Tras el agresivo ataque que sufrió el grupo Hezbollah en Líbano, en el que se acusa a Israel de la autoría, el premier israelí Benjamín Natanyahu se reunió con altos funcionarios de las Fuerzas para la Defensa de Israel (FDI) y tildaron al encuentro como urgente.

Según informaron, la reunión se llevó a cabo en la base Kirya, en la sede del Ministerio de Defensa que está al mando de Yoav Gallant, luego del ataque que consistió en unas explosiones en diferentes puntos de Beirut, el sur de Líbano, y en Damasco, la capital de Siria.

La preocupación de Israel ante un posible contraataque de Hezbollah

En este marco, una de las principales preocupaciones de la administración israelí es la reacción de Hezbolá ante el ataque y la forma en que pueden llegar a responder, mientras que desde el grupo terrorista ya amenazaron con un «castigo». Desde la capital del Líbano, el ministro de Información, Ziad Al-Makhari, ya informó que consideran «a Israel responsable» del ataque.

Por su parte, uno de los legisladores libanés que integra el grupo Hezbolá, identificado como Ali Ammar, afirmó que su hijo «murió en la explosión de un beeper, hubo agresión israelí; responderemos en un idioma que el enemigo entienda».

Lo que si comunicaron a través de medios israelís, es que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se preparan para una tercera guerra «inmediata» contra el grupo Hezbolá en Líbano.

Cabe destacar que, según confirmó el Ministerio de Salud en una conferencia de prensa, el ataque dejó un saldo de ocho personas y 2.750 heridos que dejaron a los hospitales del sur libanés colapsados.

Irán también se sumó a las tensiones porque, tras las explosiones, su Gobierno confirmó que su embajador en Beirut, Mojtaba Amani, terminó herido tras el ataque. Sin embargo, por el momento no difundieron ni expresaron alguna decisión sobre que hacer al respecto, pero si se teme por el poder militar que tiene el país.