Existe una ley que promueve la educación inclusiva ya que es un derecho de todos los niños. Sin embargo, muchas veces las escuelas no saben cómo llevar adelante el proceso de incorporación al aula de un chico con dificultades en el aprendizaje o con alguna discapacidad. A veces por desconocimiento y otras, porque aún existen barreras institucionales y culturales.
En ese sentido, el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación elaboró un material educativo con el objetivo de brindar herramientas y estrategias a docentes y directivos para el abordaje de la diversidad. Se trata de siete cuadernillos, que se distribuirán en todas las escuelas del país, ya sea impresos o en formato digital, que incluyen el marco normativo de una educación inclusiva y un manual específico para cada tipo de diversidad. Por ejemplo, Trastorno del Espectro Autista (TEA), dificultades en el aprendizaje, discapacidad intelectual o visual o altas capacidades, entre otros.
La elaboración de este material, que contó con el apoyo de UNICEF Argentina y de distintas organizaciones de la sociedad civil, así como también de referentes en este tema, llevó dos años de trabajo en los que se recorrió todo el país para conocer cuáles eran los escollos en la puesta en práctica de la inclusión. El psicólogo, especializado en autismo, Matías Cadaveira fue uno de los profesionales que colaboró en este relevamiento. «Con este trabajo impulsamos la posibilidad de destruir mitos, erradicar barreras y obstrucciones mentales que tienen muchos profesionales de la educación -explicó Cadaveira a BorderPeriodismo- preconceptos como que los alumnos con autismo me van a desnivelar la calidad educativa del aula o que no hablan cuando, en verdad, incluso los que no hablan, tienen otras posibilidades de comunicación y eso a veces es desconocido por los maestros».
La idea de este proyecto es, justamente, capacitar a la comunidad educativa (docentes, directivos, familias) en lo que es un derecho de todas las personas: la educación inclusiva. De esta manera, se ofrece un menú de prácticas institucionales y dentro del aula; estrategias pedagógicas; asesoramiento para la detección temprana; habilidades y recursos comunicacionales y adecuaciones ambientales.
Cristina Lovari, Coordinadora Nacional de Educación Inclusiva, a cargo de esta iniciativa, aseguró a Border Periodismo que la misma fue concebida porque «a veces los docentes no cuentan con información a la hora de iniciar un proceso de inclusión».
La inclusión en las escuelas hoy no depende de la buena voluntad de las instituciones. Es por ley de cumplimiento obligatorio. Sólo que a veces faltan herramientas y conocimiento. Y esta fue una de las principales demandas que el Ministerio escuchó por parte de las escuelas. «Sabemos que hay muchas escuelas comprometidas en mejorar su respuesta educativa, pero en igual proporción hay otras que siguen teniendo dificultades a la hora de alojar estudiantes con alguna discapacidad», indicó Lovari. Y agregó: «Estamos mejor pero todavía falta seguir trabajando. Nuestro horizonte es lograr un diseño universal del aprendizaje que incluya a todos. Habilitar al docente para que planifique sus clases en clave inclusiva».
Los cuadernillos están diseñados de manera didáctica y clara. Por ejemplo, en el caso del TEA, se presenta primero un marco conceptual sobre las características de los alumnos con autismo, cómo realizar una detección temprana y las principales dificultades que presentan en la escolaridad. Luego se sugieren medidas para que el ambiente en el aula sea el más adecuado con el fin de facilitar el aprendizaje, por ejemplo, usando comunicadores visuales. Por otra parte, se brindan consejos sobre cómo estimular el juego, el manejo de las emociones, la flexibilización de la conducta y el uso de herramientas tecnológicas.
Entrando a este link podés descargarlo en PDF
«Lo que tenemos que comprender todos es que las adecuaciones que se proponen para chicos con TEA son beneficiosas para todos los estudiantes», finalizó Lovari.
La inclusión no es sólo para las personas con desafíos. Sin dudas, es mucho más que eso: construye las bases de una sociedad más tolerante a un otro distinto, que a la hora de hablar de derechos no es más que un igual.