A veces la política es algo que los mismos políticos hacen difícil de comprender. Quizás porque no saben, no pueden o no quieren que sea una cuestión que todos entendamos, hablan de categorías de análisis que no tienen traducción para el hombre que anda en bondi.
Por eso, o tal vez contrariamente a eso, se lanzó un libro que “utiliza películas que vimos todos para desde allí retratar algunas definiciones políticas. Se trata de explicar conceptos que tienen que ver con el poder, el estado, la democracia, el autoritarismo y las libertades a través de pedacitos de películas”, dijo su autor, el politólogo y presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni.
El libro en cuestión se llama “Política ATP (Apta para Todo Público)”. Allí los Simpson pueden interactuar con Maquiavelo, Don Corleone con Karl Marx y Batman con Thomas Hobbes. Al fin y al cabo, la política es el arte de lo posible dice la frase hecha.
–¿En qué sentido la política es apta para todo público como el cine?
-En el sentido que hay muchas lecturas para hacer, por ejemplo, de El Padrino. En esa película, Bonasera va a ver a Don Corleone ya que ni la justicia, ni la policía toman su denuncia ante el maltrato y tortura que había recibido su hija. Busca a Don Corleone ante la falta de respuesta del estado. El Padrino quiere hacer justicia para alguien a quien la ley no atendía, no incorporaba. En el libro a partir de esa cena famosa se puede ir decodificando qué es el estado, para qué sirve, qué pasa cuando no funciona bien. El Padrino es una buena versión del adentro y el afuera. Otro ejemplo se da con Michael Corleone, quien quería estar dentro de la sociedad, alejarse de los negocios de su padre y tener una vida legal. No puede, toda la impronta de su vida familiar lo empuja a seguir en la mafia. Entonces allí hay un tema entre lo que queda dentro de la legalidad y lo que queda fuera y que también tiene que ver con cómo se construye una sociedad con un estado más o menos inclusivo.
-¿Utiliza películas de otros géneros?
– Todos los géneros son aplicables. En Scarface se puede hablar de la acumulación primitiva de la que hablaba Marx, esto es cómo han logrado su riqueza en el pasado los que son ricos hoy. O se puede avanzar en qué es el poder en películas como El señor de los anillos o Indiana Jones. En ambas, se ve en general que la idea de poder es negativa. En el Señor de los anillos, el anillo es un símbolo del poder y quien lo tiene lo usa para el mal. En la saga de Indiana Jones, se muestra algo muy de Estados Unidos donde un personaje canchero, sobrador y simpático pelea contra los malos para arrebatarles ese objeto de poder- una calavera o cualquier otra cosa- para después no usarlo. Hay ahí una visión liberal del poder y hasta un poco naif e hipócrita. Sin embargo, sabemos que si hay un país que cuando tiene el poder lo utiliza, es Estados Unidos. Lo ejerce con todas sus potestades pero se preocupa en mostrarse al mundo como prescindente del poder. En realidad lo que subyace en todo el libro es que el poder y la política son inherentes a la sociedad humana.
-¿Toma films que reflejen en alg´n sentido la política argentina?
– Hay una película que trata sobre los mitos y que yo la abordo en un capítulo que se llama “Si Evita viviera”. Trata sobre la película Eva Perón, pero habla de los mitos que en política siempre son importantes ya que tienen una cuestión deontológica, una cuestión normativa sobre hechos que fueron de una determinada manera pero donde también hay mucho de invención y arbitrariedad. ¿Cuántas Evitas hay? Miles. Lo mismo sucede con Perón. En síntesis de lo que se trata es de hablarle a una sociedad que vive no en la cultura de la imprenta sino en la cultura de la imagen.