Grecia: el fin de la breve primavera de Syriza

Por: Diego Rojas @zonarojas

El premier Alexis Tsipras firmó el ajuste con la Troika y la crisis política se desencadenó. ¿Cómo es la interna dentro de la coalición de izquierda gobernante? El rol de Varoufakis (video)

Por Diego Rojas (@zonarojas)

A seis meses de asumir el gobierno, la coalición Syriza atraviesa el momento más difícil desde su constitución y ya hay quienes anuncian el fin del partido luego de que cediera ante la presión de las potencias europeas. El lunes por la madrugada, y apenas media hora antes de que las bolsas del continente iniciaran sus operaciones, el premier Alexis Tsipras anunció que había llegado a un acuerdo con el Eurogrupo para la realización del tercer rescate financiero de Grecia a cambio de una draconiana serie de medidas de ajuste. La maratónica reunión con los líderes de las naciones europeas había durado dieciséis horas y había estado a punto de naufragar. Sin embargo, a último momento cerraron los acuerdos que dejaron a un lado la posibilidad del “Grexit”, es decir, la salida de Grecia del euro. Sin embargo, los acuerdos firmados parecen ser muy difíciles de de refrendar en la propia nación helénica -cuya población había votado masivamente hacia sólo una semana por el “No” al ajuste en un plebiscito con visos de rebelión popular-, donde deberá someter el acuerdo y un paquete de medidas de ajuste a la propia coalición y a su bancada en el parlamento. Unas pocas horas después de anunciada la intención de ajuste, ya se producían las primeras renuncias parlamentarias del ala radical de Syriza.

La primera manifestación de descontento provino de Panagiotis Lafazanis, ministro de Energía y uno de los dirigentes de Plataforma de Izquierda (que agrupa al ala radical de Syriza), quien dijo a la prensa: “El pacto alcanzado en Bruselas es humillante». Yanis Varoufakis, el radical ex ministro de Finanzas que había anunciado durante su última reunión con el Eurogrupo la inviabilidad del ajuste debido a que la propia bancada de Syriza se negaría a votar esas medidas, atacó a Tsipras, a quien acusó de haber cedido al elegir “no desafiar a los acreedores”, a quienes definió como “una orquesta dirigida por el ministro alemán Wolfgang Schaeuble”. Varoufakis, profesor de Economía, fue un protagonista central durante el medio año de gobierno de Syriza antes de su renuncia a pedido de Tsipras el 6 de julio y se convirtió en el principal ariete contra la Troika, a quienes rechazó una y otra vez los planes ajustadores. Los miembros del Eurogrupo le plantearon a Tsipras la inconveniencia de la continuidad de Varoufakis al frente de las negociaciones y la primera medida del premier griego luego del victorioso referendo por el “No” fue pedir la dimisión del polémico ministro. Su impronta fue tal que hasta la televisión alemana le dedicó, mediante el grupo NeoMagazine Royal, este video de comedia donde se lo acusa de comer niños bebés.

Varoufakis escribió hoy martes 14 en su blog: «Grecia acepta convertirse en un vasallo del Euro grupo. (El acuerdo) es pura y simplemente una manifestación de una política humillante y la anulación completa de la soberanía nacional sin poner en su lugar una política supranacional, paneuropea». 

El acuerdo convierte a Grecia en una colonia financiera de la Troika: impone la congelación de las jubilaciones y pensiones hasta 2021, la suba de la edad jubilatoria, la revisión de convenios colectivos de trabajo, la suba del IVA (un impuesto regresivo que afecta a todas las clases sociales y, en primer lugar, a los mayoritarios sectores populares), la privatización de astilleros y de todo un tendal de empresas estatales que conformarían un pool a ser supervisado por el Eurogrupo. Si las masas griegas se habían pronunciado contra el ajuste, el premier Alexis Tsipras se rindió de cuerpo entero a los ajustadores europeos.

En horas de la tarde del lunes 13 de julio se producía la primera renuncia de un diputado de la coalición gobernante: Nikos Hountis anunciaba su dimisión al parlamento. Por la tarde, los sindicatos ligados al Partido Comunista Griego -que había decidido llamar a la abstención en el referendo de la semana anterior, quedando por fuera de la rebelión popular que logró que el 62% de la población se pronunciara firmemente contra el ajuste de la Troika- realizaron manifestaciones contra el acuerdo, que también fueron llamadas por las juventudes de Syriza y los otros partidos de izquierda, como Antarsya, el EEK-Partido Revolucionario de los Trabajadores o los numerosos grupos anarquistas helenos. El sindicato de trabajadores municipales anunció para el miércoles la huelga general contra el ajuste con toma de edificios públicos.

Los partidos de la oposición -que gobernaron alternadamente Grecia desde la posguerra y son los responsables del descalabro que vive el país- anunciaron que apoyarían el acuerdo de Tsipras. ¿Significará esta situación que el premier deberá sustentar su acción de gobierno en la base fiel de Syriza y los partidos a los que combatió durante su derrotero hacia el poder? El socio nacionalista de Syriza, Anel, anunció su total rechazo al acuerdo con el Eurogrupo y la Troika. Mientras tanto, la extrema derecha también acecha, ya que el partido Amanecer Dorado -de notables resultados electorales- también rechaza la injerencia extranjera en la economía nacional griega.

La constitución de Grecia en un protectorado económico supervisado por la Troika (compuesta por el FMI, el Eurogrupo y el Banco Central Europeo) plantea una situación de crisis política que deja un escenario abierto que se desarrollará de acuerdo a cómo actúe la población que votó por el “No” al ajuste para evitar el ajuste de manera fáctica. Las próximas 48 horas serán decisivas para configurar el nuevo mapa político de acuerdo a los apoyos parlamentarios de los partidos tradicionales al plan de Tsipras, a la vez que se podrá apreciar de manera concreta si Syriza comienza un camino de disgregación. A la vez, el desarrollo de la crisis política griega y la posibilidad de implementar el ajuste influirán en naciones como España o Portugal, que hoy mismo conforman con los helénicos los eslabones más débiles de la cadena económica europea y que se encuentran sumidos en una catastrófica crisis económica. Tsipras volvió de Bruselas con un acuerdo con la Troika bajo el brazo. En Grecia lo esperaba una tormenta.

 

 

 

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