Ritondo vuelve a traer a escena a Aníbal. Los movimientos de los prófugos en las zonas aledañas a Quilmes alimentan su hipótesis. Pero no logra avances y desconfía de jefes policiales de esa región, por lo que recurre a fuerzas federales. El misterio del video de Ranchos.
Luego de haber asegurado que los prófugos Cristian y Martín Lanatta y Víctor Schillaci se encontraban cercados en la localidad de Ranchos, el ministro de Seguridad bonaerense volvió a pronunciarse hoy sobre la búsqueda de los tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez. Esta vez, los ubicó en el sur del Conurbano bonaerense y afirmó que allí «hay algo» que hace que «se sientan cómodos», en obvia alusión a contactos políticos y policiales. Así, Ritondo blanqueó las sospechas que tiene el Gobierno provincial sobre la Policía Bonaerense y que lo obligó a pedir apoyo de fuerzas federales e incluso de la Policía Metropolitana.
Ocurre que los prófugos, especialmente Martín Lanatta, tenían aceitados contactos en ese ámbito. Durante la investigación del triple crimen se supo que había cruzado la frontera en un auto de la Secretaría de Inteligencia y según recopiló un semanario porteño, también fundó una empresa de seguridad junto a un ex jefe de la Policía Federal, tenía nexos con altos mandos (ahora retirados) de la Bonaerense y trabajó también para el Registro Nacional de Armas (RENAR), organismo que controló Aníbal Fernández durante varios años. Fue él mismo quien ventiló esa supuesta cercanía con el ex jefe de Gabinete y ex ministro de Justicia, a quien señaló como partícipe del negocio de la efedrina e instigador del asesinato de Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón.
Con todo ese contexto, no le costó mucho a Ritondo hablar de la supuesta protección de la que gozarían los prófugos en el sur del Conurbano y vincularlo a Fernández. «En una zona del Gran Buenos Aires delimitada estamos trabajando mucho. Hay algo que los llamó y que hace que inclusive después de Ranchos vuelvan a ese lugar y se sientan cómodos», señaló sobre la presencia de los delincuentes en las localidades de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela luego de la fuga. En esa zona, los Lanatta y Schillaci abandonaron una camioneta y robaron otra a la ex suegra de uno de ellos.
Tras recordar que los fugitivos tienen «muchos contactos» y que «se entremezcla la política», Ritondo le apuntó al ex jefe de Gabinete. «Aníbal Fernández está involucrado con todo lo que tiene que ver con el submundo de Quilmes». En este sentido, el ministro subrayó que Fernández «tiene que ver con muchas cosas que pasan en esa zona, porque donde se toca está la foto de él o tiene vinculación con él, tiene mucho que ver con este submundo». De esta manera, el ex candidato a gobernador del Frente para la Victoria volvió a la escena en la que Lanatta lo había metido durante la campaña electoral y que lo afectó de manera definitiva.
Más allá de los vínculos directos o indirectos que Fernández pudiera tener con alguno de los prófugos o su entorno (además del trabajo de Lanatta en el Renar, se conoció en las últimas horas una foto en la que se lo ve junto al personaje llamado «El Faraón», sospechado de haber ayudado a los condenados en su huida) la verdadera desconfianza de Ritondo y en especial de la gobernadora, María Eugenia Vidal, se centra en la Policía Bonaerense. Los vínculos de Lanatta con hombres de esa fuerza son casi inocultables y la demora de su captura empieza a levantar sospechas entre las recién asumidas autoridades.
El video de la cámara de seguridad de la localidad de Ranchos en la que se ve a tres hombres disparando contra policías en un control vehicular llevó a Ritondo a asegurar que se trataba de los prófugos y, en consecuencia, a movilizar a los efectivos hacia ese lugar. Sin embargo, durante la tarde del 31 de diciembre, mientras buscaban a los delincuentes en esa zona, Cristian Lanatta le hacía una visita poco cordial a su ex suegra en Berazategui. ¿Serían realmente los prófugos los del video o acaso se trató de una «pista falsa» como las que ese trío plantó en el caso del triple crimen, según consta en la causa?
Ante la desconfianza, la gobernadora y el ministro solicitaron la colaboración de fuerzas federales en la búsqueda de los prófugos. «Hemos sumado muchas mas fuerzas al trabajo coordinador, las cuatro fuerzas federales están trabajado con nosotros y han hecho el desplazamiento de gente en la zona», manifestó Ritondo. En el operativo para hallar a los hermanos Lanatta y a Schillaci, además de la Bonaerense, se encuentran afectados ahora miembros de Prefectura Naval, Gendarmería Nacional, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal.
«Estamos trabajando, no vamos a ponernos un plazo, pero sí hacerlo en la forma más inmediata que podamos. Estamos haciendo todo lo que hay que hacer para volver a aprehender a estos delincuentes y que estén en el lugar en el que tienen que estar», agregó el funcionario. Mientras tanto, en la sede del Ministerio de Seguridad bonaerense, ubicada en la autopista Ricchieri y Camino de Cintura, pueden verse por estos días mucho movimiento. Allí se reúnen a diario el personal jerárquico de las fuerzas de seguridad y autoridades políticas de la provincia. Los resultados urgen pero hasta ahora no aparecen.
