Uno siempre está volviendo al barrio, dice el viejo refrán y, se sabe, los refranes tienden a tener alguna certeza. Jorge Milton Capitanich se fue de su barrio, la provincia del Chaco, en noviembre de 2013, cuando abandonó su puesto de gobernador para convertirse en Jefe de Gabinete de la presidenta Cristina Fernández. Hoy, a fines de febrero de 2015, está volviendo. Pero, ¿adónde vuelve?
Por Diego Rojas (@zonarojas)
Chaco es una de las provincias más pobres del país. Esta realidad era un hecho cuando Capitanich gobernaba y siguió siéndolo cuando dejó el gobierno en manos de su vice Juan Carlos Bacileff Ivanoff. El Centro Nelson Mandela de la provincia realizó un estudio en 2014 que señaló que el 40% de la población vive debajo de la línea de pobreza y el 17% lo hace por debajo del nivel de indigencia. Los mismos porcentajes son sostenidos por el ISEPCI, organismo que realiza un seguimiento nacional de precios y canastas familiares. La pobreza es mensurable al constatar la precariedad habitacional: sólo en Resistencia existen 228 asentamientos. Según el diario local La Voz el 48,9% de las viviendas sufre falencias graves. En Chaco hay 101.800 casas precarias y 16.300 con tenencia irregular. Es la tercera provincia del país con mayor déficit habitacional, incluso cuando ese déficit cayó un 7% según las cifras oficiales.
El 23,5% de la población no tiene agua de red y el 73,6% carece de cloacas. Según cifras oficiales del ministerio de Salud nacional, el 57,9% de los chaqueños no tiene obra social o plan de salud. La mortalidad infantil se estima en 17,8 cada mil nacidos vivos, cuando la media nacional es de 12,1. Según los datos definitivos del censo nacional 2010, es la provincia con mayor población analfabeta del país, con un 5,5% de habitantes mayores de 10 años que no saben leer ni escribir, muy por encima del promedio nacional, del 1,92%. Según el Informe de UNICEF sobre el estado mundial de la infancia 2012, el 42% de los niños chaqueños reside en viviendas precarias, mientras que el 27,5% de los adolescentes y jóvenes urbanos chaqueños, entre los 15 y los 24 años, no estudia, ni trabaja, ni busca empleo. Este es un dato importante a la hora de explicar los datos del INDEC que aseguran que Chaco tiene un nivel de desempleo del 1,2%, a la altura de los parámetros suecos: según advirtió el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), del total de personas de entre 20 y 60 años un 40% no trabaja ni busca empleo. Efectivamente, solo el 60% lo hace, mientras que en el resto del país el promedio es del 76%. Así, una gran cantidad de chaqueños no cuentan en los índices de desempleo: se trata de un enorme “desempleo oculto” que, si se mensurase, llevaría el índice de desempleo provincial por arriba del 20%. Por otro lado, a la hora de evaluar la calidad del aumento del empleo, hay que tomar en cuenta el peso de los planes de trabajo del gobierno (altamente precarizados). Gran parte de la población que para el INDEC figura como activa laboralmente en realidad sólo participa de planes que llevan centenares de pesos a sus hogares a cambio de una mínima contraprestación laboral, que muchas veces ni se cumple. Las cifras oficiales incluyen el alarmante número de entre 12.000 y 15.000 niños con problemas de desnutrición. Hace unas semanas esos datos se convirtieron en un drama verificable cuando murió el niño qom Néstor Femenia, que tenía 7 años y pesaba 20 kilos. El apartheid silencioso que vive el pueblo qom es una constante cuyo último episodio relevante fue el secuestro y la golpiza que sufrió un adolescente qom de 15 años, a quien un criollo molesto por su actitud sedentario llevó a su casa, ató, golpeó, rapó y disparó a centímetros de su cabeza, según la denuncia pública realizada a principios de febrero. Un acto radical de una discriminación perceptible a cada momento.
Capitanich regresa a una provincia atravesada por la violencia policial. Bacileff Ivanoff profundizó una política de mano dura que implica la represión de cualquier tipo de manifestación social. Pero la represión a la protesta social también tiene un correlato en la violencia policial contra la juventud, que llega hasta la muerte. El 23 de febrero el cadáver de Diego Aguilera, de 17 años y ocupación cartonero, fue entregado a su familia luego de que muriera en una comisaría debido a los golpes sufridos por los agentes del orden. César Romero, un joven ligado al Partido Obrero local, fue encarcelado y apaleado en la comisaría 4° de Resistencia, terminando en el hospital con vómitos de sangre y hemorragias en todo el cuerpo, según denunció al ser liberado. Los policías, que lo habían reconocido, le decían: “así que vos sos el que anda denunciando”.
Siempre se está volviendo al barrio dice el refrán. También hay otro que indica: el que va a Sevilla pierde su silla. Bacileff Ivanoff actuó como un Cobos para Capitanich mientras era su vicegobernador. Al ocupar el ejecutivo, reorganizó el poder en función de su propia figura. Su hijo preside la cámara legislativa y nada indica que tenga intenciones de devolverle el puesto a Coqui. Quizás por eso Capitanich quiera ser candidato a intendente y piense hacerlo con elevadísimas cifras de adhesión electoral, de modo tal que luego pueda usarlas para que se lo aclame como candidato a senador por la provincia. Es impredecible cómo será su retorno político al barrio. La única certidumbre en el Chaco es aquella que da cuenta de la existencia cotidiana de la miseria y la violencia.