Se votó el miércoles en el Senado por unanimidad. Es un órgano que asesorará a los senadores y diputados con análisis y estadísticas sobre las cuentas públicas. Será conducido por un director general y cuatro directores, y contará con un cuerpo de analistas de hasta 20 profesionales. A pesar de que se establecen concursos públicos, macristas, peronistas, radicales y massistas negociaron la repartija de cargos antes de votar el proyecto.

Fue el miércoles. El Senado transformó en ley el proyecto que crea la Oficina de Presupuesto del Congreso. Lo curioso, según lo que pudo averiguar #BORDER, es que en las negociaciones previas no se habló sólo de la estructura de la oficina y sus atribuciones sino también de cómo se iban a repartir los cargos entre los diferentes bloques.
Así, a pesar de que la ley establece “concursos públicos de oposición y antecedentes” para los nuevos cargos, en los pasillos del Congreso ya es vox populi que todos van a quedar bastante conformes con su composición. Esta situación, típica de la política argentina, amenaza con quitarle profesionalidad a un ente que era altamente reclamado por los legisladores. Es que hasta ahora el Parlamento no cuenta con una dependencia que haga un seguimiento de las cuentas públicas y asesore a los diputados y senadores a la hora de analizar lo proyectos. De haber existido la Oficina de Presupuesto, por ejemplo, las discusiones numéricas en torno al Impuesto a las Ganancias y los alcances de cada proyecto hubiesen quedado plasmadas con mayor claridad.

La flamante ley, que fue votada por unanimidad en el Senado (65 votos), abre la posibilidad de que se creen hasta 25 cargos nuevos. En Diputados, fue aprobado el 23 de noviembre, con 127 votos a favor y 47 en contra (el kirchnerismo y la izquierda). Al frente de la oficina estará un director general (tendrá rango de secretario de Cámara) y lo acompañarán cuatro directores, cada uno a cargo de las cuatro comisiones en la que estará dividida la oficina: Análisis presupuestario; Análisis fiscal tributario; Estudios, análisis y evaluación; y Sostenibilidad y análisis de la deuda pública. La OPC (como ya se la conoce a la Oficina de Presupuesto del Congreso) contará con un cuerpo de analistas profesionales que formarán parte de la planta permanente de trabajadores del Congreso. La ley aclara que no podrán ser más de 20.

El personal administrativo y de apoyo para el funcionamiento de la flamante oficina será provisto por ambas cámaras. Lo que no está claro es si reasignando tareas del personal existente o si tomarán nuevos empleados. De esta manera, macristas, radicales, peronistas y massistas, como mínimo, van a ser parte de la repartija.
El proyecto viene en discusión desde hace muchos años y era reclamado sobre todo por la oposición al kirchnerismo. En los hechos, la OPC servirá también con un organismo más de control del manejo presupuestario del Poder Ejecutivo. Con la composición plural del Congreso de este año fue más fácil darle lugar al proyecto. Sin embargo, entre sus impulsores hubo quienes se horrorizaron al ver que sus colegas no habían ni siquiera votado el proyecto y ya estaban conversando sobre la distribución de los cargos.

Para los 5 puestos principales, los directores, la ley fija que los postulantes serán evaluados por un comité de nueve miembros. Seis de ellos serán diputados y senadores (al tanto de los acuerdos para repartir los cargos) y los otros tres provenientes del mundo académico o profesional. Esos funcionarios durarán en sus cargos cinco años, con la posibilidad de ser reelegidos. Y podrán ser removidos en caso de mal desempeño con una mayoría simple de ambas cámaras.
Para los analistas, en cambio, no habrá una comisión evaluadora, sino que sólo se especifica que serán seleccionados por un concurso público.
Originalmente, el Senado fue el primero que votó el proyecto, pero cuando llegó a Diputados se le introdujeron varias modificaciones. Varias de ellas justificadas y que le otorgaron una mejor estructura a la OPC. Sin embargo, también se agregó un director y cinco analistas más. Más cargos para repartir.