¿Está todo más claro ahora? Un poco. Lo que se supo hoy es que cualquier trabajador registrado, ya sea monotributista o bajo relación de dependencia, podrá comprar cierta cantidad de dólares en función de sus ingresos declarados.
El cepo no terminó, sólo se relajaron las normas.
Para ser bien didácticos: un trabajador que percibe el mínimo establecido por la nueva resolución del Gobierno (7.200 pesos), podrá comprar dólares con el 20% de su sueldo. En este caso serían unos 200 dólares por mes, según la nueva fórmula si a ese sueldo de $7.200 lo pasamos a dólares (aquí calculamos un dólar a $7,20).
Por supesto, dependerá de la cotización oficial del billete estadounidense, que hoy aparece en $ 8 tras el sacudón alcista del jueves pasado.
El llamado dólar tarjeta, es decir el que uno paga cuando hace gastos con una tarjeta en el exterior, seguirá hasta nuevo aviso, con el recargo del 35 por ciento. Esto quiere decir que si compramos algo de 100 dólares, lo pagaremos 800 pesos (siguien con el dólar a 8) más el 35 por ciento (280 pesos). Es decir que terminará pagando 1.080 pesos (un dólar a $ 10,8).
El tope, para todos los casos es de 2.000 dólares por mes. ¿Y por qué se fijó en 7.200 la mínima? La explicación oficial es que son dos sueldos de la mínima. Pero también se puede pensar que se dividen exactamente en 1.000 dólares, a un dólar de $ 7,20, que es el precio que se manejaba oficialmente el jueves antes de la escalada.
Sobre esta cuestión, el ministro Axel Kicillof explicó en el programa oficialista 6 7 8 cómo fue esa jornada. Dijo que estaba observando los monitores con la cotización del dólar y que a las 12.20 el dólar se disparó a 8,70, porque había una compra, en este caso de Shell, por ese monto. «Aranguren (Juan José, CEO de Shell Argentina) compró un dólar que estaba 7,20 a 8,70, es el hombre que perdió 4 millones en segundos. Tendrá que dar explicaciones a los accionistas de porqué lo hizo. No es ilegal, pero es sospechoso», señaló el ministro de Economía.
Volviendo a la guía explicativa: ¿podrá el comprador llevarse los dólares en efectivo? Si lo hace, tendrá una retención del 20% por el Impuesto a las Ganancias. Ahora, si el comprador deja el dinero durante un año en su cuenta (en dólares), ese dinero no se lo cobran.
¿Las operaciones son en efectivo? No, el dinero tiene que estar en una caja. El paso a paso es así: se ingresa a la página de la AFIP; se introduce la clave fiscal y allí, como los trabajadores ya sean en blanco o monotributistas están registrados, el comprador recibe un talonario que deberá llevar dentro de las 72 horas al banco.
¿Suena complicado? Sí, lo es. Por eso, y por las restricciones en la cantidad es que el cepo no desaparece, apenas se convirtió en un «cepito».
¿Qué pretende el Gobierno con esta medida? Como la cantidad de dólares que saldrán de los bancos está controlada, no se corre riesgo de perder el control de la situación. Mientras tanto, el guiño a la clase media es evidente, mientras que los que más ganan seguirán recurriendo a las cuevas (ilegales, pero no controladas con efectividad por el Gobierno) y pagando un dólar blue, que hoy no llega a los 12 pesos y debería bajar lentamente.
«Nos critican hagamos lo que hagamos, porque hay una intención desestabilizadora», señaló Kicillof anoche. El análisis es lógico y hasta plausible. Lo que también está claro es que la «batería de medidas» como él llama a la política económica kirchnerista, tendiente a mantener el alto nivel de empleo sin bajar el gasto público («Hay una crisis fenomenal en Europa y Estados Unidos que nosotros estamos pudiendo campear», Axel dixit), parece no tener un rumbo claro.
Para decirlo en criollo: el Gobierno sabe lo que quiere, pero no cómo hacerlo. Y, por supuesto, tiene a varios halcones revoloteando para atacar ante cualquier señal de debilidad.