Salud privada en la peor pandemia de la historia: aplausos para la tribuna y migajas en los bolsillos de los médicos

Argentina lleva años en emergencia sanitaria, y poco se ha solucionado en la pandemia. El serio drama que atraviesa la salud, se encuentra en boca de todos y ha tomado un rol protagónico en los medios. Las redes sociales, han sabido funcionar como uno de los principales vectores para la información sanitaria, incluso con anticipación a los medios convencionales.
Por: Martín Carrizo

Esta pandemia dejó en evidencia decenas de falencias en nuestra sociedad y el estado del sistema de salud, tanto público como privado, se ha convertido en una de las preocupaciones centrales de los ciudadanos y de nuestros gobernantes. Son muy pocos los argentinos que se muestran sorprendidos ante el deterioro de la salud pública. En cambio, en la salud privada, la cosa es diferente; por temor dentro del círculo de médicos, todo se ha mantenido como un secreto a voces. Aunque sólo hasta este momento.

Actualmente, son varios los representantes de la salud privada que pululan por los canales de televisión alertando sobre el crecimiento de la ocupación de camas en el sector, muchos de ellos, empresarios, son cuestionados con fuerza por el mismo sector al que representan, quienes advierten la presencia de conflictos de intereses que dificultan una mejora natural de la salud privada.

#BORDER, investigó y obtuvo datos concretos que muestran cómo la situación de precariedad que viven los profesionales de salud desde hace muchos años, empeoró en tiempos de COVID.

El doctor Marcelo Userpater, médico nefrólogo y ex-docente de Nefrología de la Universidad de Buenos Aires (M.N. 80.136) y representante de la agrupación Médicos Autoconvocados. La agrupación -sin fines gremiales- reunió a través de redes sociales a miles de profesionales de la salud de todo el país, a los efectos de abrir distintos canales de participación, en pos de elevar cualquier reclamo o irregularidad en el sector, tanto público, como privado. Userpater, dijo estar «preocupado» no sólo por los bajos salarios de los médicos tanto del sector público como del privado, sino también por  el deterioro sistemático de la relación médico-paciente durante estos últimos años.

La teleconsulta, es decir la consulta médica a través de redes como Whatsapp, Zoom o Skype,  si bien resulta de un valor incuestionable en tiempos de pandemia, según Userpater, se utilizó «en exceso» durante estos últimos años, por parte de algunas prepagas y entidades médicas, disminuyendo la cantidad de atenciones asignadas a los profesionales, especialmente a quienes atienden a domicilio, en el marco de una relación médico-paciente totalmente precarizada, dada la poca cantidad de herramientas con las que cuenta el médico al momento de la atención. Un signo vital importantísimo como la tensión arterial, se ve dificultada durante una teleconsulta.

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El Dr. Mario Fitz Maurice, médico cardiólogo y jefe de arritmias del Hospital Rivadavia y director de INADEA (M.N. 83671), hizo pública su renuncia a Swiss Medical a través de su cuenta de Twitter, debido al bajo valor que la empresa le paga por las atenciones médicas. #BORDER pudo conversar con el Dr. Fitz Maurice, quien expresó: “Me dediqué toda la vida a esto, tengo 30 años de médico, tengo una subespecialidad, me he formado aquí y en Europa, para terminar cobrando tan solo 175 pesos por cada atención. No es justo ni para mí, ni para el paciente”.

Durante el mes de junio, un grupo de cardiólogos del centro Diagnóstico Maipú, le acercaron a #BORDER información sobre su actual situación laboral, dado que, según estos médicos, las autoridades del centro los habrían obligado a firmar una carta pidiendo la reducción de la carga horaria, debido a la menor concurrencia de pacientes al centro y como consecuencia de ello, del salario percibido, algo que como todos sabemos, es inconcebible desde el punto de vista de la Ley de Contrato de Trabajo. También denunciaron demoras en el suministro de elementos de protección personal: “tuvimos que esperar dos semanas para que nos den un barbijo N95”.

¿Qué sucede con los trabajadores de la salud privada en otras provincias del país?

REDIMA, es una red de trabajadores de la Salud, autoconvocados a través de redes sociales, con representación en distintas provincias del país, sin fines político-partidarios, que tiene como principal objetivo el de organizarse y promover la mejora de sus condiciones laborales.

