¿Qué cambios del mundo nos van a afectar en el endeudamiento y en el comercio exterior durante el 2018? Estados Unidos y Brasil en el centro de la respuesta.
Desde el inicio de su gestión, Mauricio Macri tomó un rumbo: cubrir el déficit fiscal con endeudamiento. En este sentido, aprovechando las bajas tasas de interés que había en el mercado mundial, el país encontró en los dos últimos años el financiamiento que necesitó. Pero algo está cambiando.
Endeudarnos ya no será tanto negocio
Dado que una de las variables que impactan en el costo del financiamiento externo es el rendimiento del bono a 10 años del Tesoro de Estados Unidos (la otra es el riesgo país local) y de que la misma está mostrado subas, el costo de fondeo se encarece.
Conforme a la consolidación que vienen evidenciando sus indicadores económicos, tras la crisis financiera de 2008, Estados Unidos hizo énfasis en el último año en el avance de la normalización de su política monetaria. De esta manera, la Reserva Federal aumentó durante el 2017 en tres ocasiones su tasa de interés de referencia. Si bien los incrementos fueron leves -y la tasa libre de riesgo continuó baja en relación a los niveles históricos- produjo un cambio de tendencia.
Aún es prematuro aventurar su magnitud, pero se descarta que acorde a las mejoras proyectadas en el nivel de empleo y al impacto alcista que ésto podría ocasionar sobre la inflación, la tasa de interés de los Estados Unidos mostraría en el 2018 nuevos saltos.
Según el presupuesto nacional, se prevé para este año un déficit primario de 3,2% del PBI, por lo que las necesidades de financiamiento externo seguirán. De este modo, si se confirma por parte de la FED tenues ascensos para la tasa de interés, esto facilitaría al Gobierno continuar con el modelo gradualista de corrección del desequilibrio fiscal.
Ahora bien, si por el contrario la tasa muestra elevados movimientos, en un escenario de creciente nivel de la deuda pública, el mayor costo que esto demandaría para el país repercutirá en que, para continuar el endeudamiento, la Argentina tenga que mostrar que su capacidad de repago se mantiene inalterable. Inexorablemente, esto se logrará en la medida en que las cuentas públicas se acerquen al equilibrio (es decir, que aumenten los ingresos y se contraigan los gastos).
Con estas proyecciones, es obvio decir que para corregir parcialmente ese déficit se requerirá que se agudice el ajuste, algo que el Gobierno quiere evitar para no afectar más la actividad económica y no perjudicar a los sectores más vulnerables.
Por lo pronto, debido al escepticismo que existe alrededor de la evolución que podría tener la tasa de Estados Unidos, será de relevancia seguir de cerca las decisiones que tome la Reserva Federal.
Una buena para aumentar las exportaciones
En el aspecto comercial, actualmente nos encontramos en un mundo donde Estados Unidos pugna por un modelo proteccionista. Se desconocen los alcances que podría tomar tal iniciativa, pero a priori se prevé que el país del norte tome medidas sólo para proteger algunas actividades. Al momento, esta política ya tuvo consecuencias en el biodiesel argentino (EE.UU. le aplicó aranceles de hasta el 72%) y según el resultado de la reunión que mantendrá hoy el secretario de Comercio Miguel Braun, eventualmente el acero local podría también verse afectado. No obstante esto, es de esperar que en el agregado, los impactos de esta estrategia en el comercio exterior de la Argentina sean menores.
Lo que sin dudas tendrá una influencia más que favorable sobre las exportaciones locales será el crecimiento de la economía brasileña. Si consideramos que según el INDEC -en promedio y en los últimos 10 años- el país vecino nos compró el 19% de lo que exportamos, entonces se descuenta el impacto positivo que ocasionará en el comercio y la actividad doméstica la recuperación del PBI brasileño (el Banco Central de Brasil lo proyecta en 2,7%). Muestra de esto lo otorga los datos de enero, donde las exportaciones crecieron en el interanual un 10,7% motivado principalmente por la mejora del 10,5% que mostraron las ventas a Brasil.
Como resultado de la evolución esperada de Brasil y de las estimaciones de que la economía mundial crezca en el 2018 un 3,1% (según el Banco Mundial), el contexto internacional se torna benévolo para el comercio exterior argentino y el impacto que esto podría ocasionar en el nivel de actividad interno.
Habrá que estar atentos a los focos de tensión geopolítica que coexisten en el mundo porque, de desencadenarse alguno de ellos, podrían alterarse estas proyecciones.