Es este repaso por el catálogo de spots de campaña te contamos lo que Scioli, Macri, Sanz, Carrió, Massa, De la Sota, Stolbizer y la izquierda ofrecen en la góndola electoral. No se aceptan devoluciones.
Los spots de campaña invaden las pantallas de televisión, las radios y las ventanas de YouTube. El fin de esos avisos no es solamente convencer al votante mediante la sensibilidad, la razón o el sentido del humor, sino vender un candidato como quien trata de vender un producto de limpieza. La imagen es todo. Y en algunos casos, no se vende un candidato, un presidente, sino una idea que apunta a un objetivo concreto pero invisible para los votantes.
La victoria de Daniel
“Nadie detendrá el desarrollo”, dice Daniel Scioli mientras el spot muestra trabajadores, estudiantes y turistas sonrientes, que se combinan con las imágenes de una fábrica y de las ya conocidas etiquetas de “fabricado en Tierra del Fuego, industria argentina”. Sabiéndose primero en la intención de voto, el candidato del Frente para la Victoria no arriesga demasiado, le basta con mostrar lo que ya está y garantizarlo.
Los avisos ofrecen una interpretación de la “victoria” a medida de lo que el kirchnerismo hizo o dice haber hecho hasta ahora. Y es que la intención es mostrar a Scioli como supuesto garante de la estabilidad (que el Gobierno, en paralelo, vende a su manera, con desembolsos multimillonarios para que los desajustes crecientes de la macroeconomía se sientan lo menos posible en el bolsillo) y de la búsqueda de lo que falta. Por eso, dice Scioli, “victoria es construir a partir de lo construido”.
En la compilación de imágenes no falta la de la presidenta Cristina Kirchner, desde luego. Pero el lugar destacado lo tiene la bandera argentina, que aparece varias veces con el fin de subrayar el sentimiento patriótico y reforzar así la idea de que es éste Gobierno, el que Scioli quiere continuar, el único que “hace patria”.
Mauricio y vos. Y Lilita y Sanz.
En los spots de Mauricio Macri no se lo escucha hablar. Sólo hablan las personas a las que el precandidato presidencial del PRO visita desde hace más de un año, en el marco de su campaña de “timbreo”. Hay uno en el que él y su esposa, Juliana Awada, se emocionan mientras una mujer le cuenta sus penurias.
Los comunicólogos del PRO ofrecen así la imagen de un Macri que se pone a la par del vecino, del ciudadano común, porque “es humano”. Pero además, el hecho de que sólo hable el votante apunta a marcar un contraste con los rivales: ellos hablan y prometen, mientras “Mauricio escucha a la gente”.
Los spots de Macri muestran también algunas imágenes sin editar del momento en el que el votante se encuentra con el candidato en la puerta de su casa y lo invita a pasar, entre besos y abrazos. Esto, sumado a todos los componentes anteriores dan como resultado una imagen suavizada del dirigente, al que se lo saca del pedestal de los políticos y se lo baja al nivel del común de los mortales.
Al tratarse de la campaña para las elecciones primarias del 9 de agosto, en las que se definirán a los candidatos, se debe hablar también de Elisa Carrió y de Ernesto Sanz, quienes competirán con Macri dentro del frente Cambiemos. ¿Qué muestran sus avisos? Que “competirán” es, a esta altura, solo una forma de decir.
Carrió lanzó varios spots muy cortos, en los que se los ve a ella y a su compañero de fórmula Héctor “Toty” Flores. Se concentran en remarcar que se trata de una campaña “hecha sin tu dinero” y pronuncian frases que de tan breves y generales no pueden cumplir el objetivo de convencer. Por ejemplo: “Los dos somos provincianos. Una fórmula soñada”; “Yo sí te puedo mirar a los ojos”; “No matar, no robar, no mentir, no usar a los pobres. ¿Vamos?”; “Hay que enseñar a leer y escribir”.
Simple. Llano. Tanto que cabe preguntarse si Carrió quiere realmente convencer a los espectadores de votarla a ella o si en realidad sólo quiere que aquellos que la identifican como paladín de la honestidad y la lucha contra la corrupción vuelquen su voto al frente que comparte con Macri para que la sumatoria supere la cantidad de sufragios del resto.
Es una posibilidad que también se puede leer en los avisos de Sanz. El precandidato presidencial de la UCR juega con la palabra “unión” para aludir a su partido y si bien se muestra la imagen estática de la fórmula que integra junto a Lucas Llach, Sanz sólo invita a “votar por” algo, ya sea por la justicia para las mujeres golpeadas, por los jubilados, votar por los jóvenes y el futuro. Puesto en palabras, a votar “por el cambio”. Por el frente Cambiemos. Otra ayuda al que mide mejor.
