Un análisis reciente de la consultora Statist sobre los salarios básicos dolarizados en diciembre de 2023 en 17 países latinoamericanos reveló un marcado descenso para Argentina. En apenas ocho años, el país pasó de tener el salario mínimo más elevado en 2015 a posicionarse penúltimo en la región, solo superando a Venezuela.

El actual salario mínimo vital y móvil (SMVM), todavía pendiente de actualización por el Gobierno de Javier Milei, se mantiene en $156.000. Sin embargo, expresado en dólares, este ingreso básico se sitúa en USD 152, posicionando a Argentina como el segundo país con el salario mínimo más bajo de la región al cierre del año pasado.

Los países con mejores salarios

Costa Rica lidera la tabla con un salario mínimo de USD 687, superando en más de cuatro veces y media el salario mínimo argentino. Le siguen Uruguay, con USD 570, tras un ajuste del 5,5% realizado por el presidente Luis Lacalle Pou, y Chile, donde el mandatario Gabriel Boric aplicó incrementos graduales, llevando el salario mínimo a 500.000 pesos chilenos (USD 567).

La dilación en las actualizaciones salariales por parte del gobierno de Milei genera incertidumbre, ya que el Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil está programado para después del 20 de enero, según Ómar Yasin, secretario de Trabajo.

Inflación imparable y caída del salario real

La situación salarial se agrava por el atraso de los salarios formales. En noviembre de 2023, estos aumentaron apenas un 6,3%, mientras la inflación alcanzó el 12,8% en el mismo mes. En un contexto de devaluación y creciente inflación, los salarios formales crecieron un 37,6% en los últimos cuatro meses, perdiendo un 11,1% de su poder adquisitivo.

Las proyecciones indican una caída mayor del salario real en diciembre debido a la devaluación y una inflación estimada entre el 25% y el 30%. Esta tendencia desfavorable podría continuar en enero, con estimaciones de inflación entre el 20% y el 28%.

Desde finales de 2015, el poder de compra de los salarios, según el índice RIPTE, disminuyó un 28%, un 20% en la gestión de Mauricio Macri y un 8% en la de Alberto Fernández.

Esta situación plantea un desafío significativo para el gobierno actual, ya que el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores es una preocupación constante en la economía argentina.