Tuvo problemas judiciales por “usurpación de títulos” y fue denunciado por la DGI. Fariña lo ubicó en viajes con Martín Báez a España, para crear empresas. Sus rastros alrededor del mundo: de Suiza a Puerto Madero. De Miami a las islas Cook. Imagen y documentos exclusivos en BORDER.

De Puerto Madero a Barcelona. De Miami a Suiza. De Panamá a las islas Cook. Los destinos en donde Santiago Walter Carradori dejó su marca lo llevaron bien lejos de City Bell, el barrio platense donde fija domicilio. Paradojas de la vida; lo que las diagonales de La Plata no lograron cruzar, lo consiguió el destino de valijas y entramados societarios que revela la ruta del dinero K y que mantiene preso al empresario kirchnerista Lázaro Báez, el socio inconfesable de la ex familia presidencial. En particular, lo que las diagonales platenses no lograron fue el encuentro fortuito de Carradori con su vecino Leonardo Fariña. Había que esperar hasta la declaración explosiva ante el juez Sebastián Casanello del hombre del rodete y los secretos de la corrupción K para saber que las diagonales de estos personajes ya se habían cruzado, como quedaría marcado en las 17 menciones que Fariña haría de Carradori durante sus más de doce horas de confesión judicial. Y según lo que reveló, el cruce de “los platenses” implicó operaciones financieras millonarias alrededor del mundo y viajes en conjunto para crear las herramientas y sociedades que se investigan como una madeja empeñada en ocultar la fuga y lavado de millones de dólares de la corrupción política de la última década.

Fariña puso en escena a Carradori. Lo ubicó como el creador de empresas en España para fugar dinero cuyo destino era Suiza. Y lo ubicó en aviones hacia esos países. Solo, una vez, y al menos otra, junto al contador de Lázaro, Daniel Pérez Gadin, y al abogado Jorge Chueco. Vuelos que cruzaron continentes con objetivos concretos. Vuelos en los que

siempre habría sido parte Martín Báez, el hijo de Lázaro que los videos de La Rosadita lanzaron a la fama. El mismo que, siempre según Fariña, había armado sociedades con los “valijeros platenses” en la city porteña.

Quién es Carradori.

Santiago Walter Edgardo Carradori tiene 59 años. Reconstruir su biografía es recorrer el mapamundi.

• A fines de los 80 habría trabajado para IECSA, del grupo Macri, pero al menos desde 1996 fue

  

  parte del Enargas, el ente oficial regulador del gas. De allí debió irse en 2004, ya en la era K, no sin escándalo. Era gerente Administrativo y de Sistemas y se llamaba a sí mismo “licenciado”. Pero, al parecer, no lo era. Y por ello el entonces juez Jorge Ballestero -hoy camarista- instruyó en su contra una causa penal por usurpación de títulos que habría forzado su salida del ente oficial. Curiosidad: según el diario La Nación, el secretario que llevó esa causa era el mismo Casanello, que hoy lo tiene imputado. A su salida, en el Enargas ya había desembarcado un hombre de Julio De Vido, Fulvio Madaro, quien sería forzado a renunciar cuando quedó involucrado en el caso Skanska. Así y todo, Carradori habría rescatado de entonces su contacto con De Vido. Según Fariña, con Carradori se conocieron a través de Juan Ignacio Macedo

  

  Moresi, un hombre que aún trabaja en Nación Fideicomisos. Otra casualidad: ese ente también fue el final de la carrera para otro hombre de De Vido por el caso Skanska: Néstor Ulloa.

• El tema del título no fue su único conflicto legal. Carradori enfrentó un juicio por violar la Ley Penal Tributaria y se lo acusó de falsificar documentos para evadir. Un fallo de 2006 fue ratificado en 2014 por la Sala V de Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal. A Carradori, la DGI-AFIP le reclama por impuestos a las ganancias y bienes personales por 219 mil pesos, acumulados entre 2000 y 2003, además de intereses por 195 mil pesos y dos

  

  

  multas por otros 174 mil pesos. Entonces Carradori tenía una empresa, Oggy SRL, dedicada a la indumentaria. Y no pudo explicar por qué recibió fondos provenientes de una empresa offshore, First Trading Bank Ltd. radicada en las islas Cook. El año pasado, Carradori intentó que le rehabilitaran el CUIT reclamando ante la Cámara Federal de La Plata. La AFIP reclamó que se acogiera a un plan de pagos por sus deudas y en abril la justicia le habría dado la razón al fisco.

