El ex ministro de Justicia Gustavo Béliz tiene una buena noticia y una luz de esperanza en su situación judicial. El ex funcionario está acusado de haber violado la Ley de Inteligencia del Estado por haber expuesto por primera vez la foto del entonces jefe de los espías, Jaime Stiuso, frente a las cámaras. Su caso llegó a la Corte Suprema, luego de casi once años, y esta semana tuvo un dictámen a favor.
El máximo tribunal debe decidir si avala o confirma su sentencia en el caso, que le valió a Béliz su auto exilio. La Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, dictaminó esta semana a favor de Béliz en un duro fallo contra jueces de la Cámara de Cásación que habían fallado en contra del ex ministro. Ante la Corte, la jefa de los fiscales dijo que debe revocarse la decisión de la Sala IV de Casación que había anulado la absolución del ex funcionario.
El Tribunal Oral Federal número 3 llevó adelante el juicio contra Béliz y lo absolvió. Durante el proceso, Béliz había descripto a Stiuso como un “extorsionador” de jueces y políticos. Sin embargo, Casación, máximo tribunal penal del país, dio vuelta la decisión de los jueces que lo salvaron porque consideró que la decisión “no resultó imparcial”. Gils Carbó recordó que la supuesta parcialidad del Tribunal Oral Federal ya había sido descartada en 2011 por la propia Casación. La Procuradora dijo que al tomar esa decisión, los jueces de Casación alejaron “la posibilidad de satisfacer el derecho constitucional del imputado a obtener un pronunciamiento en un plazo razonable”. La jefa de los fiscales sostuvo además que al revocar la absolución de Béliz, los jueces de la Sala IV de Casación transgredieron “los principios de preclusión y cosa juzgada”, y violaron “garantías constitucionales” al ex funcionario.
Ahora, la Corte Suprema tendrá la última palabra sobre el destino de Béliz.
La primera vez que se conoció el rostro de Stiuso en los medios fue cuando el ex ministro de Justicia mostró su foto en el programa televisivo Hora clave, de Mariano Grondona, el 24 de julio de 2004. Un día antes, el funcionario había sido despedido de su cargo por el entonces presidente, Néstor Kirchner.
La salida de Béliz del gobierno de Kirchner se debió a su interna con Stiuso. Beliz le advirtió al matrimonio presidencial sobre maniobras ilegales y corrupción que supuestamente se escondían en el organismo. Las pinchaduras ilegales de teléfonos ya eran vox populi. Horas después, a través de un llamado telefónico, le avisaron que no seguiría en su cargo. Al mostrar la fotografía, Beliz manifestó que a la ex SIDE “la maneja un hombre al que todo el mundo le tiene miedo y es bueno que todos conozcan su cara”.
Tras revelar la foto de Stiuso, Béliz debió exiliarse en Washington, donde trabajó para la OEA y el BID.