músico que cambió, cinco o seis veces, la historia del jazz. Los popes de la era dorada y su anècdota con la recepcionista de la Casa Blanca.

 

La anécdota es bastante conocida, pero bien vale la pena repetirla. Cuenta la leyenda que en una recepción en la Casa Blanca en los años ’80, una mujer le preguntó a Miles Davis por qué el jazz estaba muerto en Estados Unidos. “El jazz es ignorado aquí porque a los blancos les gusta quedarse con todo, dijo el trompetista, sin la menor intención de caerle simpático a la dama, que contraatacó: “Bueno, ¿pero qué ha hecho usted tan importante con su vida? ¿Por qué está aquí?”. “Yo he cambiado la historia de la música cinco o seis veces. ¿Qué ha hecho usted de importante aparte de ser blanca, cosa que no es importante para mí?”, respondió Miles, que en sus ratos libres solía practicar boxeo, con una eficacia digna de Muhammad Alí. La charla terminó en ese mismo instante, y se puede decir que en la cara de la señora había una mueca similar a la de un púgil cuando arrojan la toalla de su rincón para dar por finalizada una pelea por abandono.

Miles Davis, la leyenda.
Miles Davis, la leyenda.

Y es que Miles no exageraba. Tras tocar con Charlie Parker (el papá del bebop), Miles registró Birth of the Cool, donde introdujo la noción del cool jazz con un noneto que incluía instrumentos inusuales para la época como la tuba o el corno francés. Luego coqueteó con el hard bop (ya volveremos a ese punto), inauguró el jazz modal (Kind of Blue), improvisó música para cine (L’Ascenseur pour l’Echafaud), profundizó el hard bop, fundó el jazz rock (Bitches Brew) y terminó sus días con un disco de acid jazz (Doo-Bop). Nadie en la historia de la música popular de los Estados Unidos evolucionó de esa manera, acompañando a los cambios de época, con tamaño nivel de excelencia.

Por eso siempre está bien escuchar a Miles. Y por eso hay que celebrar la reedición de cinco discos que publicó entre 1956 y 1961 para el sello Prestige (And Horns, Collectors’ Items, Blue Haze, Walkin’ y Steamin’’), en una serie de cajitas que también incluyen trabajos de Bill Evans, Billie Holiday y John Coltrane. Una excelente puerta de acceso a su obra.

Más allá de su incuestionable capacidad como instrumentista, Miles siempre supo elegir de manera más que precisa a sus acompañantes. Así en estos álbumes desfilan a su lado tipos como Coltrane, Parker (con el seudónimo de Charlie Chan en Collectors’…), Sonny Rollins, Charles Mingus (ejecutando el piano en lugar del contrabajo en un tema de Blue Haze), Horace Silver, Philly Joe Jones y Paul Chambers, entre otros: todos pesos pesados de la era dorada del jazz. Los temas varían entre propios y versiones de Dizzy Gillespie, Mingus y otros clásicos del género. Pero la versión de Round About Midnight de Thelonious Monk incluida en Collectors’… es histórica. La trompeta de Miles dialoga con los saxos de Parker y Rollins y los tres documentan de manera inmejorable el dolor de estar solo y abandonado a la medianoche. Toda descripción que se pueda hacer de esta toma es insuficiente: solo queda rendirse ante tamaña muestra de belleza. Cosas que solamente la música puede lograr cuando quienes la tocan están tocados por la varita mágica del talento.

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