• Así y todo, Carradori tiene una empresa en funcionamiento de la que aún sería director. Se trata de Argas Argentina SA, con sede en la calle Alicia Moreau de Justo, en Puerto Madero. El 23 de abril, sus oficinas fueron allanadas por Casanello. Si bien el nombre de la firma remite a sus años el en Enargas, la firma ofrece inversiones en fondos fiduciarios, como puede verse en su web, que van desde la energía y el petróleo, a los conejos, los vinos, la forestación, la minería o el ganado.
• En #BORDER descubrimos que, con esa empresa, Carradori logró integrarse a un consorcio internacional de real state, con sede en Miami, comandado por William Parsons y el excentriquísimo Robert Plarr.

  La empresa se llama Fortis Groep NV y, según su web, es un grupo “integrado verticalmente y con presencia en 15 países, líder en el sector inmobiliario, en infraestructura y desarrollo de energía sustentable” con un volumen histórico de proyectos cotizado en 8,6 mil millones de dólares. Las vistosas mansiones ecofriendlies que desarrollan se combinan con la inversión en energía.

  

   Allí, Carradori figura como “vicepresidente ejecutivo para el Cono Sur” y se lo presenta con “35 años de experiencia en logística , bienes raíces y desarrollo de infraestructura. Santiago Carradori tiene un Doctorado en Ingeniería Mecánica de la Universidad de Buenos Aires”. ¿Habrá abusado de títulos nuevamente? No fue posible constatarlo. Como tampoco la promesa que justificó una “alianza comercial” con la empresa Argas, de Carradori: el desarrollo de una planta de procesamiento de residuos sólidos urbanos en Buenos Aires que procesaría 1.800 toneladas diarias, cuya construcción se iniciaría en 2014.

  

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  El equipo del diario La Nación que trabaja los #PanamaPapers  halló otra empresa offshore vinculada a Carradori: Hauser Trading, creada en 2002 en Panamá a través del estudio uruguayo de Juan Pedro Damiani. La firma tenía prestanombres panameño pero Carradori tenía un poder plenipotenciario, según consta en los papeles filtrados del estudio Mossack Fonseca al consorcio periodístico ICIJ. Los panameños pidieron referencias de Carradori: «Es gerente de administración y finanzas del Enargas y consultor de empresas del sector energético. Posee con otros asociados la licencia de Caro Cuore. Está comenzando a desarrollar actividades de comercio exterior, contactando a exportadores argentinos y a importadores americanos, aprovechando la actual situación cambiaria argentina, que hace más competitivas las exportaciones. Opera en el exterior con el Deutsche Bank (Suiza)”, fue la información recolectada. La offshore habría estado activa al menos hasta mayo de 2013.

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  Fariña vinculó a Carradori con la creación de una empresa en España, que fue un ducto para que los Báez llevaran dinero a Suiza. También le adjudicó el mérito de que se disparara el dólar paralelo en 2011 por una “inundación de euros” en el mercado financiero por la conversión de más de 100 millones de dólares. La adquisición de una offshore habría sido la razón de su supuesto viaje con Martín Báez a Europa. En la declaración judicial Fariña se refirió a esa firma como “samber & tarex”. Pero se refería a Ambers Hantarex Spain SL, creada en Barcelona. En fechas coincidentes a las dadas por Fariña, esa firma pasó de ser un mero sello a tener un capital de 4,3 millones de euros, según investigó Martín Rodríguez Yebra, @myebra, en La Nación. En los papeles que accedió el corresponsal no figura Carradori, pero sí figuró el enigmático y omnipresente Néstor Marcelo Ramos, el nombre frente a la empresa Helvetic Service Group, la que compró SGI, más conocida como “La Rosadita”. ¿Recuerda? Dónde Martín Báez, el hijo de Lázaro, era «gente contando plata».

  

  Carradori tal vez pueda contar por qué.