Es la primera vez que el Presidente no aprovecha los días para hacer una escapada. Se da tras la corrida cambiaria y se suma a la decisión de no ir al mundial. Chocolate, Tedéum y locro. La llamada fulminante de Carrió a Dujovne.
Solía tomarse los días de descanso, casi como una marca de su gestión, pero los tiempos -y los humores- parecen haber cambiado. Tal vez por eso, el Presidente decidió, por primera vez en el año, quedarse en Buenos Aires en un fin de semana largo. La decisión fue confirmada por fuentes de la Casa Rosada, que aceptaron con una sonrisa que el cambio suponía una novedad. Y no es casual. Soplan vientos de austeridad. Con las negociaciones con el FMI abiertas y un plan de ajustes que no termina de definirse, los gestos toman otras dimensiones ante la enrarecida opinión pública.
No es la primera medida personal que toma Macri: futbolero nato -suele usar las referencias a su antiguo mundo de la pelota como método de charlas diplomáticas- tuvo que dar marcha atrás (y muy a su pesar) a viajar a Rusia para el mundial. Eso sí: ni él ni nadie del Gobierno, así lo decretó para sus ministros y asesores. Ante esa determinación, la de este finde patrio parece lógica.
Pero sí es la primera vez que decide no viajar en feriados unidos al fin de semana. En el finde XL de Semana Santa, el Presidente fue con su familia a la residencia de Chapadmalal y aprovechó para jugar al golf. Aunque en el quinto día de aquel receso extendido y unido al feriado del 2 de abril, regresó a Olivos.
En mayo, había aprovechado otra escapada para disfrutar del deporte de los palos, aquella vez, en la cancha del country Marayuí, entre Mar del Plata y Miramar, pero regresó el lunes para festejar el día del trabajador, con una visita a bomberos voluntarios en Vicente López.
Para los feriados de carnaval en febrero también había optado por Chapadmalal -como en 2017-, luego de que en enero pasara sus vacaciones en Villa La Angostura.
El año pasado, el Presidente había optado por pasar Pascuas en su natal Tandil y el feriado por el día de la Virgen, en diciembre, en un country cercano a Alta Gracia, Córdoba, donde jugó al golf con el “Gato” Romero, ex profesional del deporte y ahora intendente de Villa Allende. También había visitado una quinta en los Esteros del Iberá, en Corrientes, propiedad de la viuda del magnate Douglas Tompkins.
La agenda de Macri para el 25 de Mayo incluye compartir un chocolate caliente tradicional en la Casa Rosada en la mañana para luego cruzar a la catedral metropolitana para el Tedéum y ya al mediodía, recibir a miembros del Gabinete y representantes de organizaciones sociales en un locro organizado en Olivos. Su entorno estará atento a cómo se desarrollen las convocatorias del kirchnerismo que, en paralelo, se manifestarán en la zona del Obelisco.
Nadie pudo confirmar qué haría ya desde la tarde del viernes. Tal vez Macri esté más atento a la agenda política de lo que desee. Los rumores y cortocircuitos siguen copando la escena, en especial ante el nuevo rol como coordinador de Nicolás Dujovne.
El jueves, por caso, el ministro de Hacienda recibió el llamado de la aliada presidencial Elisa Carrió, que reclamaba sobre los rumores publicados en los diarios sobre una posible marcha atrás con la quita de retenciones al campo. La autoproclamada fundadora de Cambiemos rechazaba la medida publicada, mientras Dujovne intentaba explicarle que nada había sido modificado. Ante críticas opositoras y ruido interno, Macri no quiere dar una imagen de estar desentendido.
Así y todo, es probable que el Presidente alterne su descanso entre la quinta presidencial y la quinta de Los Abrojos. Para una futura escapada, tendrá que esperar recién a julio, si nota el clima cambiado, para el fin de semana largo por el Día de la Independencia.
