Dos fondos especulativos invirtieron en bonos menos rentables que las lebacs y le salvaron el día al Gobierno. Los contactos previos del ministro y de Macri, la llamada de Trump y hasta un guiño del FMI, en la génesis de una inversión inexplicable para especialistas. Qué son y que tienen BlackRock y Templeton.
BlackRock no es el nombre de una banda, sino de uno de los grupos financieros más influyentes de Wall Street y Washington. Con sede en Nueva York, maneja una cartera de clientes que le confían más de 8 billones de dólares para hacer inversiones en los mercados de renta fija (bonos), renta variable (acciones), activos inmobiliarios y otras herramientas más sofisticadas del mundo financiero.
Durante el llamado supermartes, este gigante de las finanzas internacionales, junto al fondo Templeton, realizó un movimiento casi imposible de entender para los operadores del mercado local: trajeron US$ 3.000 millones, los vendieron a menos de $25 y los invirtieron en los “Botes”, dos bonos en pesos que el Ministerio de Finanzas reabrió y puso a la venta sólo entre las 13 y las 17 de este martes. Estos bonos, apenas si rinden un 19% y 20%, una ganancia muy exigua si se los compara con las Lebacs, que ayer ofrecieron una tasa del 40%.
“El que compró estos bonos está dispuesto a perder plata, salvo que tenga el dato de que el dólar en la Argentina va a bajar”, dijo un operador del mercado que lleva años participando y observando operaciones de colocación de deuda en el mercado local y en el exterior. Se refería a la licitación “a medida” que la cartera que preside Luis “Toto” Caputo anunció al mediodía y que comenzó apenas una hora más tarde. En ella, se colocaron $ 73.249 millones (equivalentes unos US$ 3.000 millones) de deuda a través del Bote 2022 y Bote 2026, que rindieron 19% y 20% respectivamente.
¿Por qué dos fondos especulativos, considerados “buitres”, trajeron su dinero a la Argentina en un día tan difícil para los mercados emergentes? ¿Por qué los vendieron por debajo de los $25 y los colocaron un activo que rinde mucho menos que las Lebac? Ningún analista se explica el motivo. Sólo se sabe que el ingreso de esos 3.000 millones de dólares ayudó —y mucho— al Banco Central a bajar el precio del dólar. “Cuando se conoció el comunicado de Finanzas, comenzaron las ventas de los bancos inversores, los exportadores y otros jugadores del mercado, lo que hizo caer el precio del dólar hasta $ 24,76 que se podía usar para entrar en los bonos”, precisó Fernando Izzo, histórico operador cambiario de ABC Mercado de Cambios. Al ministro de Finanzas se lo vio exultante en la conferencia de prensa posterior a otro día agitado.
Claramente, la llegada de estos fondos tuvo mucho que ver con los contactos que Caputo tiene en el mundo de las finanzas internacionales. Hay versiones que indican que tanto BlackRock como Templeton venían conversando en los últimos días con el ministro de Finanzas, con quien evaluaron este ingreso de nada menos que 3.000 millones de dólares.
“Fue impresionante el timing de Caputo, realmente una movida de coordinación entre Finanzas y el Banco Central que le permitió al Gobierno anestesiar el dólar”, dijo Federico Furiase, de Estudio EcoGo. Pero aclara: “Igual, se ganó una batalla, pero no la guerra”, refiriéndose a la incertidumbre que reina por el tipo de cambio.
Precisamente este tipo de fondos especulativos, como BlackRock y Templeton son especialistas en ingresar en mercados en momentos de crisis. “Ellos hacen estas apuestas de riesgo, compran estos bonos en países donde hay un dólar alto y precios bajos y apuestan a que luego el precio del dólar se estabilice, el valor del bono suba y ahí venden y obtienen sus ganancias”, explicó Furiase. Un apuesta de alto riesgo, no apta para cardíacos.
En la city, creen que no sólo se trató de una oportunidad de negocios que vieron estos fondos buitres. “Las versiones de que detrás de esto estuvo la Reserva Federal (FED, el Banco Central de Estados Unidos) sobrevoló todo el día, pero son sólo versiones, nadie tiene una confirmación”, apuntó Furiase.
Fueron varios los operadores que señalaron que esto se habría gestado el fin de semana y se habría terminado de definir durante la conversación telefónica que Mauricio Macri mantuvo con Donald Trump el lunes durante unos diez minutos. Algunos hasta se atrevieron a señalar una vinculación el propio Fondo Monetario, ya que uno de los impulsores de esta movida habría sido Gustavo Cañonero, ex FMI que es socio de del fondo Templeton a través de grupo SBS. Sin embargo, nada de esto pudo ser confirmado.
Como fuere, se registran contactos de larga data. En noviembre pasado, Macri se reunió en Nueva York con Larry Fink, el magnate y pope financiero detrás de BlackRock.
Ese fondo no es ajeno a la Argentina: en su portfolio de inversiones cuenta con porcentajes minoritarios de empresas españolas con sólida instalación en el país: más del 6% del banco Santander, casi el 5% BBVA-Banco Francés y una porción de Telefónica (3,883%). Entre un sinnúmero de inversiones, la firma de Fink también tiene presencia en el paquete accionario de la calificadora de riesgo Moody´s. Curiosamente, en el blog de BlackMirror, puede encontrarse una recomendación de uno de sus analistas de inversiones, fechado el 10 de mayo -apenas 5 días antes del supermartes- casi premonitorio: argumentaba por qué, a pesar del “duro año” en países emergentes, no es recomendable sacarle la vista a los activos allí.
#EmergingMarkets stocks and bonds are having a rough year, but Russ Koesterich, BlackRock’s Portfolio Manager, argues against abandoning the asset class. https://t.co/GfYYt8yreBpic.twitter.com/5SxxWmkAcG
— BlackRock (@blackrock) May 10, 2018
Franklin Templeton Investments también tuvo contactos con Macri: el Presidente recibió ejecutivos de la firma en 2016, cuando se concretó su desembarco en el país, el primero de un fondo de su tipo después del default K. Según reportes del 2017, la firma maneja activos en el mundo por 753 mil millones de dólares.
Resta saber aún cuál podría ser la razón por la que estos enormes fondos especulativos vinieron a la Argentina a hacer un negocio que no luce rentable. Lo que está claro es que estos “botes” le sirvieron de gran salvavidas a Caputo, Sturzenegger y todo el Gobierno.