Simone Biles: Hollywood en los Juegos Olímpicos

El documental Simone Biles vuelve a volar puede funcionar como nudo o precuela de la performance de la gimnasta en París 2024.
Por: Pablo Strozza

La fecha clave es el 27 de julio de 2021. Ese día, tras haber hecho uno de los registros más bajos en el salto de caballete en los Juegos Olímpicos de Tokio siendo la máxima favorita tras su actuación en los JJ.OO. anteriores en Río de Janeiro, la gimnasta estadounidense Simone Biles se retiró de la competencia. Pero no por una lesión, tal como se especuló en ese momento, sino por un problema inherente a su salud mental. “Después de la actuación que hice, simplemente no quería seguir. Tengo que concentrarme en mi salud mental. Simplemente creo que la salud mental ha tomado más relevancia en los deportes en este momento. Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos y no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos. Ya no confío tanto en mí misma. Quizás esté envejeciendo. Hubo un par de días en que todo el mundo habla de ti y sientes el peso del mundo. No quería salir, hacer algo estúpido y lastimarme. Siento que muchos atletas que han hablado de esto realmente han ayudado. Es tan grande, son los Juegos Olímpicos. Al final del día no queremos que nos saquen de allí en una camilla”, fueron sus declaraciones a la prensa en aquel momento.

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Tras ver sus resultados en los JJ.OO. de París 2024, con su premiación al ritmo de Taylor Swift, el documental Simone Biles vuelve a volar, que se puede ver por Netflix, puede actuar como el nudo de una historia clásica de Hollywood de ascenso, caída y resurrección de una estrella; o como el nudo anterior al final feliz estilo comedia romántica que todos deseábamos para la mayor gimnasta de la historia moderna, sólo comparable con la inolvidable Nadia Comaneci, aquella rumana que en 1976 mereció el primer diez en las calificaciones en la francófona Montreal que fue la sede de esos Juegos Olímpicos.

Biles muestra como vuelve a entrenar tras su colapso, con colegas que no pueden verla sin pensar en la leyenda viva que es, comparable con Messi, Nadal o Serena Williams, y ese detalle del modo en el que vuelve a perder el miedo a un error que la puede llegar a lesionar de manera permanente de por vida hace que enfaticemos con ella incondicionalmente. Lo mismo que cuando su mamá cuenta que, por culpa del Covid 19, ella no pudo peinarla antes de las competencias, y que sin dudas ese fue uno de los motivos del fracaso de la genia de su hija.

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Con el diario del lunes, Simone Biles vuelve a volar cobra otro significado, ya que expuso un problema que hasta que le pasó a una mega estrella como ella era menor y ninguneado, como es el de la salud mental al momento de tener que rendir un examen contra uno mismo como es batir o mantener un record en un Juego Olímpico. También expone la cuestión del racismo desde una cuestión que parece insignificante pero no lo es como el del pelo y los peinados de las chicas negras. Pero al final todo queda abierto para lo que ocurrió: que a una edad en las que las gimnastas suelen estar desahuciadas (otro tema tabú en esta especialidad deportiva) Simone Biles pueda volver a hacer historia. Y más allá que los más veteranos preferamos aquel primer diez de Nadia, negarla es como negar a Messi en pos de Maradona. ¡A disfrutarlas!

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