No sólo los presos políticos: la continuidad de las low cost tiene su propia grieta en el gobierno

En Casa Rosada respaldan, con las regulaciones del caso, a las aerolíneas de bajo costo que desembarcaron en el paìs durante el macrismo y que han sido criticadas por el kirchnerismo duro y por gremios aeronáutios afines en defensa de los intereses de Aerolíneas Argentinas. Las internas en los organismos deprendientes de Transporte.
Por: Emiliano Russo
Entre la pax reinante entre el sindicalismo y el gobierno y, al mismo tiempo, entre el albertismo y el kirchnerismo duro dentro de la coalición gobernante, hay vetas de disconformismo que asoman por ahora con un tenue brillo. Una de ellas es la decisión del Ejecutivo de mantener operativas las aerolíneas “low cost”,  una de las marcas de la administración Cambiemos, que durante años fueron blanco de ataques de gran parte de los sindicatos aeronáuticos y también de dirigentes cercanos a la ex presidenta.
Es decir, asoman otros signos de diferenciación dentro del Frente de Todos más allá de la controversia, surgida semanas atrás, sobre si hay en el país presos políticos que llevaron al mismísmo Alberto Fernández a zanjar la discusión por la negativa aunque esta última semana envío un guiño al kirchnerismo duro -que pugna por la libertad de Milagro Sala y Amado Boudou, por caso- con su rechazo al «lawfare» (la persecusión judicial a líderes populistas) y las «detenciones arbitrarias registradas entre 2015 y 2019».
Con todo, el área de Transporte, que conduce el massista Mario Meoni, aún es fruto de una puja por varias secretarías que no fueron ocupadas. Los gremios del transporte quisieron imponer allí a Guillermo López del Punta, un ex funcionario del sector en la administración de Eduardo Duhalde y hoy consultor, intento que se vio frustrado aunque recayó en la secretaría de Planificación del Transporte un técnico cercano al mencionado dirigente. Pero Meoni también aún debe lidiar por los lobbys por las secretarías aún acéfalas y por las presiones gremiales, por ejemplo, por la contunidad de las aerolìneas low cost que desembarcaron por impulso del ex ministro Guillermo Dietrich.
Ahora cerca del ministro remarcan que “las low cost siguen sin ningún inconveniente, nos interesa fomentar la interconectividad de las provincias. Solo es necesario que todas se ajusten a las regulaciones de operacion de ANAC (Administración nacional de aviación civil) en relación a la seguridad, tal como corresponde”.
Uno de los primeros capítulos de la sorda disputa entre el albertismo y el kirchnerismo se produjo, casualmente, al definirse la nueva conducción de la ANAC. Allí era favorito un candidato surgido de la Casa Rosada pero a mediados de enero fue designada Paola Tamburelli, “una técnica que viene trabajando desde hace años”, según la versión oficial, pero sugerida para el cargo por el ex titular de Aerolíneas hasta diciembre de 2015, el senador Mariano Recalde.
Según fuentes del sector consultadas, la puja se ha producido también en otros organismos dependientes de Transporte, como el Ornsa (control de los aeropuertos) y la Jiaac (junta de accidentes aéreos)
El pasado lunes un avión de la compañía Austral perdió una rueda del tren delantero mientras aterrizaba en Rosario. Aunque el incidente sucedió sobre el final de la maniobra, por lo que piloto pudo completarla sin complicaciones, no dejó de encender las luces de alarma. «Ahí la disputa es entre el albertismo con el kirchnerismo que tiene gente en los entes desde hace 15 años y como son todos militantes, pocos de ellos idóneos, no pueden jugarse a hacerlos ocupar puestos donde después van a ser víctimas de internas o donde esa falta de pericia propicie algún accidente», explicó una fuente gremial consultada.
El pasado jueves ATE de ANAC Provincia realizó una asamblea en el el aeropuesto de Ezeiza para marcarle la cancha a las nuevas autoridades e insistir con reclamos históricos, como el pase a planta de contratados y concursos, entre otros reclamos.
En tanto, una fuente gubernamental consultada negó que existan problemas en el organismo de control pero sí alertó sobre posibles pujas. «Si no los hay, los habrá porque los chicos de la Cámpora en la ANAC siempre son un poco impulsivos. Alberto va a tener que acomodar los melones o se le va a revolucionar un poco las cosas», indicó.
La agrupación kirchnerista logró imponerse también en la conducción de Aerolíneas Argentinas (AR), donde fue designado Pablo Ceriani. «Es un funcionario estatal que conoce pero lejos está de saber administrar una empresa aerocomercial», lo fustigó la fuente gremial consultada..
Volviendo a la controversia acerca de las empresas de bajo costo -hoy siguen operando Fly Bondi, Norwegian y la chilena Jet Smart, que compró la operación de vuelos de cabotaje de la firma noruega-, también cuentan con el respaldo de la Casa Rosada.
Uno de los funcionarios que respalda la continuidad de estas firmas es el flamante director de Logística de Secretaría General, Leonardo Barone, que proviene el rubro aeronáutico –cofundó la empresa Global Jet-, y ahora tiene a cargo la flota oficial de Tangos. Es un piloto con conocimiento en el rubro y tiene gran relación con el influyente secretario de Comunicación y Prensa, Juan Pablo Biondi. El nuevo funcionario se encuentra abocado a finalizar un informe sobre el estado de la flota aérea presidencial -que cuestiona el mal estado con la que la dejó el macrismo, hoy solo se puede utilizar el Tango 10- que será dirigido al secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello. El lunes pasado estuvo reunido en el palacio de gobierno para hablar sobre cuestiones relacionadas al recupero de la flota aérea presidencial, como la posible reparación del Tango 01, un avión de alta prestación que fue dejado de lado por la gestión de Cambiemos.
Pero en la coalición oficialista, como quedó dicho, no todos opinan igual sobre la viabilidad de las low cost, a las que acusan de querer quitar mercado a AR. Los gremios de pilotos, como APLA (del ultra K Pablo Biró), o los Aeronavegantes (del moyanista Juan Pablo Brey) se han mostrado críticos con la continuidad de las firmas y con la operatividad de El Palomar, base de varias de estas aerolíneas. “El problema es que no hay un plan de transporte. Y, así, si se quieren low cost que sean dentro de una logística, que vayan a destinos no tan turísticos, y que la banda tarifaria no perjudique al transporte terrestre”, opinó una calificada fuente del sector consultada.
La fuente gremial consultada, en tanto, abundó que «no es fácil desarmar las low cost, podrìa haber juicios grandes hasta en el CIADI (organismo para dirimir controversias del Banco Mundial).Y hay gremios como Aeronavegantes que se quejan pero tienen el objetivo de hacerse de todos los afiliados que se queden colgados de los gremios por empresa (como el de Norwegian o Andes). Critican para quedar bien con las bases pero no es negocio para nadie el cierre de las empresas». Tras los fuegos de artificio, parecería que las empresas aerocomerciales de bajo costo continuarán tallando en el mercado argentino.
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