Ayer por la noche el presidente Javier Milei presentó una nueva metodología para el Presupuesto, además de tres objetivos que regirán a partir de ahora para el mismo, anunciando que uno de sus legados de Gobierno será “cambiar para siempre la metodología a través de la cual se elabora el Presupuesto”. Argumentando que el déficit fiscal que aquejaba a las cuentas públicas fue siempre “consecuencia de pensar primero cuánto gastar, y después ver cómo conseguirlo”, Milei consignó: “Nosotros vamos a hacerlo al revés, pensando primero cuánto tenemos que ahorrar, para después ver cuánto podemos gastar”, y propuso que eso sea “una regla inquebrantable” para todos los presupuesto que vengan. 

Bajo esta premisa, “el superávit primario tiene que equivaler o exceder obligatoriamente al monto de los intereses de deuda a pagar”. Así, “si el superávit primario es el resultado de netear los ingresos con los gastos corrientes y de capital, el gasto primario tendrá que ser igual o menor a los ingresos menos el superávit primario”. 

Esto significa que el nivel de gasto a erogar “estará condicionado por el nivel de superávit primario a conseguir, que a su vez estará condicionado por el monto de la deuda a pagar”, según puntualizó el mandatario en su discurso de ayer en el Congreso. 

En relación al gasto corriente, Milei señaló que “está compuesto de la suma del gasto automático, ilegalmente indexado por ley; y el gasto discrecional”. El primero “es el componente de gasto que está indexado a la inflación y otras variables, mientras que el segundo “no está indexado, o sea que no importa la inflación que haya, sigue siendo el mismo”, según explicó el economista libertario.

En base a este nuevo esquema propuesto por el presidente, “si los ingresos son mayores a los estimados, el gasto automático podría aumentar en igual medida, pero el gasto discrecional se mantendrá igual”. Por eso, “si el aumento en la recaudación es transitorio el Estado podrá ahorrar, lo cual implicará la destrucción de pesos, y por ende la revalorización del peso o la cancelación de deuda”. 

En línea con la propuesta por Milei, si el crecimiento económico es sostenido, y el aumento de los ingresos es estructural, el Estado va a poder devolverle a la sociedad ese ahorro en reducción de impuestos, “tal como nos hemos comprometido». Por otro lado, Milei aclaró que “si la economía no crece y los ingresos son menores a los estimados, caerá también el gasto automático y reduciremos el gasto discrecional en la misma proporción. con lo cual, esta vez, será el sector público y no el privado el que absorberá eventuales recesiones”.

Los tres objetivos de la nueva modalidad del Presupuesto:

En base a esta línea, Milei explicó en su discurso que la nueva metodología presupuestaria logrará “tres objetivos inéditos”, los cuales son:

• “Garantizar el equilibrio fiscal, terminando con el castigo de la deuda y la emisión”.
• “Obligar al estado a hacerse cargo y absorber el costo de eventuales recesiones”.
• “Obligar a devolver el exceso de recaudación a la sociedad a través de la baja de impuestos” en los períodos de abundancia. 
•  “Esto quiere decir que, de mantenerse esta metodología de acá en adelante; no sólo podremos ir reduciendo impuestos, sino también el tamaño del estado, que es la verdadera presión impositiva”, indicó el presidente.