Los tres retoman las actividades proselitistas esta semana. Hicieron cambios en sus estrategias para este mes decisivo.

Daniel Scioli relanza su campaña hoy con un acto en el teatro Coliseo Podestá, en la ciudad de La Plata, mientras que Sergio Massa encara una gira por el norte para criticar al “poder feudal”. Mauricio Macri, en tanto, va a las provincias donde el frente Cambiemos está más flojo. Pero los tres ingresan a este tramo final con un volantazo en las estrategias que se habían planteado luego de las PASO de agosto.

El más notorio es el de Scioli. Como había anticipado #Borderperiodismo, el justicialismo le pidió reorientar su discurso marcando diferencias con el kirchnerismo puro y el candidato del Frente para la Victoria finalmente escuchó. Pero serán los gobernadores peronistas los encargados de decir lo que Scioli no puede o no quiere decir para no chocar con la presidenta Cristina Kirchner.

La punta de lanza de esta estrategia  la tiene el salteño Juan Manuel Urtubey, convertido en el hombre clave del armado sciolista. Es quien se encargó de admitir la pobreza (negada por el Gobierno) y reconocer que en algunas provincias las economías regionales “están quebradas”, un mensaje que, entre líneas, abre la puerta a una eventual devaluación. Otra diferencia y para nada menor.

Por su parte, el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, salió este lunes a dejar en claro que el que va a “conducir a la Argentina es Daniel Scioli” con “su impronta”.  Esta sentencia -también expresada por Urtubey- tiene un destinatario claro: el votante independiente que mira con cierta desconfianza al kirchnerismo que Scioli lleva como en un acoplado.

Ambos gobernadores salieron también a respaldar el reclamo de modificar el sistema electoral. Claro que la promesa del sciolismo es avanzar en esa reforma después de las elecciones y no antes, como pidió la oposición.

Los operadores de Scioli ven con optimismo este cambio en el discurso de campaña y más aún cuando tienen en la mano la última encuesta que encargaron a la consultora Aresco, que proyectó una victoria en primera vuelta. Según ese estudio, el gobernador bonaerense ganaría con el 40, 5 por ciento de los votos, mientras que el líder del PRO quedaría en segundo con 30,3 puntos y Massa tercero, con 17,2.

Macri, por su parte, tenía pensado fatigar las provincias del NOA y el NEA, atento a los pésimos resultados que obtuvo allí en las elecciones primarias. Sin embargo, la mesa chica del PRO cambió de idea, según confiaron fuentes de ese círculo a #Borderperiodismo.  El asesinato de un joven militante radical en Jujuy y el descontrol de las elecciones en Tucumán los lleva a creer que el norte es ingobernable.

Por eso, el candidato presidencial de Cambiemos se enfocará, primero, en provincias más amigables a su propuesta pero que todavía le son esquivas. Así, la primera escala de su campaña rumbo a octubre será en Chaco, este martes. En esa provincia, donde habrá elecciones a gobernador el 20 de septiembre y donde el kirchnerismo pisa fuerte,  el líder del PRO se mostrará con la postulante radical, Aída Ayala, y con los 69 candidatos a intendentes del frente opositor.

El miércoles Macri viajará a Entre Ríos con el senador nacional del PRO y candidato a gobernador por Cambiemos, Alfredo de Ángeli, y el jueves estará en Santa Fe junto a sus referentes locales Miguel del Sel y Anita Martínez, y el candidato a senador nacional Carlos Reutemann, que tiene una parada difícil para octubre, cuando deberá enfrentarse con Omar Perotti (FpV) y Hermes Binner (Frente Progresista), ambos fortalecidos en las PASO, a diferencia del “Lole”.

Y mientras el jefe de Gobierno porteño deja el norte del país para más adelante, Massa aprovecha. En el relanzamiento de campaña de esta semana, el candidato del frente UNA recorrerá el NOA y el NEA: este lunes estuvo en Formosa, feudo de Gildo Insfrán (que quedó en la mira por el “Tevez-gate”), y seguirá su recorrido por la convulsionada Tucumán y, luego, La Rioja.

En toda esa región, donde hizo una elección mucho mejor que su rival de Cambiemos durante las PASO, instalará la idea de ir contra “el poder feudal que usa la pobreza para perpetuarse”. Es la misma línea que bajó durante la conferencia de prensa conjunta que dio con Macri y Margarita Stolbizer, para reclamar “transparencia” en octubre, a partir de lo sucedido en Tucumán.

Tras esa cumbre, Massa sugirió la posibilidad de un entendimiento con Macri de cara a un eventual ballotage pero dio un giro abrupto el último domingo, al cerrarle la puerta a un posible acuerdo con el PRO. En el entorno del tigrense señalaron a este medio que ese giro está alentado por la última encuesta que llegó a su bunker y que lo ubica con 21,7 por ciento de los votos, poco menos de 5 puntos debajo de Macri.

“Con esos números y más de un mes de campaña, lo podemos desbancar y pelear el ballotage nosotros”, contó un operador massista a #Borderperiodismo. Si bien los dos candidatos mantienen un diálogo fluido por estos días, con mensajes de texto que van y vienen, el tigrense espera que Macri vaya al pie, es decir, que se comprometa públicamente antes que él a unir esfuerzos en caso de que alguno de los dos llegue a la segunda vuelta.

De todas formas, los dos candidatos coincidieron en privado en la necesidad de armar un comando conjunto para fiscalizar los comicios de octubre, como se había anticipado en una entrega anterior. En el PRO ratificaron este dato al señalar que habrá unificarán el control de las planillas que lleguen al Correo Central para la carga de datos.

Córdoba, destino compartido

Quienes diagraman el itinerario de Macri confirmaron a #Border que la semana próxima el líder del PRO visitará la provincia de Córdoba. Es de esperar que Scioli y Massa hagan lo mismo, dado que el 13 de septiembre se realizarán las elecciones en la capital de  la provincia que tiene el botín más codiciado por los tres: los votos del gobernador José Manuel de  la Sota.

El cordobés quedó al margen de la carrera presidencial al ser superado por Massa en las primarias del frente UNA, pero ese millón y medio de votos que logró es ambicionado por los tres contendientes que quedaron en marcha. El tigrense los quiere como propios, por haber ido a parar al espacio que ambos compartieron; el bonaerense los identifica como votos “peronistas” que se pueden seducir y el porteño cree que, antes que “peronistas” son votos “cordobeses” y, principalmente, opositores.

Las elecciones en Córdoba capital serán importantes para el escenario nacional, dado que esa ciudad concentra al 40 por ciento del padrón provincial que es, a su vez, el segundo de mayor importancia electoral del país.