Massa por el medio y el mejor a la final
En sus spots, Sergio Massa critica a Scioli y a Macri por igual mientras realiza promesas como la “devolución del 82 por ciento móvil” para las jubilaciones y el pago de los juicios por el cobro de haberes previsionales. Directo y concreto. Ocurre que, a diferencia del PRO, el equipo del Frente Renovador trata de vender la imagen del “único candidato que presenta propuestas”.
“Scioli no dice lo que va a hacer, porque tiene miedo de que Cristina y La Cámpora lo reten. Macri repite: ‘cambio cambio’. Pero no habla de los jubilados”, dice Massa mirando a cámara. Es el intento por romper con la polarización que instalaron el Frente para la Victoria y el PRO. Apela a identificar a ambos como parte de lo mismo. Por ello en uno de los spots repasa aquella frase de la Presidenta que dice “sólo hay que tenerle temor a Dios y a mí en todo caso también un poquito” y recuerda la represión en el Borda que llevó adelante la Policía Metropolitana, para finalizar con la frase “el odio se va”.
Mientras tanto su rival para las PASO dentro del frente UNA, José Manuel de la Sota, buscó la originalidad para convencer a los electores de darle la oportunidad de pasar el filtro del 9 de agosto para competir en las generales de octubre. Así, en sus avisos de campaña muestra un falso partido de la Selección con un 10 que gambetea a lo Messi y hace el gol, mientras pide “poner al mejor en la final”. También presenta la escena de un hombre comprometido que blanquea su preferencia por otra mujer (un mensaje para algunos misógino pero que puede interpretarse también como una referencia a él y Massa) y plantea que “las PASO son sólo un noviazgo, el casamiento viene después”.
La decencia de Stolbizer
Los spots del frente Progresistas presentan a la precandidata presidencial Margarita Stolbizer como referente de la decencia. No apelan a la sensibilidad ni al sentido del humor, sino a la honestidad.
Stolbizer busca la identificación del ciudadano que vive por derecha, del que trabaja, paga sus impuestos y le duele la pobreza. “Los que nos rompemos el alma trabajando”, dice la dirigente mientras el aviso publicitario la muestra charlando con gente de distintos puntos del país a los que se traslada en el “Marga-móvil”, el micro con el que realiza campaña.
“Los que no nos bancamos el roban pero hacen, porque robar está mal y punto”, sentencia la dirigente que persigue sin decirlo el voto de la centro izquierda que abandonó a Carrió, su otrora líder política.
El show de la izquierda
Los spots del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) y el MST coinciden en una idea central: el planteo de que “los principales candidatos son los hijos políticos de Menem”, como dice el precandidato presidencial del FIT Nicolás del Caño. Los avisos de estos espacios no tratan de vender un candidato, no ofrecen una imagen sino que piden el voto a favor de algo distinto mientras presentan a todas las otras opciones como parte de lo mismo.
Los de la izquierda son los avisos más originales y en algunos casos, más humorísticos de la campaña. Es el ejemplo del rap de Jorge Altamira, el otro precandidato presidencial del FIT que lanzó un spot en el que se ve bailar a una caricatura suya mientras se escucha un discurso adaptado a una base de hip hop en el que dice todos los otros candidatos representan lo mismo pero van “cambiando de rostros, porque si no la gente no los votaría más”.
El MST, que impulsa a Alejandro Bodart, dio un giro: dejó de lado la seriedad y apeló al humor como una forma de ridiculizar a los precandidatos dominantes. El más hilarante de los spots es uno en el que el expresidente Carlos Menem está siendo atendido en una sala de partos y da a luz a dos personas: “A este le voy a poner Mauricio y a este Danielito”. El sketch remata con la imagen de dos actores con caretas de Macri y Scioli que extienden los brazos y exclaman “¡papá!”.
No hay devoluciones
Desde hace ya varias campañas los medios de comunicación funcionan como la góndola de la cual los consumidores eligen al candidato que más les gusta. Ahora se les sumó el espacio publicitario de los videos de YouTube, un limbo para las regulaciones de la Ley Electoral. Los candidatos son vendidos por imagen y la contra es que, al igual que con cualquier otro producto, la publicidad a veces puede ser engañosa. Lo que elija queda a criterio exclusivo del consumidor. Y no se aceptan devoluciones.