El presidente Javier Milei salió al cruce de los economistas que consideran que en la Argentina hay atraso cambiario, con lo cual volvió a negar que se piense en una devaluación del peso.
Lo hizo mediante una columna que publicó en el matutino La Nación, donde el mandatario resaltó que «toda vez que el tipo de cambio (TCR) real empieza a caer, igual que un disco rayado, los economistas comienzan a dar alarmas de atraso cambiario sin siquiera considerar el caso de una apreciación del peso».
La columna de opinión de Milei llevó como título «Atraso cambiario: el disco rayado de los economistas», y allí sostuvo que el método en el que se basan los economistas «tiene una serie de problemas metodológicos graves».
En primer lugar, afirmó que «nadie puede determinar el vector de precios de equilibrio general intertemporal de donde se deriva la afirmación de que el tipo de cambio está atrasado». Y lamentó que «los economistas suelen recurrir a promedios como si existiera un proceso de reversión a la media, lo cual implicaría que los parámetros profundos no cambian en el tiempo, lo cual es obvio que es falso».
«No es trivial el punto de inicio de la serie, donde los adalides del atraso cambiario suelen iniciar la serie desde la salida de la convertibilidad, un período caracterizado por violación de derechos de propiedad que lleva a la depreciación sistemática de la moneda», planteó.
«Acorde al Banco Mundial, el PBI/c de la Argentina a PPP es de US$30.000, mientras que a dólares corrientes es de US$15.000, por ende, no sólo no hay atraso cambiario, sino que además el dólar podría caer hasta los $600. Es más, durante la convertibilidad el dólar era de unos $700 y sin equilibrio fiscal», añadió.
Sostuvo que «si se considera la convertibilidad, el tipo de cambio real cae» y observó que «durante los períodos de populismo salvaje el tipo de cambio real está por encima del promedio, mientras que en los momentos de confianza lo hace por debajo».
«Dada la precariedad del análisis basado en el TCR, ello nos empuja a indagar sobre otra metodología que nos permita detectar un problema de atraso cambiario», continuó. «Si tomamos la dimensión monetaria del tipo de cambio y consideramos que la oferta monetaria se contrae por superávit fiscal (se absorbe más de 6% de la base monetaria por mes), al tiempo que recompone la demanda de dinero y la economía crece, el dólar no sólo no tiene combustible monetario para subir, sino todo lo contrario, ya que de hecho están faltando y faltarán pesos conforme pasen los meses».
Y cerró: «Por lo tanto, todas las apuestas devaluatorias de los economistas que intentan redimirse de sus malos pronósticos de 2024 están flojas de papeles, mientras que el Gobierno no devaluará para salvarles la ropa a sus clientes a costa del dolor de los argentinos de bien».