Mientras en Buenos Aires la política se dirime entre las ineficiencia de las inundaciones y la nueva novia de Martín Redrado, en la mayoría de las provincias de nuestro país, los gobernadores intentan evitar -chequera en mano- una revuelta como la de diciembre último. Estas navidades electorales, hay mucho más en juego.
Por Javier Alvarez
Los policías levantaron, apenas, la voz y los gobernadores salieron a correr: pusieron en marcha estrategias para mejorarles los salarios. Buscan evitar así cualquier revuelta o acuartelamiento de fin de año que reviva la sedición de 2013.
El problema es uno solo: ¿de dónde va a salir la plata?. Estimaciones de la consultora Economía & Regiones indican que las necesidades financieras del conjunto de las provincias alcanzarán los 43.700 millones de pesos en 2014, un 68% más que en 2013.
El antecedente de 2013 es determinante: la Policía se acuarteló en la mayoría de las provincias, abandonó la calle y cientos de violentos y delincuentes salieron a saquear comercios y casas. Hubo un muerto en Córdoba.
Con el temor arriba del escritorio, los gobernadores hacen números y apelarán a decretos de reasignación de recursos. Paralizarán obras públicas o recortarán otros gastos, pero no dejarán que sus distritos se incendien.
Las elecciones de 2015 ya pisan fuerte: 14 gobernadores no pueden ser reelectos, pero no quieren ceder espacios de poder dado que, por ejemplo, varios tienen aspiraciones presidenciales. De una u otra manera, necesitan triunfar en sus pagos.
Urtubey (Salta), De la Sota (Córdoba), Fellner (Jujuy), Insfrán (Formosa), Corpacci (Catamarca), Buzzi (Chubut), Weretilneck(Río Negro), Peralta(Santa Cruz) y Poggi (San Luis) sí pueden repetir mandato, por lo que tampoco quieren que la conflictividad laboral y social les complique el panorama y golpee la intención de voto.
LA POLICÍA ESPERA IMPACIENTE
El socialista Antonio Bonfatti actualizó en las últimas horas en Santa Fe la cifra que cobran los efectivos por horas extras trabajadas, después de que el reconocimiento estuviera congelado desde 2006 cuando fue creado con un decreto.
Por horas extraordinarias de día, un efectivo cobraba la irrisoria cifra de 8,50 pesos y si el cumplimiento era nocturno, recibía una diferencia del 20 por ciento; ahora, percibirá 60 pesos; también habrá beneficios especiales para los choferes.
En Neuquén, Jorge Sapag y su ministro de Coordinación de Gabinete y Seguridad, Gabriel Gastaminza, trabajan contrarreloj para darle un aumento a los efectivos en los próximos días, tras un primer reclamo formal.
Para tranquilizar a la Policía, la gestión de Sapag dijo que su idea es que en diciembre los 6.300 agentes policiales perciban un incremento salarial. Con el mismo «se buscará recomponer la pirámide salarial dentro de la fuerza».
La policía bonaerense también golpeó a la puerta de Daniel Scioli: pidieron un 17% para antes de fin de año. “El gobernador tiene plata para pintar la provincia de naranja”, dijo advirtió Nicolás Masi, líder del Sindicato de Polilcías Bonaerense (Sipoba).
El caso más resonante en las últimas semanas fue el de Santa Cruz. Allí, más precisamente Río Gallegos y Caleta Olivia, los efectivos se acuartelaron a fines de octubre para exigir un aumento del 25% del valor punto, la unidad de cálculo del salario que hoy está en 32 pesos.
Los policías rionegrinos también le hicieron saber a su jefe Fabián Gatti y al gobernador Alberto Weretilneck que necesitan un aumento de los ítems que integran su salario, porque la inflación se devoró las mejoras logradas entre el año pasado y 2014. Lo están discutiendo.
“Lo vamos a establecer lo antes posible”, respondió en la noche del martes el correntino Ricardo Colombi cuando se le consultó sobre un eventual aumento para la fuerza provincial. Pero aclaró que “no es fácil conseguir los recursos”.
Áspera es la situación en Tucumán. Allí, José Alperovich y su ministro de Gobierno, Jorge Gassenbauer, se reunieron el martes con la cúpula de la Policía y le dijeron que no habrá aumento salarial hasta marzo.
Parecía que ya los dejaba afuera, pero esta semana el cordobés José Manuel de la Sota le dijo a sus ministros que sumen a los policías a la lista de beneficiarios del bono navideño de 1.500 pesos.
Así, los mandatarios se las arreglan para mantener en orden a los empleados públicos, mientras también crece en paralelo el reclamo de otros sectores estatales por un plus de fin de año. Pero no tienen más plata y en la Rosada ya les avisaron que no habrá auxilio.