Tras semanas de tensión con Estados Unidos, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, expresó su disposición a trabajar bajo el "fuerte liderazgo" del presidente estadounidense Donald Trump para alcanzar una paz duradera en Ucrania.
Estas declaraciones muestran un intento por recomponer la relación con Trump, luego de que EE.UU. detuviera el envío de ayuda militar a Ucrania.
A través de su cuenta de X, reiteró el compromiso de su país con la paz y aseguró que "nadie desea más la paz que los ucranianos. Mi equipo y yo estamos dispuestos a trabajar con el presidente Trump para alcanzar una solución duradera".
Según explicó Zelenski, esto implicaría la suspensión de bombardeos contra infraestructuras civiles y energéticas, así como el cese del uso de misiles y drones de largo alcance. "Queremos avanzar rápidamente en todas las etapas siguientes y trabajar con Estados Unidos para llegar a un acuerdo sólido", dijo.
La reunión fallida en la Oficina Oval
Las declaraciones del mandatario ucraniano se produjeron luego de la disputa entre Zelenski y Trump que se vivió el pasado viernes en durante una reunión en la Casa Blanca.
Previamente, el presidente republicano calificó a su homólogo ucraniano de “dictador”. Durante la reunión Zelenski lo acusó de ceder ante la “desinformación” del Kremlin, mientras que Trump y su vice reclamaban al ucraniano que agradezca la ayuda que Estados Unidos le brindó.
En esa línea, señaló: "Nuestra reunión no fue lo que esperábamos. Es momento de dejar esto atrás y construir un canal de cooperación más constructivo".
Tras la decisión de Trump de suspender la ayuda militar a Ucrania generó incertidumbre sobre el futuro de la defensa del país frente a la invasión por parte del ejército ruso. Desde el inició de la guerra, Estados Unidos es el principal proveedor de asistencia financiera y armamentística para Kiev, con un total de USD 65.900 millones en apoyo militar.
Por su parte, el Kremlin celebró la pausa en la ayuda estadounidense, calificándola como “la mejor contribución a la paz”.
En contraposición, la Unión Europea anunció un ambicioso plan de rearmamento que podría movilizar hasta 800.000 millones de euros para fortalecer su defensa ante la amenaza rusa.