A mediados de diciembre, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) redujo la tasa de interés de los plazos fijos de 133% a 110% nominal anual. La medida, redujo la rentabilidad de los plazos fijos tradicionales a un 9,16% mensual promedio, que , en un contexto de alta inflación da una tasa real negativa, lo que expone a los ahorristas a una posible pérdida de valor de sus ahorros.
Las proyecciones inflacionarias para los próximos meses son altas, con declaraciones incluso del presidente Javier Milei sobre una inflación cercana al 3.000% anual. En este marco, la tasa de interés de 110% anual se vuelve insuficiente, planteando un desafío para los ahorristas y generando interrogantes sobre cómo proteger sus fondos en este escenario.
Plazos Fijos vs. Inflación: La brecha se amplía
Con un aumento promedio de precios registrado entre el 16% y 19% en la primera quincena de diciembre, se espera que la inflación del último mes del 2023 (que se dará a conocer en las próximas horas) alcance al menos el 30%, según declaraciones del Gobierno. Esta perspectiva coloca a la tasa de plazos fijos del 110% anual en una posición de desventaja, siendo una tasa real negativa para los ahorristas. La diferencia entre la tasa ofrecida y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría superar los 10 puntos porcentuales, exponiendo a los ahorristas a una pérdida frente a la inflación.
Ante este panorama, la opción de los plazos fijos UVA, ajustados por inflación, se presenta como una alternativa más atractiva para quienes buscan afrontar con mejores instrumentos para escalada de precios. Sin embargo, la colocación mínima de 90 días en comparación con los 30 días de los plazos fijos tradicionales plantea restricciones en la disponibilidad del dinero.
Los plazos fijos UVA, indexados al coeficiente CER, ofrecen un rendimiento ajustado a la inflación más un 1% anual, protegiendo los ahorros de la pérdida de valor frente al aumento general de precios. A pesar de la solicitud de los bancos de discontinuarlos, el Banco Central ratificó su vigencia, considerándolos necesarios para ofrecer a los ahorristas una opción de depósito ajustable.