Tal como adelantamos en BorderPeriodismo, las tarifas de luz y gas tendrán un notable incremento a partir de junio. La decisión, que viene desde el ministerio de Economía y que fue ejecutada por la secretaría de Energía, impactará fuertemente a los usuarios de ingresos medios y bajos. Según las nuevas resoluciones -oficializadas a través del Boletín este miércoles-, las subas mínimas oscilarán entre el 65% y el 100%, debido a una drástica reducción en los subsidios energéticos.
El Ministro de Economía, Luis Caputo, fue el encargado de informar que el precio estacional de la energía subiría a $57.214 por megawatt hora (MWh) para todos los usuarios residenciales. En este contexto, agregó que -por ahora- se aplicarán bonificaciones diferenciadas: los hogares de ingresos bajos (Nivel 2) recibirán una bonificación del 71%, y los de ingresos medios (Nivel 3) del 55%. Esto resultará en un precio de $16.066 por MWh para los usuarios N2 y $25.208 por MWh para los N3, significando aumentos del 439% y 571%, respectivamente.
Ante este panorama, el impacto en la factura final será de al menos el 65% para los hogares de ingresos bajos y del 100% para los de ingresos medios. Estos aumentos se aplicarán sobre una base tarifaria ya incrementada debido a ajustes previos en los márgenes de distribución y transporte, que provocaron un alza de aproximadamente el 300% desde febrero.
Además, de este incremento, hay otra suba, que se tiene poco en cuenta, pero que hace que las facturas se incrementen, a veces más que ante el aumento por el valor del MWh. Se trata del tope subsidiado. Ahora, el gobierno definió bajar los topes de consumo subsidiados. En el caso de los usuarios de bajos ingresos, el subsidio aplicará solo hasta 350 kWh mensuales, mientras que para los de ingresos medios, el límite se reducirá de 400 a 250 kWh mensuales. El consumo que exceda estos límites se calculará al nuevo precio regular, resultando en un aumento considerable en la factura final para quienes superen estos topes.
Por otro lado, los usuarios de altos ingresos (Nivel 1), que representan el 35% de los hogares, también enfrentarán un aumento, aunque menor en comparación. Para ellos, el precio de la electricidad mayorista subirá un 28.8%, pasando de $44.401 a $57.214 por MWh, impactando en la factura final en cerca de un 10%.
Este incremento tarifario incluye un cambio en la visualización de los subsidios. Anteriormente, la energía mayorista tenía precios diferenciados según la segmentación de usuarios, pero ahora se fijará un único precio para todos, aplicando bonificaciones específicas para los niveles N2 y N3. Esta modalidad ya había sido anticipada en el artículo 5 del decreto 465/2024, publicado la semana pasada.
Con estos aumentos, el gobierno busca reducir el impacto fiscal de los subsidios energéticos, pero las consecuencias recaen directamente en los hogares argentinos, que deberán ajustar sus presupuestos para enfrentar las nuevas tarifas que tras todos los incrementos, alcanzarán en algunos casos el 300%. Las medidas adoptadas reflejan la complejidad de la coyuntura económica actual y la necesidad de equilibrar las cuentas públicas sin dejar de atender las demandas sociales.
