El diputado nacional y líder del Frente Renovador hizo un llamado en favor de «poner mujeres en la Corte Suprema». Su suegra viene haciendo lobby en el Senado para implementar el cupo femenino en el tribunal y el reclamo se hizo sentir en la audiencia con Rosatti. El jueves será el turno de Rosenkrantz de defender su nombramiento.
«Tenemos que tener la capacidad de poner mujeres en la Corte Suprema», expresó Sergio Massa mediante un comunicado. El diputado del interbloque UNA demostró una vez más su sentido del timing: su pronunciamiento público se dio durante el Día Internacional de la Mujer y a escasos dos días de que el Senado reciba a Carlos Rosenkrantz, el candidato que el presidente Mauricio Macri propuso para el máximo tribunal junto con Horacio Rosatti, quien fue a defender su nombramiento la semana pasada.
Massa pidió también el acompañamiento a un proyecto de ley del interbloque UNA para establecer la «paridad en la distribución de cargos en todas las listas». El argumento que esgrimió fue que «si la mitad de la sociedad son hombres y la mitad son mujeres, la mitad de los cargos tienen que ser hombres y la mitad tienen que ser mujeres». No obstante, su opinión sobre la integración de la Corte Suprema es todo un mensaje político que podría conjugarse con los intereses del peronismo e incluso de La Cámpora y que abre un nuevo interrogante sobre el tratamiento de los pliegos de Rosatti y Rosenkrantz.
El frente UNA cuenta en el Senado con tres representantes: el cordobés Carlos Caserio, el chubutense Alfredo Luenzo y la fueguina Miriam Boyadjian. Caserio, presidente de la bancada massista, adelantó días atrás que, en principio, estaban a favor del nombramiento de ambos jueces. Sin embargo, el planteo del líder político del espacio podría cambiar las cosas.
Y es que lo expresado por Massa se suma a un reclamo que ya se escuchó en boca de varias senadoras durante la audiencia pública a la que concurrió Rosatti. La mayoría de las senadores que hicieron ese planteo fueron del bloque PJ-FPV, como Marina Riofrío o la camporista Virginia García, aunque también se escuchó a Magdalena Odarda, de la Coalición Cívica-ARI, y a Liliana Negre de Alonso, del Peronismo Federal que conduce Adolfo Rodríguez Saá.
El reclamo de las senadoras tuvo además una presencia física durante la reunión, dado que la mayor parte del público estuvo integrado por mujeres que lucieron remeras con la consigna «Mujeres en la Corte». El dato destacado es que ese público fue liderado por Marcela Durrieu, suegra de Massa, a quien durante las últimas tres semanas se la vio muy seguido por el Senado, en una activa tarea de lobby a favor del cupo femenino en la Corte.
Durrieu es la madre de Malena Galmarini, concejal de Tigre y esposa del líder del Frente Renovador, quien el mes pasado mantuvo una reunión con el jefe del bloque de senadores del PJ-FPV, Miguel Ángel Pichetto, para tratar de definir un proyecto de ley que garantice una mayor presencia femenina en el máximo tribunal. El planteo del tigrense viene así a coronar públicamente un reclamo que su entorno ya viene impulsando.
En este contexto, recientemente se empezó a especular con la incidencia que ese reclamo podría tener en la votación de las dos designaciones propuestas por Macri y la posibilidad de que sólo uno de los jueces pase el filtro del Senado. Según supo #Borderperiodismo de fuentes que integran del bloque PJ-FPV, esto es apenas una especulación, dado que gran parte de esa bancada que preside Miguel Pichetto -al menos el sector más distanciado del kirchnerismo duro- destacó en varias oportunidades los antecedentes profesionales de ambos candidatos, pese a negarse a anticipar su voto.
Sin embargo, otras fuentes parlamentarias dejaron trascender que la senadora García, cuñada de Máximo Kirchner, viene realizando un trabajo subterráneo de persuasión de senadoras para rechazar al menos uno de los pliegos. De tener éxito, el reclamo podría contar con apoyos sorpresivos de senadoras anotadas tanto en el sector del peronismo
tradicional liderado por Pichetto, como en otros bloques y la cabeza con más chances de rodar sería la de Rosenkrantz.
No pasa desapercibido el hecho de que, a diferencia de Rosenkrantz, Rosatti es peronista. Durante la audiencia pública en el Senado el candidato expresó, incluso, que en las elecciones pasadas votó por Daniel Scioli. Además, Pichetto le destacó el hecho de haber sido ministro de Justicia del ex presidente Néstor Kirchner. A ello se suma que Rosenkrantz es el más resistido por el kirchnerismo duro por que su estudio patrocinó en alguna oportunidad al Grupo Clarín, entre otras empresas.
Así, el pronunciamiento de Massa, combinado con el reclamo creciente que motorizan su suegra y la senadora García por separado podrían servir como una excusa para que el peronismo, hoy dividido en diferentes espacios, le tache un candidato a Macri. De hecho, si la insistencia en ubicar a una mujer en la Corte prende entre un número considerable de senadoras, ni siquiera haría falta que Pichetto o Rodríguez Saá voten en contra de Rosenkrantz, dado que con 25 votos alcanzan para bloquear la designación de cualquiera de los candidatos y las mujeres en la Cámara alta son 30.