Hablamos con la Dra. María José Colina, médica emergentóloga y vocera de REDIMA Buenos Aires (M.N. 104640), quien también manifestó su preocupación por las condiciones laborales actuales de los médicos, las cuales se han visto aun más deterioradas durante la pandemia.

La principal preocupación de la Dra. Colina, fue la pauperización de los sueldos en el sector de Salud, que inevitablemente terminó provocando una disminución de la cantidad de profesionales, entre ellos médicos y enfermeros, ocupando puestos críticos, como guardias o Unidades de Cuidados Intensivos, impactando en la formación de los mismos, quienes tienen que recurrir al pluriempleo para compensar los bajos salarios, todo esto en detrimento de su propia seguridad, y de la del paciente. Esto último explicaría el alto porcentaje de contagios dentro del sector de salud.

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Hablamos con la Dra. Carolina Capillato, médica patóloga (M.P. 937), referente de REDIMA de la Provincia de Formosa. De acuerdo a la información a la que accedió #BORDER la Obra Social I.A.S.E.P. (Instituto de Asistencia Social para Empleados Públicos) concentra alrededor de 50% de las atenciones en consultorio (algo que también sucede en la provincia de Chaco). El valor de la consulta se encuentra entre los $ 390 y $ 485.

El Dr. Pablo Rodriguez, Especialista en Clínica Médica y referente de REDIMA en Córdoba (M.P. 28.263), también le manifestó a #BORDER su preocupación por la situación actual de los médicos en esa provincia, tanto en el sector público, como privado: “los médicos estamos cobrando con un retraso de hasta 5 meses”. Rodriguez, también nos comentó que actualmente no se está testeando al personal de Salud, y que simplemente se le hace firmar una declaración jurada que registre la ausencia total de signos y síntomas respiratorios, y de contacto con pacientes y/o familiares Covid positivos.

En Córdoba, profesionales de la Salud, también han denunciado al servicio de Emergencias Médicas “Emergencias Sierras Chicas”  por haber colocado cámaras con audio dentro de las ambulancias, vulnerando el derecho a la protección de datos, tanto del trabajador, como del paciente mismo.

#BORDER también se comunicó con el Sindicato Médico AMRA (Asociación de Médicos de la Provincia), quienes aseguraron que una de las mayores preocupaciones y denuncias, tanto en el sector público, como privado, fue la falta de suministro del equipo de protección personal adecuado, “aunque eso se ha ido solucionando”, expresaron desde la Asociación. No se nos informó sobre ninguna denuncia en particular.

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Las estadísticas de contagio dentro del personal de salud alcanzaron un 22% durante el mes de abril. Actualmente se encuentra en un 7.8 %, según el último reporte, tasa que sigue siendo bastante elevada. Argentina se encuentra entre los países con más contagios dentro de este sector. La falta de insumos, y de testeos en el personal, ha convertido al sector en uno de los focos de contagio principales.

Se estima que del 65 al 70% de los médicos del país trabajan de manera autónoma, es decir como monotributistas, muchos de ellos incluso teniendo un régimen de relación de dependencia. La precarización laboral dentro de los trabajadores de la salud es cada vez más alarmante.

Los tests que se le practican a los médicos en el sector de salud, especialmente en hospitales públicos, son tests serológicos, que buscan anticuerpos, los cuales carecen de la sensibilidad necesaria, por lo que su utilidad resulta bastante limitada al momento de evitar la dispersión del virus dentro del sector.

Los médicos están cansados, hay poco margen para más atropellos. La lucha interna entre la vocación y el hartazgo se vuelve cada vez más insoportable, y hoy en día, es muy frecuente escuchar de ellos la intención de dejar el país en pos de mejores condiciones de trabajo.

Los aplausos continúan sonando a diario en el horario de las 21 horas , pero ya poco alientan, de hecho, son cada vez más débiles, quizás porque la misma sociedad empezó a tomar conciencia de lo que está sucediendo con la Salud, quizás porque la misma sociedad ha empezado a comprender, que de aplausos no vive el médico, que el hecho de dejar en el conocimiento de un profesional la vida de una persona amerita, como mínimo, tener un salario digno. Esperemos que la actual pandemia sirva como “punto bisagra” para los profesionales de la Salud. Ningún médico abandonará a un paciente durante una emergencia, pero como Sociedad, tenemos que entender que de aplausos no vive el médico; mucho menos de “cachetazos”.

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