Para el oficialismo son una promesa pendiente de la campaña. Y para la oposición K, una necesidad para morigerar los daños letales del escándalo. Qué leyes vuelven al ruedo. #BONUSTRACK “Frente para la Victoria”, una marca en baja.
El propio Mauricio Macri había impulsado los proyectos en la campaña presidencial y en su discurso de apertura de sesiones. Sin embargo, pasaron tres meses y el debate ni siquiera arrancó. Ahora, ante la grotesca detención del ex secretario de Obras Públicas José López, cuando intentaba esconder unos 9 millones de dólares, se reactivó el trabajo parlamentario sobre dos leyes anticorrupción: la ley del arrepentido y la de decomiso de bienes, ambos en casos de delitos contra la administración pública.
La semana que viene, el oficialismo de la Cámara de Diputados ya decidió que avanzará con los dos
proyectos. El del arrepentido es propio, y era parte de todo el paquete de medidas de seguridad que habían presentado los ministros Germán Garavano y Patricia Bullrich. Implica darle la posibilidad a ex funcionarios (por ejemplo) de adherirse a la figura del arrepentido en casos de delitos de corrupción para así recibir una condena más moderada. Es algo que ya existe para otros delitos, como el de lavado de activos o narcotráfico, por lo que en otros casos mediáticos (como el de Lázaro Báez) ya se podía aplicar.
Pero la falta de acompañamiento de sectores de la oposición, y dudas internas dentro de Cambiemos, llevaron a quitar el proyecto de todo el paquete de leyes vinculadas a la Justicia. La ley no sólo sería útil para avanzar en causas de corrupción durante los gobiernos kirchneristas sino que también podría complicar al propio gobierno ante eventuales denuncias.
El proyecto de decomiso de bienes fue impulsado en su momento por el ex diputado y ex fiscal de investigaciones administrativas, Manuel Garrido, y ahora en el último período fue retomado por el bloque del Frente Renovador, de Sergio Massa. En resumen, esa norma facilita que la Justicia pueda disponer de bienes provenientes de la corrupción,
sin esperar que exista una condena penal definitiva.
El apuro por sacarlos rápidamente salta a la luz con la decisión de convocar a una sesión especial para el próximo jueves, exclusivamente para tratar los dos proyectos. El martes y miércoles se debatirá en un plenario de comisiones, con el objetivo de sacar dictamen el miércoles y dejarlo listo para llevarlo al recinto al día siguiente. Con el escándalo de López todavía caliente, en el oficialismo dan por descontado que podrán contar con el número necesario para aprobarlos. Para la oposición K, la agenda de la transparencia que tanto bloquearon, podría ser un salvoconducto necesario ante el escándalo que pocos pueden defender esta vez.
Por otra parte, desde la Oficina Anticorrupción, que conduce Laura Alonso, también decidieron subirse al escándalo y prefirieron apuntar contra el ex ministro de Planificación y actual diputado, Julio De Vido. El organismo solicitó al juez Claudio Bonadio el embargo de la casa que tiene en el Club de Chacras “Puerto Panal”, en la localidad de Zárate. Es en el marco de la causa que investiga la tragedia de Once, por el que se le trabó un embargo al ex ministro por 600 millones de pesos, cifra que dijo que no podía cubrir.
Además, la OA pidió que se embarguen los bienes que se encuentren dentro de esta propiedad. “Solicitamos se libre mandamiento de embargo a los efectos que el Oficial de Justicia se constituya en el domicilio indicado y proceda a embargar la totalidad de los bienes no registrables de cualquier naturaleza que se hallen en el mismo (que no sean inembargables en virtud de prescripción legal), se los afecte a la medida cautelar dispuesta en autos y se designe depositario judicial”, se sostiene en el escrito.
#BONUSTRACK
¿El fin del sello K?
El efecto López no sólo aceleró procesos en el oficialismo, sino que también tuvo sus consecuencias en el kirchnerismo. Tres diputados y una senadora, todos de Misiones, decidieron alejarse del bloque del Frente para la Victoria. Como si fuera poco, desde las altas esferas del Partido Justicialista comenzaron a debatir la posibilidad de cambiar el nombre de los bloques parlamentarios, sacándole la referencia al Frente para la Victoria y dejando solamente la del PJ. De prosperar, es casi seguro que implicaría la ruptura definitiva entre kirchneristas y peronistas, algo que está quedando cada vez más en evidencia.
En apenas dos días, la llamativa detención de José López demostró que tendrá consecuencias en todo el mundo político, beneficiando a unos y perjudicando a otros.
