¿Por qué entonces corren los rumores de una salida anticipada del marplatense? Boudou tiene no pocos enemigos dentro del partido del poder que quieren ver rodar su cabeza al igual que los grandes grupos mediáticos y los tres espacios que le disputan el sillón de Rivadavia al oficialismo: el Frente Renovador, el FAU y el PRO.

Cristina, a pesar de su enojo por lo que entiende como una débil estrategia defensiva de su vice, no le va a soltar la mano a su ex hombre fuerte. Sería sí entregar las armas y rendirse ante lo el Gobierno llama «medios opositores».

«Me la tienen jurada por desarticular las AFJP», dice en público y repite en privado, como un mantra, el vice. Y de eso no hay dudas: culpable o no, a Boudou se la tienen jurada, y va camino a convertirse en la María Julia Alsogaray del kirchnerismo. Porque mientras Ricardo Jaime fue entregado sin mucho escándalo y poca repercusión hacia el interior del partido, Boudou es una pieza fuerte en el ajedrez de la política.

CFK lo eligió como vice, lo defendió, lo cobijó y no le soltó la mano hasta ahora. No hay razones para pensar que lo hará, o al menos no las hemos encontrado entre los voceros habituales de Casa Rosada. Allí quedan fuera de compás Lilita Carrió y Jorge Lanata pidiendo la cabeza de Aimé por las sospechas del caso Ciccone.

Por lo pronto, Cristina se cuidará de ahora en más a la hora de viajar y dejar en el cargo a su aliado, que casi seguro quedará procesado por el juez Ariel Lijo tras la indagatoria, prevista para el mes de junio. Un vicepresidente a cargo del Ejecutivo procesado es mucho peso para soportar y ya hay una estrategia clara para que el vice viaje en las mismas fechas que lo hará Cristina pero a otros destinos, siempre en misiones oficiales pero de baja relevancia. Julián Domínguez es el hombre que asumirá la tarea de reemplazante del primer mandatario en esos períodos. Algo que Florencio Randazzo, ministro con aspiraciones presidenciales mira con mucho recelo.

Asegurar que Boudou no será entregado a los leones es temerario, sobre todo en el mundo político que ha instaurado en la última década el kirchnerismo, que tiene un carácter personalista y vertical sin precedentes. Pero sólo Cristina sabe qué hará con la incómoda vicepresidencia, dos veces traicionada, primero por Julio «no positivo» Cleto Cobos y ahora por el hombre de la guitarra, que tiene muchas explicaciones para darle a la Justicia.