Trump se debe de estar lamentando. Muy posiblemente le cueste verse en la situación que se encuentra hoy. Mientras prepara con su scrum de asesores los últimos detalles de lo que será el primero de los tres debates presidenciales, el magnate neoyorquino recuerda con congoja el «éxito» de gestión que vivía tan solo 9 meses atrás: cifras de desempleo en los niveles más bajos de la historia, continuo crecimiento de la economía y un apoyo republicano que parecía invencible frente a los embates demócratas.
Hoy todo es distinto. A horas de empezar el camino que definirá quién será el próximo presidente de los Estados Unidos tras las elecciones del 3 de noviembre, la proyección electoral de Trump parece crujir, mientras el demócrata Joe Biden capitaliza los reclamos hacia los republicanos. La crisis económica, política y social desencadenada por el Covid-19 -que el propio Trump admitió que subestimó para evitar mayores consecuencias en la economía- dejó como saldo un récord mundial de más de 200 mil muertes, un desempleo en torno al 13%, un país en recesión y una violencia en las calles que parecen esfumar las aspiraciones de Trump.
Las encuestas muestran al exvicepresidente de Barack Obama liderando cómodamente la intención de voto. Desde hace ya casi dos meses que la diferencia entre Biden y Trump llega hasta los 10 puntos, dependiendo la consultora que realice el índice. Pero no todo está dicho. El leve repunte que empezó a mostrar la economía en el último mes, sumado a las promesas -que muchos tildan de electorales- del propio Presidente de que habrá vacunas contra el Covid antes de noviembre, hacen soñar a los firmes seguidores republicanos, los históricos conservadores que configuran la sólida base electoral que todavía le permite soñar a Trump.
Por otra parte, los demócratas mejor que nadie saben que mayor cantidad de votos no significa tomar el ansiado control del Salón Oval de la Casa Blanca. En 2016 Hillary Clinton acumuló más sufragios que su rival, pero el sistema de elección a través del Colegio Electoral hizo que a pesar de tener casi 3 millones de votos menos a nivel general, Trump sumase más electores en el Colegio, lo que finalmente lo alzó con la presidencia. Un candidato tiene que superar al menos los 270 electores para ser elegido. Según las proyecciones, si la elección fuese hoy, Biden llegaría al menos hasta los 275. Pero muchos Estados claves como Arizona, Florida, Georgia, Iowa, Michigan, entre otros, todavía están abiertos y allí es donde realmente se definirá la contienda.
Las preocupaciones de los votantes
En este contexto, los temas de la agenda que más le preocupan a los norteamericanos fueron cambiando desde que comenzó este año electoral. Según un informe elaborado por la Fundación Embajada Abierta en base a datos recopilados de distintas fuentes de Estados Unidos, el top five de los temas que los estadounidenses miran con mayor atención son: la economía (79%), la salud (68%), los temas relacionados a la Corte Suprema de Justicia (64%), la crisis del Coronavirus (62%) y los crímenes violentos (59%). Es así como cada uno de estos asuntos serán abordados en los tres debates que se hagan desde hoy en adelante. Cada candidato sabe que con ellos se juegan la posibilidad de ganarse una nueva porción, por pequeña que sea, del electorado.
Que la mayor preocupación sea la economía es un claro signo del retroceso que generó la crisis del Covid-19 en la mayor potencia mundo. Según el think tank Pew Center, en enero la defensa del país contra el terrorismo era la prioridad número uno para los norteamericanos. El 74% de los entrevistados afirmaba que defender a los Estados Unidos de posibles ataques terroristas debía ser prioritario tanto para el presidente como para el Congreso. Tan solo 9 meses después, el tema no entra ni en el tope de la lista y su lugar lo ocupó la economía.
En cuanto a la Justicia, se espera que en las próximas semanas la preocupación por lo que suceda en la Corte Suprema tome mayor relevancia aún. La muerte de la histórica jueza Ruth Bader Guinsburg y la posterior nominación de Amy Coney Barrett para ocupar el cargo en el máximo tribunal abrió una nueva grieta en este arduo enfrentamiento. El propio Trump viene amenazando con el fantasma del fraude y hasta dijo públicamente que la elección se definirá en la Corte. Por eso quiere tener una mayoría abultada. En caso que se confirme la designación de la ultraconservadora Amy Coney Barrett el tribunal quedará compuesto por 6 conservadores y 3 liberales. La balanza del lado Trump. Esto es lo que despierta la atención.
Mientras que los contrastes partidarios son muy fuertes dependiendo el tema que se trate. Entre los demócratas el 76% le da mucha importancia a la desigualdad racial y a los violentos crímenes contra los negros que derivaron meses atrás en el resurgimiento del conocido #BlackLivesMatter. La cuestión económica también tuvo un gran ascenso en la lista de prioridades del partido Demócrata. Habrá que ver cómo se mete en debate la relevación del New York Times de que Trump no pagó los impuestos correspondientes por su fortuna en los últimos años.
En tanto, los republicanos coinciden en que el próximo presidente tiene que fortalecer la economía -en línea con el slogan trumpista de Make America Great Again- pero poco les interesa la desigualdad en la distribución de recursos (28%). Mientras que sólo un 11% de los republicanos encuestados dijo importarle la protección del medio ambiente -aunque ese número crece entre los más jóvenes-, un 61% pidió políticas contra la inmigración y otro 46% puso su atención sobre la situación del aborto, tal como informó Embajada Abierta en su informe. Otros temas como la política exterior del país o la relación con China y Rusia también se meten en la agenda, pero con menor atención dado el contexto actual.
Gran parte de los medios de todas partes del mundo estarán atentos a lo que suceda hoy a partir de las 22 (hora Argentina) en Cleveland, Ohio, el primer campo de batalla entre republicanos y demócratas. El próximo debate se realizará el 15 de octubre en la Florida, uno de los Estados más disputados e importantes por el peso del voto latino. Mientras que el último de los actos será en Tennessee, donde las cartas ya estarán casi echadas sobre la mesa electoral. Estados Unidos comienza la recta final de la vibrante campaña electoral. El mundo mira con atención.