Por Leila Sucari
Norrie May-Welby nació hombre, pero nunca se sintió cómodo en el cuerpo que le tocó. Por eso cuando fue mayor de edad decidió hacerse una operación para cambiar de sexo. Norrie entonces dejó de tener pene, pero tampoco se sentía mujer. “La ambigüedad sobre mi identidad sexual sería parte de mi vida para siempre”, pensó. Entonces fue que reclamó la creación de un “género neutro” para todos aquellos que, como él, no se identificaran como hombres ni como mujeres. En 2010, después de años de insistencia, logró que el registro del Estado Civil de Nueva Gales del Sur lo registrara bajo la categoría de “género no específico”. Pero la alegría duró poco y declararon inválido el certificado. Norri dijo que se sentía “socialmente asesinado” y presentó recursos ante la justicia.
El pasado dos de abril la Alta Corte de Australia decidió aceptar que una persona pueda ser de «género neutro».
Ni masculino ni femenino: de tercer sexo. «Estoy eufórico –dijo Norrie-. Al fin la gente comprenderá que no hay sólo dos opciones».
El término “tercer sexo” se usa para referirse a las personas que no se consideran ni hombres ni mujeres. La indefinición puede ser en cuanto a los órganos sexuales, al rol social, a la identidad de género o a la orientación sexual. Alemania, Nepal y ahora también Australia, son los países que reconocen legalmente a este sector de la población. Sin embargo, en muchos otros lugares del mundo existen términos para hablar de las personas de género neutro. En México, por ejemplo, la población zapoteca llama “muxe” a las personas nacidas con sexo masculino que asumen roles femeninos. Los muxe son socialmente aceptados como una tercera categoría. Según la tradición, muxe se nace y no hay forma de ir contra el destino. “Yo no quiero ocupar el lugar de la mujer ni el del hombre. Yo me siento bien como soy, diferente: en el medio, ni acá ni allá”, dijo un moxe de Juchitán.
Claudia Castrosin, Vice Presidenta de la FALGBT (Federación Argentina Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans) dice: “Es posible vivir la sexualidad libremente, definirla como cada persona desee: neutra, ambigua o como se quiera. Lo importante es no caer en categorías restrictivas. Las identidades sexuales son variables, dependen de cada persona. No pensemos todas las relaciones estancas y binarias, la realidad es que el sexo y las relaciones humanas son muy diversas. La persona que no encaja en ninguna de las dos categorías de género impuestas, escapa al sistema «normalizador» sexo-género. Yo la llamaría persona libre antes que indefinida. Que la mayoría de las personas encajen en el sistema no significa que todos deban estar dentro de esos parámetros”.
En 2007 la directora argentina Lucía Puenzo escribió y dirigió XXY, una película que cuenta la historia de Alex, una adolescente intersexual. Alex nació con una anomalía cromosómica: es un varón con un cromosoma X extra. O dicho de otra forma: una mujer con un cromosoma Y extra. Las personas intersexuales tienen características genéticas y fenotípicas de hombre y de mujer: pueden tener una abertura vaginal, que puede estar parcialmente fusionada, y un órgano eréctil (pene o clítoris) más o menos desarrollado. Este es el caso de la protagonista de la película, a quien sus padres deciden criar como mujer hasta que tenga edad de elegir si quiere operarse. En un momento, el papá de Alex le dice que sin importar lo que decida ellos la van a apoyar, y ella responde: «¿Y si no hay nada que elegir?».
La necesidad y el momento de operar o de negarse a la operación es algo muy discutido. Los defensores de la Teoría Queer afirman que los géneros e identidades sexuales son una construcción social variable y rechazan la clasificación de los individuos en categorías fijas como hombre, mujer, heterosexual, homosexual. Los movimientos que acuerdan con esta teoría están en contra de las cirugías a los recién nacidos. “Mutilan la diversidad de nuestros cuerpos; mutilan nuestra sensibilidad genital y nuestra capacidad para el goce sexual, nuestra identidad y, en muchos casos, nuestra capacidad para optar por cirugías deseadas al llegar a ser adultos. Mutilan nuestro derecho a decidir aspectos centrales de nuestras vidas, y nuestro sentido de merecer ser queridos y aceptados aún sin cirugías”, dijo Mauro Cabral, activista intersex argentino.
“Para los niños puede resultar muy peligroso y traumático que los adultos opriman la construcción de su sexualidad, así como resulta liberador cuando apoyan a los menores en su búsqueda. La idea de una diversidad sexual también tiene función política y justamente es romper con la norma. El fin debe ser terminar con toda categoría para que cada persona construya su sexualidad a gusto, de manera libre, así como elige su corte de cabello, su ropa o maquillaje: sin restricciones”, señala Castrosin.
El año pasado, Alemania reconoció el tercer sexo, permitiendo que los niños que nazcan con los genitales sin definir no sean inscriptos bajo ningún género, sino que se registren como “indeterminados” para darle a la persona la posibilidad de elección cuando crezca y así evitar graves consecuencias en su desarrollo psicológico y sexual. El juez Heribert Prantl señaló: “Es una revolución jurídica. La ley del país reconoce que no sólo hay hombres y mujeres». En nuestro país no hay estadísticas oficiales sobre la cantidad de niños intersexuales y tampoco hay legislación sobre las personas de “tercer género”. Sin embargo, estamos avanzando: en 2012, se sancionó la Ley de Identidad de Género, que permite que las personas sean inscriptas en sus documentos con el nombre y el sexo que elijan. Además ordena que todos los tratamientos médicos de adecuación a la expresión de género sean incluidos en el Plan Médico Obligatorio. A un año de la sanción de la ley, más de 3000 personas ya habían cambiado su nombre. La construcción de la identidad es un camino de idas y vueltas donde lo más importante no es llegar a una definición, sino tener la libertad para explorar y buscarse a uno mismo.
Más información:
http://www.defensorba.org.ar/pdfs/Ley-de-Identidad-de-Genero-y-Aspectos-Destacados.pdf
http://inadi.gob.ar/comunicacion/informes/identidad-de-genero/
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/17/fjrarribas.pdf