Su malestar en el programa de Mirtha Legrand era porque no había escuchado voces que la defendieran ante las denuncias recibidas. Pero sobre todo,  fue una señal de alarma a sus compañeros de Cambiemos, de que no la podrán domesticar en el armado de listas y en la campaña. Pidió lugares en las boletas para sus dirigentes en tres distritos, mantener poder de veto y respaldo en su cruzada anticorrupción. La polémica por Mariana Zuvic.

Se la veía enojada con Mirtha Legrand. Metió en la bolsa a Mauricio Macri y a María Eugenia Vidal. Despotricaba porque no querían que compita por la provincia de Buenos Aires. Y porque no quiere que la dejen sola en la lucha contra la corrupción. Pero lo cierto es que Elisa Carrió venía madurando hace tiempo la decisión de no competir por la Provincia, y lo que se abrió fue una ventana para negociar e imponer sus condiciones para finalmente ser candidata en la Ciudad de Buenos Aires.

El problema de fondo no es electoral, sino Ricardo Lorenzetti. Su guerra contra el presidente de la Corte Suprema divide aguas dentro de Cambiemos. Algunos la apoyan en silencio, otros la critican abiertamente y lo reducen a un problema personal. Pero su problema no era con Macri, sino con los funcionarios que salieron abiertamente a criticarla por su denuncia contra Lorenzetti. Carrió sabe que en esa cruzada no va a tener muchos aliados, pero le exige al Gobierno no quedar aislada. Sobre todo después de las extrañas denuncias en su contra que se reactivaron en el ámbito judicial, que en el entorno de Lilita creen ver a Lorenzetti como autor intelectual.

El malestar de la chaqueña estaba, precisamente, en ese punto. Sintió que desde Cambiemos no estaban saliendo voces de apoyo frente a la embestida que estaba empezando a recibir. Algo que se acentuó el lunes con la difusión mediática de informes en su contra (involucrando al hijo que vive en México y a una de sus mejores amigas). El reclamo de Carrió fue escuchado por Macri, que por eso salió por Twitter a manifestarle su apoyo ante las denuncias recibidas. Lo mismo terminaron haciendo Gabriela Michetti -quien fue una de las que salió a defender a Lorenzetti- y Horacio Rodríguez Larreta, entre otros.
Estas tensiones, sin embargo, difícilmente corran el eje de lo electoral. Desde hace dos años que Lilita tiene intenciones de competir en la provincia de Buenos Aires, pero lo cierto es que Vidal y Jaime Durán Barba no la querían de candidata. También es cierto que después de la angioplastia a la que se tuvo que someter en octubre, ella misma empezó a dudar si su estado de salud le permitía estar en condiciones de afrontar una campaña tan dura como la bonaerense.
Para aceptar ser candidata en la Ciudad, no obstante, tiene decidido imponer sus condiciones. Primero, incorporar a dirigentes propios en las listas. Segundo, tener poder de veto sobre otros integrantes, sobre todo en Capital. Y tercero, que sienta acompañamiento en el tema de la lucha anticorrupción. Este último punto es el que mayor ruido hizo en las últimas horas, sobre todo cuando se profundizó la pelea con Lorenzetti por la denuncia por daño que el juez supremo presentó. En su entorno creen que es el punto que más tensiones puede hacer desde acá hasta el cierre de listas. ¿Se imaginan a una Carrió renunciando a una candidatura que parece natural? No lo descartan, sobre todo si quiere dar una señal contundente.

Sin embargo, la mayoría cree que luego de haber anunciado que no cambiará su domicilio a la Provincia no podía aceptar tan libremente que será candidata a la Ciudad sin marcar la cancha. Una Carrió “enojada” termina negociando mejor. Y en esos condicionamientos ya comenzaron a surgir nombres por los que está pidiendo Lilita.

En la Provincia quiere en la lista de diputados a Héctor “Toty” Flores (en el Gobierno de Vidal ya dan como un hecho que estará) y a Marcela Campagnoli (hermana del fiscal y actual secretaria de Educación de Pilar). En la Ciudad, además de que renueven ella y Fernando Sánchez como diputados, quiere un tercer lugar, que no se descarta que sea Mariana Zuvic, electa en el Parlasur por Santa Cruz, en otro cambio de distrito que podrá generar controversias. También ya habría pedido que Paula Oliveto renueve como legisladora porteña y que otros tres lleguen con ella y se sumen al bloque que también forma Maximiliano Ferraro. Carrió busca también que en Santa Fe sea candidata (con chances de entrar) Lucila Lehmann, referente del Espacio Carrió de esa provincia.

El poder de veto también será clave. Lilita ya logró frenar la candidatura de Jorge Macri, quien aspiraba a ser uno de los referentes de la compulsa bonaerense. Ahora quiere evitar que aparezcan otros nombres con los que tenga dudas. Y no sólo en Capital, donde ella terminará siendo la cabeza de la lista, sino también en Provincia, donde piensa acompañar la campaña.