El Gobierno puso en marcha una licitación nacional e internacional para concesionar el dragado y balizamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay por un período de 30 años, excluyendo a las empresas estatales extranjeras, entre ellas, las empresas estatales chinas. Se trata de la vía por la cual transita el el 80% del comercio exterior del país y que, con su privatización, se busca reducir el gasto estatal.
A partir de que en el artículo 16 de la resolución reglamentaria se estipula que quedan excluidas de participar las “personas jurídicas controladas, directa o indirectamente, por estados soberanos o agencias estatales”, las empresas Shanghai Dredging Co., filial de la China Communications Construction Company (CCCC), quedan fuera de la competencia debido a que son estatales.
Shanghai Dredging Co. es una de las mayores corporaciones estatales chinas, que además de proyectos de infraestructura como dragado y mantenimiento portuario, juega un papel crucial en las ambiciones geopolíticas y militares del país asiático.
Bajo órdenes del gobierno de Xi Jinping, CCC ha construido islas artificiales en el Mar Meridional de China, lo cual ha provocado tensiones en Asia, especialmente con Filipinas, Vietnam, Malasia y otros países de la región. Se trata de islas en donde China establece bases militares, con el fin de acrecentar el control marítimo y que respaldan sus reclamos de soberanía sobre grandes extensiones de esas aguas disputadas, además de implicar graves impactos ambientales por la destrucción de los arrecifes y ecosistemas en los territorios ocupados.
La exclusión de CCCC marca una barrera de entrada a la creciente influencia china en AmericaLatina, ya que le arrebata la injerencia sobre un recurso estratégico de Argentina.
La Hidrovía Paraná-Paraguay, de más de 3.400 kilómetros, es la principal vía comercial de América del Sur, y conecta países como Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
El actual proceso de licitación apunta a una concesión de largo plazo, buscando garantizar la modernización, el mantenimiento y la seguridad de esta vía navegable. Entre los posibles competidores en la licitación se encuentran Jan de Nul, actual operadora, y otras firmas de Bélgica y Holanda, como Boskallis y DEME Group.
El presidente Javier Milei, quien durante su campaña había asegurado que “no haría negocios con comunistas” (refiriéndose a China) ha modificado su posición, adoptando una postura más pragmática. A pesar de la exclusión de empresas chinas en la licitación, durante una reunión en el G20, Milei se encontró con Xi Jinping para fortalecer la relación bilateral, ya que Argentina necesita mantener el acceso al swap chino de 5.000 millones de dólares, el cual es crucial para acrecentar las reservas en el Banco Central. China busca ampliar su influencia en Argentina,a través de desarrollos como las represas en Santa Cruz y el acceso a recursos estratégicos como el litio y el cobre.